Enfermedad venosa crónica o varices, ¿qué debes saber?
La enfermedad venosa crónica es una afección común que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Esta patología se caracteriza por la dificultad del retorno de la sangre desde las piernas hacia el corazón, debido a un mal funcionamiento de las válvulas venosas.
Las varices, dilataciones y deformaciones de las venas, son la manifestación más frecuente de la enfermedad venosa crónica. Estas suelen aparecer en las piernas y pueden causar síntomas como dolor, pesadez, hinchazón, calambres, picor o sensación de calor.
Factores de riesgo y prevención
Existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad venosa crónica y varices. Algunos de los más comunes son:
Edad: El riesgo aumenta a medida que envejecemos.
Sexo: Las mujeres son más propensas a desarrollar varices, especialmente durante el embarazo.
Genética: La predisposición familiar juega un papel importante.
Obesidad: El sobrepeso aumenta la presión sobre las venas.
Sedentarismo: La falta de actividad física dificulta el retorno venoso.
Exposición prolongada al calor: El calor dilata las venas y empeora los síntomas.
Si bien no se puede controlar el factor genético o la edad, existen medidas que pueden ayudar a prevenir la aparición de varices o retrasar su desarrollo:
Mantener un peso saludable.
Realizar ejercicio físico de forma regular.
Evitar estar de pie o sentado durante largos periodos de tiempo.
Utilizar medias de compresión, especialmente si se está mucho tiempo de pie.
Evitar la exposición prolongada al calor.
Elevar las piernas por encima del nivel del corazón durante unos minutos al día.
Recomendaciones
Es importante destacar que la información proporcionada en este artículo tiene un carácter meramente informativo y no debe sustituir en ningún caso la consulta con un profesional de la salud. Ante cualquier duda o síntoma, se recomienda acudir al médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.