Salud y desarrollo: retos para el siglo XXI

Con este título se ha presentado en Barcelona uno de los diálogos que tendrá lugar en el marco del Forum 2004 y que se celebrará entre los días 5 y 9 de Junio en esta misma ciudad. Será un encuentro con protagonismo del sur, y en concreto del continente africano. Éste se toma como paradigma de una desigualdad que pretende minimizarse a través de encuentros como éste, un evento que ha de dar voz a las personalidades con responsabilidad sanitaria en los países de baja renta y hacer patente la relación causal que hay entre falta de salud y la pobreza.

El evento se plantea con un objetivo principal muy amplio, que es el de promover la discusión sobre los elementos críticos relacionados con el estado de la salud en el mundo, aunque todo ello se hará desde el punto de vista de la lucha contra la pobreza. «Generalmente se ha pensado en la falta de salud como una consecuencia de los problemas de desarrollo de determinados países, cuando precisamente esta carencia es causa directa de pobreza», apuntó en la presentación del encuentro Jordi Camí, director del diálogo y de l»Institut Municipal d»Investigació Mèdica.

Este nuevo punto de vista sobre la relación entre salud y pobreza va en la línea general del diálogo, que se plantea de tal modo que de voz a distintas perspectivas, especialmente para analizar la situación del continente africano. Ésta, a su vez, puede ser aplicable a otros sistemas de salud que se están destruyendo en la actualidad o que ni si quiera se han llegado a desarrollar.

Protagonismo del sur

Por ello uno de los puntos fuertes del evento será la presencia de personalidades de estos países del sur, figuras del ámbito político que hayan sido «claves para el diseño de nuevas intervenciones en salud y desarrollo durante los últimos años», tal y como los definió Josep M. Jansà, director técnico del diálogo y miembro de l»Agència de Salut Pública de Barcelona.

Así, se contará con las intervenciones del doctor Manto Tshabalala-Msimang, ministro de Sanidad de Sudáfrica y gran luchador para conseguir evitar las restricciones de la posesión de las patentes de las compañías farmacéuticas internacionales; o del doctor Humberto Sergio Costa Lima, ministro de Sanidad de Brasil, que desde su posición también ha tratado la necesidad de paliar la desigualdad y permitir el acceso a un paquete básico de intervenciones por parte de la mayoría de la población, en un país con uno de los mayores desniveles tanto en salud como a nivel socioeconómico.

Por otro lado y según Jansà, también se ha pretendido «que los investigadores y los académicos, probablemente más alejados de la realidad cotidiana y que no pisan directamente zonas de pobreza, compartan este diálogo en un tú a tú con gestores y responsables políticos». En consecuencia, también cabe destacar la participación de ponentes de prestigio internacional en el mundo de la medicina, o de mucha influencia, como el profesor Sydney Brenner, Premio Nobel de Medicina 2002, o el profesor Richard Feachem, Director ejecutivo del Fondo Global.

Temas a tratar

En la presentación de este diálogo, «Salud y desarrollo: retos para el siglo XXI», se habló de algunas ideas clave que representarían el hilo conductor de los contenidos. La primera, los elementos que estén en las agendas políticas, tanto dentro de las agencias internacionales como de los gobiernos nacionales. En segundo lugar, el financiamiento de las intervenciones. Y todo ello relacionado con los efectos de la globalización y las nuevas enfermedades emergentes sobre las que todavía no existen estrategias para minimizar su impacto, siempre recordando que la salud es un derecho que no se está dando en todos los países.

Posteriormente, una vez terminado el encuentro, Jansà opinó que se trataría de «canalizar las propuestas». Por su parte, Camí lanzó un mensaje de convencimiento, afirmando que «si se pudiera romper el problema de la salud, los problemas de bienestar económico y social prosperarían». Sin embargo, y por el momento, lo que se dan son primeros pasos como este evento que Jansà definió por la voluntad de que sea «un diálogo práctico, útil y que sirva para seguir trabajando y seguir marcando aquellas pautas que se han demostrado como efectivas para minimizar las desigualdades en salud, especialmente en los países de baja renta». Se pretende analizar la necesidad de acciones renovadas e intensificadas para finalmente alcanzar los objetivos planteados desde la comunidad internacional.