18Ene. 08
Una mayor y mejor implantación de las guías de manejo de esta enfermedad podría ayudar a mejorar las cifras de pacientes con HTA controlada, por lo que las diferentes sociedades científicas relacionadas con la hipertensión arterial se han propuesto mejorar su nivel de utilización.
El objetivo del Estudio CIGEMA (Conocimiento e Implementación de la nueva Guía Europea de Manejo de la hipertensión Arterial) es evaluar el grado de conocimiento que médicos de atención primaria y especialistas de ámbitos relacionados con la enfermedad cardiovascular tienen de estas guías, si se cumplen las pautas de tratamiento y si existen diferencias entre los niveles asistenciales y los distintos modelos sanitarios autonómicos. Mejorar el control de la hipertensión arterial (HTA) es uno de los retos más importantes de los especialistas, sobretodo teniendo en cuenta que los últimos datos apuntan que el control de la hipertensión se logra sólo en una tercera parte de los pacientes en Atención Primaria y en aproximadamente la mitad de los referidos a unidades hospitalarias.
Una mayor y mejor implantación de las guías de manejo de esta enfermedad podría ayudar a mejorar estas cifras, por lo que las diferentes sociedades científicas relacionadas con la hipertensión arterial se han propuesto mejorar su nivel de utilización.
De hecho, la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) ha publicado recientemente de forma conjunta con la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) la actualización de sus guías para el manejo de la HTA, que incorpora los cambios que, basados en la evidencia clínica, se han producido desde que en 2003 se publicó la anterior guía en las diferentes áreas relacionadas con esta enfermedad.
Pero a pesar del esfuerzo que hacen estos organismos por trazar unas pautas de aproximación y tratamiento de esta patología, una de las principales responsables de muerte y discapacidad prematuras, se plantean varios interrogantes sobre su aplicabilidad, si realmente son conocidas por los médicos que deberían aplicarlas o si sus decisiones clínicas se toman en base a los criterios que establecen estas guías.
Por este motivo, se ha puesto en marcha el Estudio CIGEMA (Conocimiento e Implementación de la nueva Guía Europea de Manejo de la hipertensión Arterial), que se está llevando a cabo con el apoyo de Novartis Farmacéutica.
El estudio está coordinado por el doctor José Luis Zamorano, cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y miembro del comité de revisión de las guías europeas de la ESC. «Este trabajo nos servirá para conocer de primera mano cómo mejorar las guías además de tener datos exactos de su grado de implantación», señala este experto.
Aunque hasta el momento no existen datos exactos, se estima que alrededor del 45 por ciento de los médicos especialistas son los que siguen estas guías. «Los principales factores por los que el resto no las implementan son el desconocimiento, porque puede que estén algo alejadas de la realidad en la práctica clínica o porque es difícil llegar al paciente objetivo que se describe en estos documentos», explica el doctor Zamorano.
La presión asistencial que existe tanto en atención primaria como en especializada es probablemente otro de los factores de la baja implementación de estos documentos, apunta el doctor Luis Miguel Ruilope, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA). «Las guías recomiendan realizar una estratificación del riesgo en cada paciente y ofrecen consejos para cada caso. Actuar según estas recomendaciones requiere un mejor conocimiento de estos documentos».
Para el doctor Alejandro de la Sierra, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y responsable del área de formación continuada de la SEH-LELHA , «otras barreras que surgen a la hora de poner en práctica estas guías son su formato, que en muchas ocasiones hace que no llegue a todos los ámbitos asistenciales, así como el hecho de que los médicos que tienen que implementarlas en ocasiones no están de acuerdo con las recomendaciones o tienen dificultad para llevarlas a cabo».
Retos y expectativas de futuro
El objetivo del estudio CIGEMA es obtener datos fiables sobre qué número de médicos tienen conocimiento de estas guías, si cumplen los protocolos que en ellas se describen y si existen diferencias de aplicación en los niveles asistenciales e incluso entre los distintos modelos sanitarios de las comunidades autónomas.
Además de estudiar hasta qué punto se implementan estas guías, el trabajo servirá para detectar en qué áreas no se aplican, por qué y las expectativas de futuro que los médicos tienen en estos documentos.
«Las recomendaciones de las guías de manejo de la HTA están basadas en situaciones ideales como son los ensayos clínicos, que están muy alejados de la práctica diaria», explica el doctor de la Sierra. «De forma habitual un médico tiene muchos frenos, ya que para poder llevar a cabo estas recomendaciones debe hacer un examen exhaustivo al paciente que en muchas ocasiones no se puede realizar, bien por falta de tiempo, o bien porque la HTA forma sólo una pequeña parte de los problemas clínicos de la persona que acude a la consulta».
Los primeros resultados del Estudio CIGEMA, que se podrán conocer a partir de abril de 2008, serán utilizados para elaborar un documento de consenso que pueda servir como apoyo a la hora de publicar nuevas actualizaciones de guías sobre el abordaje de la HTA.
«Nuestro primer objetivo es conocer en qué punto nos encontramos. Los datos actuales con los que contamos son estimaciones, por lo que puede que descubramos que la aplicación de las guías europeas de manejo de la HTA sea mucho mejor de lo que pensamos», explica el doctor Ruilope. «En el momento en que tengamos la radiografía exacta de la situación ya podremos poner en marcha los remedios más aconsejables».
«Por otro lado, los datos que extraigamos del estudio nos servirán para hacer una reflexión importante y conocer los puntos débiles de estas guías y dónde hacer hincapié para que puedan llegar mejor a los profesionales médicos», indica el doctor de la Sierra. «Sabremos así si tenemos que mejorar el formato, quizá reducirlo más , o realizar recomendaciones más focalizadas al ámbito español».
Para realizar este trabajo se contará con la opinión de profesionales de atención primaria y médicos especialistas que en su día a día tratan esta patología a través de un completo cuestionario dividido en cuatro bloques temáticos relacionados con la necesidad, conocimiento, implementación y aplicabilidad de estas guías.
CIGEMA es un estudio prospectivo basado en la metodología Delphi, técnica interactiva y científicamente validada, que incluye dos rondas de consultas y que facilita el acuerdo entre expertos.
Mejor cumplimiento, mejor control
Las guías europeas de manejo de la HTA hacen especial hincapié en la importancia del cumplimiento del tratamiento hipertensivo por parte del paciente. Entre las pautas que se establecen para mejorar el nivel de cumplimiento están la información al paciente de los riesgos de la enfermedad y los efectos beneficiosos de un tratamiento eficaz y la adaptación de la terapia farmacológica a los hábitos de vida y necesidades del paciente, así como intentar simplificarlos lo máximo posible.
Por otro lado, el médico debe proporcionar instrucciones por escrito y orales de forma clara acerca del tratamiento, concertar un régimen de visitas de seguimiento y ofrecer apoyo al paciente.
«Las guías de práctica clínica en las que participa la ESC se elaboran por autores y comités de revisión independientes, lo que las convierte en una herramienta muy útil», subraya el doctor Zamorano. «Incluimos en las últimas guías los datos sobre los ensayos clínicos más actuales además de un cálculo muchísimo más exacto del riego cardiovascular de los pacientes con hipertensión arterial».
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