Vivir con celiaquía: cuando el gluten está fuera del menú
La celiaquía es una enfermedad autoinmune que afecta al intestino delgado y se desencadena por la ingesta de gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Las personas celiacas experimentan una reacción adversa al gluten, lo que provoca inflamación y daño en el revestimiento del intestino delgado, interfiriendo con la absorción de nutrientes.
¿Cómo es el día a día de una persona celiaca?
Vivir con celiaquía implica un cambio significativo en el estilo de vida, especialmente en lo que respecta a la alimentación. La base del tratamiento es seguir una dieta estricta sin gluten de por vida. Esto significa evitar por completo cualquier alimento que contenga trigo, cebada, centeno y sus derivados.
Alimentos prohibidos:
Pan, pasta, galletas y pasteles elaborados con harinas convencionales.
Cerveza convencional.
Salsas espesadas con harina de trigo.
Alimentos procesados que puedan contener gluten como aditivo.
Alimentos permitidos:
Frutas, verduras, hortalizas, legumbres, carnes, pescados, huevos y lácteos naturales.
Cereales sin gluten: arroz, maíz, quinoa, amaranto, trigo sarraceno.
Productos específicos sin gluten: pan, pasta, galletas, etc.
La compra sin gluten: un reto (y un gasto) adicional
Encontrar alimentos sin gluten puede ser un desafío, especialmente al inicio del diagnóstico. Afortunadamente, cada vez hay mayor oferta de productos específicos en supermercados y tiendas especializadas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos productos suelen tener un precio más elevado que sus homólogos con gluten.
Consejos para una compra sin gluten más fácil:
Leer las etiquetas: Es fundamental revisar cuidadosamente la lista de ingredientes de cualquier producto, incluso aquellos que aparentemente no contienen gluten.
Buscar el sello sin gluten: Existen sellos de certificación que garantizan que un producto cumple con los estándares de seguridad para celíacos.
Planificar las comidas: Organizar el menú semanal con antelación facilita la compra y evita imprevistos.
Adaptarse a la vida social
Comer fuera de casa puede ser un desafío para las personas celiacas. Es importante que restaurantes, bares y otros establecimientos de comida estén informados y sensibilizados con la celiaquía, ofreciendo opciones seguras y libres de contaminación cruzada.
Más allá de la alimentación
La celiaquía no solo afecta a la alimentación. Es importante tener en cuenta que algunos medicamentos, suplementos vitamínicos e incluso productos de higiene personal pueden contener gluten. Es fundamental leer las etiquetas y consultar con un profesional de la salud en caso de duda.
Vivir con celiaquía puede ser un reto, pero con información, organización y el apoyo adecuado, es posible llevar una vida plena y saludable.