La menopausia provoca cambios en la mucosa y microbiota vaginal. Existen tratamientos que pueden aliviar estas alteraciones y mejorar la calidad de vida.
Juan Evaristo Suárez
Microbiología y Parasitología
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Microbiota TVMenopausiaLa menopausia provoca cambios en la mucosa y microbiota vaginal. Existen tratamientos que pueden aliviar estas alteraciones y mejorar la calidad de vida.
Hablamos en este artículo de microbiota vaginal y menopausia: ¿cómo afecta y qué soluciones existen? Te lo contamos.
La menopausia es el resultado del cese en la producción de estrógenos, lo que desencadena cambios en el organismo, especialmente en la zona íntima.
Esta etapa se asocia con el síndrome genitourinario de la menopausia, que incluye síntomas como sequedad, irritación, disminución de la lubricación y molestias durante las relaciones sexuales.
Uno de los efectos menos conocidos, pero de gran impacto, es la alteración de la microbiota vaginal. Durante la etapa fértil, la microbiota está dominada por lactobacilos, bacterias que ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema vaginal y protegen contra infecciones. Sin embargo, tras la menopausia, su presencia puede reducirse hasta en un 99 %, lo que favorece la aparición de infecciones urinarias y vaginales.
Los cambios en la mucosa vaginal afectan tanto la calidad de vida como la salud sexual y urinaria. Entre los principales síntomas destacan:
-Sequedad y adelgazamiento de la mucosa vaginal, lo que provoca irritación y molestias. -Dolor en las relaciones sexuales y posible sangrado poscoital. -Pérdida de elasticidad vaginal, que puede afectar la vida íntima y el deseo sexual. Incontinencia urinaria y aumento de infecciones, debido a la alteración del ambiente vaginal.
Aproximadamente la mitad de las mujeres mantiene una cierta producción de estrógenos en el tejido adiposo y las glándulas suprarrenales, lo que atenúa los síntomas. Sin embargo, para aquellas que experimentan molestias más severas, existen tratamientos eficaces:
-Estrógenos locales: aplicados en forma de cremas vaginales de baja concentración, ayudan a restaurar la hidratación, elasticidad y equilibrio de la microbiota. -Probióticos específicos: favorecen la recolonización de lactobacilos en la microbiota vaginal, reduciendo el riesgo de infecciones y mejorando la salud íntima.
Cada mujer tiene necesidades diferentes según su edad, estado de salud y antecedentes médicos. Por ello, antes de iniciar cualquier tratamiento, es fundamental consultar con un especialista en Ginecología, quien podrá evaluar la conveniencia de la terapia más adecuada para cada caso.
En definitiva, has de saber que el cuidado de la salud vaginal en la menopausia es clave para evitar molestias y prevenir infecciones. El uso de estrógenos locales y probióticos puede ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, cada tratamiento debe ser evaluado por un médico para garantizar su seguridad y efectividad.
hoy voy a hablar de la Metta vaginal tras la menopausia. La menopausia es la consecuencia del cese de la producción de estrógenos y, aparte de la interrupción definitiva del ciclo menstrual, se caracteriza por una serie de signos y síntomas que denominamos el síndrome genitourinario de la menopausia. La mucosa vaginal se adelgaza y deja de estar humedecida, lo que conduce a la pérdida de su elasticidad. Como consecuencia, se irrita lo que produce picor y disminuye la lubricación durante las relaciones sexuales, lo que puede originar dolor o y hemorragia poscoital. Esto puede conducir a la disminución del deseo sexual. Como consecuencia, a nivel urinario pueden experimentarse incontinencia, dolor y sensación de urgencia al hacer pis. El cambio drástico de las condiciones ambientales de la vagina provoca también una debacle en su microbiota, que disminuye hasta el uno de la que albergaba durante el periodo F, lo que da lugar a un enorme incremento de la frecuencia de las infecciones urinarias y, en menor medida, de las genitales. Aproximadamente la mitad de las mujeres conserva una cierta producción de estrógenos tras la menopausia, en las glándulas suprarrenales y en el tejido adiposo, lo que hace que en ellas los síntomas del síndrome posmenopáusicas sean más leves y que los lactobacilos continúen siendo los colonizadores mayoritarios de su baja. Para el resto puede ser beneficiosa la administración por vía vaginal de una crema con muy baja concentración de estrógenos que revierta la sequedad y la pérdida de elasticidad, lo que debería eliminar o al menos atenuar los síntomas genina de la menopausia y conducir a unas relaciones sexuales más placenteras. Igualmente, se recuperaría el ambiente propicio para la recolonización por los lactobacilos, que son los principales protectores frente a la infección genital y urinaria. En este proceso es beneficiosa la administración concomitante de probióticos adecuados que lo acelere. Ahora bien, existen condicionantes como la edad, el estado general, la historia clínica previa, etc. Que pueden comprometer la conveniencia de aplicar estos tratamientos. Por eso su prescripción debe ser evaluada y controlada por un especialista en ginecología.
Juan Evaristo Suárez
Microbiología y Parasitología