Un recién nacido que rompe la madrugada con su llanto puede alterar la paciencia de sus padres y llevarles a mostrar al bebé su enfado con un zarandeo entre sus brazos. Este simple episodio puede conllevar trágicas consecuencias. Un estudio publicado por la revista científica The Lancet advierte de cuál puede ser el resultado de los maltratos al bebé o, del conocido como "Síndrome del Bebé Zarandeado", a esta temprana edad. Desde graves déficits en el desarrollo posterior del cerebro, hasta la muerte.
La investigación, llevada a cabo por el Departamento de Neurociencia Pediátrica del Hospital Real de Niños Enfermos de Edimburgo, lanza datos preocupantes. A partir del registro de los casos de lesiones no accidentales a niños de Escocia en el periodo 98-99, han constatado que el Síndrome del bebé zarandeado ocurre en esta región con una tasa de casi 25 casos por cada cien mil niños de menos de un año de edad. Y revela que es más frecuente en zonas urbanas y en las épocas de otoño e invierno. El riesgo de que un niño de menos de un año sufra lesiones no accidentales es de 1 entre 4.000, y la media de edad en la que suelen ocurrir los daños cerebrales apenas supera los dos meses de vida.
Los malos tratos son los principales causantes de que un niño muera por daño cerebral. Este daño no accidental incluye el zarandeo con o sin impacto, o los impactos con penetración o sin ella. Por todo ello, se ha hecho un llamamiento a los especialistas médicos y familiares del bebé para que sean suspicaces y sean capaz de detectar a tiempo un posible episodio de malos tratos.
La muerte no es la única trágica consecuencia que puede tener la más mínima agresión a un bebé, el estudio revela que el 78 por ciento de los supervivientes tienen a largo plazo significativas anomalías cerebrales y en su desarrollo.
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