La fotoprotección en niños es fundamental para prevenir daños a corto y largo plazo en su delicada piel. La piel de los niños, especialmente la de los bebés, es más delgada y sensible que la de los adultos, lo que la hace más vulnerable a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Fotoprotección infantil: ¿Por qué es tan importante?
La piel de un niño es diferente a la de un adulto. Está en constante desarrollo y su capacidad para protegerse del sol no está completamente madura.
Menor cantidad de melanina: La melanina es el pigmento que da color a la piel y actúa como protector solar natural. Los niños, especialmente los bebés, tienen menos melanina, lo que los hace más propensos a las quemaduras solares.
Piel más fina: La piel de los niños es más delgada que la de los adultos, lo que permite que los rayos UV penetren más fácilmente y causen daño.
Mayor superficie corporal en relación con el peso: Los niños tienen una mayor superficie de piel en relación con su peso corporal, lo que significa que absorben una mayor cantidad de radiación UV por kilogramo de peso.
Consejos para una correcta fotoprotección infantil
Proteger la piel de los niños del sol es crucial para prevenir daños a corto y largo plazo como quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel.
Es importante recordar que la exposición solar durante la infancia se acumula a lo largo de la vida y aumenta el riesgo de desarrollar problemas en la edad adulta.
Tipos de fotoprotectores solares
Existen diferentes tipos de fotoprotectores solares disponibles en el mercado, incluyendo cremas, lociones, sprays y sticks. Es importante elegir un protector solar de amplio espectro, lo que significa que protege tanto de los rayos UVA como de los UVB. El factor de protección solar (FPS) indica el nivel de protección que ofrece un protector solar contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares. Se recomienda utilizar un FPS de al menos 30, y preferiblemente 50 o superior, en niños.