19Jun. 01
Más de seis millones de españoles consumen antiinflamatorios, de los que uno de cada cuatro acaban sufriendo efectos adversos gástricos por su uso. Una situación que se agrava por la incuantificable cantidad de personas que se autorecetan este tipo de medicamentos.
El estudio Episer estima que el consumo regular de antiinflamatorios no esteroideos, los conocidos como antiinflamatorios tradicionales o AINEs, provocan unas 120.000 úlceras y unas 40.000 hemorragias digestivas. Un efecto que los expertos creen que se podría solucionar con los fármacos de nueva generación.
Extrapolando estas cifras al conjunto de la población, la SER cree que más de 55.000 personas deben dejar su trabajo al menos un día por problemas gastrointestinales derivados del uso de AINEs, provocando además unos 40.000 ingresos hospitalarios cada año.
Según el coordinador de este estudio, el doctor Pere Benito, los factores de riesgo para que un paciente sufra efectos adversos por ingesta de AINEs son «el tener más de 65 años (lo que cuadriplicaría el riesgo), el tener antecedentes de problemas digestivos, el asociar el tratamiento a corticoides, el uso de dosis altas o de dos antiiflamatorios o el uso simultáneo de anticoagulantes como la aspirina».
Este perfil de paciente de riesgo ha sido estudiado por la SER antes de los avisos de la FDA norteamericana sobre los efectos de adversos de los antiinflamatorios no tradicionales, según el doctor José María Piqué del Instituto de Enfermedades Digestivas del Hospital Clínico y la Universidad de Barcelona. «Ahora los estudios se están revisando y se están realizando nuevos estudios prospectivos», afirma el doctor Piqué, quien cree también que es posible que este efecto adverso «no exista con los antiinflamatorios de última generación».
En cuanto al riesgo de accidentes cerebrovasculares, apuntados también por otros estudios, «no queda claro si los culpables son los antiinflamatorios, pues los datos de los que disponemos no son completos, por lo que ahora se están revisando», explica el doctor Jordi Carbonell, Presidente de la Sociedad Catalana de Reumatología.
Tipos de complicaciones gástricas
El estudio Episer calcula que hasta un tres por ciento de los consumidores de antiinflamatorios desarrolla con el tiempo una complicación gastroduodenal clínicamente relevante, como úlcera sintomática, hemorragia digestiva alta o perforación. De hecho, estas personas presentan un riesgo de hospitalización o fallecimiento a consecuencia de una complicación gastrointestinal cinco veces superior al de una persona que no consume AINEs regularmente. También se ha demostrado que el riesgo de desarrollar problemas gastrointestinales se mantiene varios meses después de haber abandonado su uso.
Estos problemas son más frecuentes en edades entre los 60 y los 70 años y entre mujeres. Extrapolando los datos del estudio, la SER afirma que cada año se recetan al menos medio millón de gastroprotectores por problemas asociados al uso de antiinflamatorios, obligando a realizar 300.000 endoscopias anuales y forzando 55.000 bajas laborales cada año. Por ello, la SER cree que éste es «un problema médico, económico y sanitario de primer orden».
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