15Jun. 12
Investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, consiguieron salvar la vida de una niña de 10 años que tenía obstruida la vena porta hepática gracias a su sustitución por un vaso sanguíneo artificial desarrollado en el laboratorio a partir de células madre de la propia paciente.
El exitoso trasplante, según publica en su último número la revista The Lancet ‘, tuvo lugar en marzo del año pasado y, según sus autores, abre la vía a los injertos procedentes de células madre para pacientes con ‘bypass’ cardiaco y en diálisis, que carecen de vasos sanguíneos adecuados para someterse a una cirugía de reemplazo.
La ventaja de usar tejido creado con las propias de un paciente es que no hay riesgo de rechazo del órgano y, por lo tanto, tampoco necesidad de que la persona tome medicamentos inmunosupresores de por vida.
Hace cuatro años, una mujer de 30 años recibió el primer trasplante del mundo de tráquea creada en el laboratorio específicamente para ella, que fue desarrollada de una manera similar, tras sembrar en el órgano de un donante las células madre de la propia paciente.
En este caso, el trasplante involucró a una niña con la vena porta hepática obstruida, un bloqueo que suele resultar mortal ya que es la que se encarga de drenar la sangre de los intestinos y el bazo hacia el hígado.
El equipo de la Universidad de Gotemburgo tomó un trozo de 9 centímetros de la vena femoral de un donante fallecido y le quitó todas las células vivas, quedándose simplemente con un tubo de proteína que funcionó como carcasa para el nuevo injerto.
Las células madre extraídas de la médula de la niña fueron luego introducidas en el tubo y, dos semanas después, el injerto fue implantado en la paciente.
El nuevo vaso sanguíneo restauró inmediatamente el flujo normal de sangre, según indicaron los médicos, aunque después de un año se estrechó y fue necesario un segundo injerto creado con células madre.
Martin Birchall y George Hamilton, del University College de Londres, han advertido en un comentario adicional en ‘The Lancet’ que la técnica ahora debe ser evaluada en ensayos clínicos y desarrollada en un proceso de producción con un estricto control de calidad.
Sumitran-Holgersson ha reconocido que ya ha simplificado el proceso y ahora puede tomar células madre de la sangre en lugar de tener que extraerlas de la médula, al tiempo que también tiene previsto probar esta técnica en arterias a lo largo de este año.
De hecho, el equipo de investigadores suecos, que estuvo dirigido por la investigadora Suchitra Sumitran-Holgersson, está trabajando con una compañía cuyo nombre no ha sido revelado para comercializar el procedimiento.
«Soy muy optimista de que en un futuro cercano podamos trasplantar tanto arterias como venas a gran escala», reconoció esta experta.
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