Antibióticos en infecciones de oído: ¿Cuándo son necesarios?

Uso de antibióticos en infecciones de oído

Las infecciones de oído se encuentran entre las razones más comunes por las que se recetan antibióticos, especialmente en niños. Sin embargo, no todas las infecciones de oído requieren tratamiento con antibióticos.

Tipos de infecciones de oído:

• Otitis media aguda (OMA): Es una infección del oído medio, el espacio detrás del tímpano. Suele ser causada por bacterias o virus y es más común en niños pequeños. Los síntomas incluyen dolor de oído, fiebre, irritabilidad y, a veces, supuración del oído.

• Otitis media exudativa (OME): Se produce cuando hay una acumulación de líquido detrás del tímpano, pero sin signos de infección activa. Puede causar pérdida de audición temporal y sensación de oído taponado.

• Oído de nadador (otitis externa): Es una infección del conducto auditivo externo, que conecta el oído externo con el tímpano. Suele ser causada por bacterias y es más común en personas que pasan mucho tiempo en el agua. Los síntomas incluyen dolor de oído, picazón, enrojecimiento e inflamación del conducto auditivo.

¿Cuándo se necesitan antibióticos?

El uso de antibióticos depende del tipo de infección de oído y de la gravedad de los síntomas.

• Otitis media aguda: En muchos casos, la OMA se resuelve por sí sola sin necesidad de antibióticos. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas con analgésicos y antipiréticos. Los antibióticos pueden ser necesarios en casos de OMA grave, en niños menores de 6 meses o en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

• Otitis media exudativa: La OME generalmente no requiere antibióticos, ya que la mayoría de los casos se resuelven por sí solos en unas pocas semanas. El tratamiento se centra en controlar los síntomas y prevenir complicaciones.

• Oído de nadador: El tratamiento del oído de nadador generalmente implica gotas óticas con antibióticos y corticosteroides para reducir la inflamación y combatir la infección.

Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. No se automedique con antibióticos, ya que el uso inadecuado de estos medicamentos puede contribuir a la resistencia a los antibióticos.