Pesadillas, terrores nocturnos o sonambulismo: estos suelen ser los motivos habituales por los que los niños no pueden dormir, y requieren atención.
Las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo son alteraciones del sueño que afectan a muchos niños. Aunque pueden resultar alarmantes para los padres, es importante saber diferenciarlas y conocer las estrategias para manejarlas.
Las pesadillas son sueños perturbadores que causan miedo o angustia. Suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche, cuando el sueño es más ligero. Un niño que sufre una pesadilla puede despertarse asustado, llorando o llamando a sus padres. El consuelo y la seguridad que le brindan sus progenitores son fundamentales para que el niño se calme y pueda volver a dormir.
El Dr. Jesús Garrido, pediatra reconocido por su labor en Mi Pediatra Online, explica que las pesadillas pueden aparecer a edades tempranas, aunque son más frecuentes entre los 2 y 4 años. Señala que la intensidad y frecuencia de las pesadillas pueden estar relacionadas con la cantidad de estímulos visuales a los que el niño está expuesto durante el día. La televisión, los videojuegos y las pantallas en general pueden generar una sobreestimulación que se traduce en sueños más vívidos e intensos, incluso desagradables.
A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos ocurren durante la fase de sueño profundo, generalmente en las primeras horas de la noche. Durante un terror nocturno, el niño puede gritar, llorar, agitarse e incluso parecer despierto, con los ojos abiertos, pero sin ser consciente de su entorno. Este estado de consciencia alterado puede hacer que el niño no reconozca a sus padres e incluso se muestre más angustiado ante su presencia.
El Dr. Garrido subraya la importancia de no intentar despertar al niño durante un terror nocturno. Despertarlo solo conseguirá aumentar su confusión y miedo. La mejor estrategia es asegurarse de que el niño esté seguro en su cama, evitar que se haga daño y esperar a que el episodio pase. Generalmente, el niño no recordará el terror nocturno al día siguiente.
El sonambulismo, al igual que los terrores nocturnos, se produce durante la fase de sueño profundo. Se caracteriza por comportamientos motores complejos mientras se duerme, como caminar, hablar o sentarse en la cama. Aunque el niño parezca despierto, no lo está realmente y no será consciente de sus actos al día siguiente.
El Dr. Garrido propone la técnica de los despertares programados para ayudar a los niños que sufren terrores nocturnos o sonambulismo de forma frecuente. Esta técnica consiste en despertar al niño suavemente unos 15-20 minutos antes de la hora habitual en la que suele tener el episodio. Al interrumpir el ciclo de sueño profundo, se reduce la probabilidad de que el terror nocturno o el episodio de sonambulismo se produzca.
Es importante recordar que cada niño es diferente y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Si las pesadillas, los terrores nocturnos o el sonambulismo son frecuentes o interfieren con el descanso del niño o de la familia, es fundamental consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Otra de las alteraciones que puede haber alrededor de los sueños. Son formas extrañas de despertarse. Esa forma, la más frecuentes, son la pesadilla que la más familiar del niño simplemente se despierta. Tiene un sueño que le da miedo, llama a su padre. En cuanto a los padres, aparece, lo reconoce, lo abraza. Tengo miedo porque es que he visto un monstruo o lo que sea. Y entonces, en cuanto se veía protegido, el niño vuelve a conciliar el sueño y se duerme esta pesadilla. Pueden aparecer desde edades bastante temprana, aunque lo más habitual suele ser que se hagan frecuente en torno a los dos, tres cuatro años y sólo están muy influenciadas por las experiencias que se tienen durante el día, de forma que los días que el niño recibe mucho más estímulo, aunque no sean estímulos que en sí mismo, del sueño su cerebro lo elabora y ABC ta sueño agradable y a veces dan sueño desagradable. Cuál es la forma de actuar en estos? Y empieza a tener muchas pesadillas Hay que repasar. A ver si durante el día estamos recurriendo demasiado de estímulos visuales tipo televisión, dibujitos en el móvil o pasar por el estilo, porque aunque sea lo más inocente que nos podamos imaginar, luego el niño lo elaboran. Es un cerebro y puede acabar generando esos sueños que hacen que se despierte asustado. Esta es la única cosa que hemos visto que a veces puede influir en que se reduzcan las pesadillas que reducir los estímulos visuales durante el día. Una especie de variante de esto sería lo que llamamos terrores nocturnos. Cuál es la diferencia? La Pesadilla solo aparece sobre todo en la segunda parte de la noche, ya cercano al despertar al amanecer, cuando ya hemos dormido mucha ahora y no encontraba muy descansado, es cuando nuestro cerebro, digamos, llega la fase lúdica en la que se entretiene haciendo sueño, mientras que la primera parte de la noche, en la que lo que prima es la profundidad del sueño para reparar todo el agotamiento del día, en donde a veces aparecen los terrores nocturnos y no aparecen en toda la persona, hay fases de sueño con distinta profundidad y en la fase más profundas sólo hay ciertas personas que llegamos. Esa fase tan profunda es donde aparecen los terrores nocturnos y el sonambulismo del que hablaremos ahora también. Y es en realidad, como si no pareciera que estamos despiertos, nos volvemos al niño. Puede estar incluso incorporado de pie. En la cuna estaba el ojo abierto. Nos da la impresión de que está despierto, pero lo que ve en su entorno es realidad modificada por el sueño, de forma que si nosotros nos acercamos y él está llorando, la diferencia es que en una pesadilla enseguida me busca y se tranquiliza cuando nos ve, mientras que en un terror nocturno puede no vernos a nosotros, sino alguien que se le acerca de a quién no reconoce o que tiene algún carácter extraño o parece un monstruo y entonces le producimos mucho más pánico. Cuando nos acercamos, intentamos tranquilizarle en los terrores nocturnos, una de las cosas que importantes no intentar despertarlo. Si al niño no lo hiciéramos absolutamente nada. Durante el terror nocturno se acaban pasando. Sólo acaba yéndose a fase menos profunda de sueño no despertarse, sino entrar en una fase de sueño más normal. Y a la mañana siguiente, si le preguntamos al niño, no es consciente de que ha tenido un terror nocturno. Pero si lo despertamos en esa fase va a tener recuerdo del sueño que ha tenido va a tener recuerdo del miedo que le ha producido y además está desorientado, con lo cual, muchas veces peor el remedio que la enfermedad. Entonces los niños, cuando entorno nocturno simplemente tienes que ocuparte de que el niño no se haga daño durante ese sueño, porque, como te digo, no reconoce su entorno de forma adecuada y pueda verse tener un traspiés y se levanta, puede hacerse daño con una pared, con lo que sea es simplemente ten cuidado de que no se haga daño. Hay algo más que podamos hacer en aquellos niños de los que los terrores nocturnos son muy frecuentes? Hay una técnica que se puede aplicar. Qué es lo que llamamos despertares programado? Como. Esto se produce habitualmente poca ahora, después de dormirse, hay muchas veces que el niño, por ejemplo, si se acuesta a las nueve y media antes de la doce, once y media. El niño ya tiene el terror nocturno. Cuando nosotros lo mejor ni siquiera nos hemos acostado todavía. Pues lo que tenemos que hacer antes del momento en el que le suele dar el terror nocturno. Vamos a su cama y le estimulamos un poco, como si quisiéramos despertarlo, pero sin que se llega a despertar del todo. Basta con que el niño simplemente manifiesta incomodidad planeado. Déjame cosas y cuando hemos hecho eso, lo que hemos hecho interrumpir el ciclo de sueño que con el agotamiento le llevaba la fase muy profunda de sueño y se quedan en fase de sueño más superficial. Y ya hay enlaza con fases de sueño normales durante el resto de la noche. Esos niños que tienen tanta facilidad de pasar a fase profunda del sueño donde aparece el terror nocturno cuando le interrumpimos el primer ciclo de sueño poco a poco van perdiendo esa facilidad y los terrores nocturnos van desapareciendo. Pueden pasar temporadas de las cuales no hay terrores y de repente Rabei coincidiendo con una fase en la que tenga el niño mucho más agotamiento porque está teniendo mucha más actividad. Vuelven a aparecer, podemos hacer otra vez los despertares programado y volvemos a eliminar los terrores nocturnos. Y algo similar funciona también con el sonambulismo. Sonambulismo es simplemente que parece que estás despierto, pero está en una realidad modificada por el sueño, pero sin carácter negativo. El terror nocturna, como si fuera una pesadilla dentro del sonambulismo y cómo se produce también una fase de sueño profunda y en la primera hora de la noche el mecanismo que podemos probar para revertir esa tendencia sonambulismo y él mismo los despertares programados. Si era capaz de diferenciar bien estas tres situaciones, ya sabes cuál es la medida que pueda ayudarte en cada una de ellas. En la pesadilla, acude a tranquilizar a tu hijo y simplemente reduce un poco los estímulos visuales durante el día en los terrores nocturnos. Intenta que tu hijo no se haga daño y a los despertares programados para que sean cada vez menos frecuente en el sonambulismo. Intenta que tu hijo no se haga daño, despertaré programada.