Aunque muchas personas no dan la importancia justa a este problema, los ronquidos no sólo perjudican a quienes duermen al lado. Un estudio presentado en la última reunión de los profesionales de la American Academy of Neurology lo relaciona con dolores de cabeza y un mayor riesgo de apnea o interrupción de la respiración durante el sueño
Las personas que roncan tienen más riesgo de sufrir dolores de cabeza crónicos, mientras que la suma de ronquidos y dolor de cabeza puede ser también factor de riesgo de apnea del sueño, según un estudio presentado por el National Institute on Aging en el reciente encuentro de la American Academy of Neurology celebrado en Denver.
El estudio, liderado por la epidemióloga Ann I. Scher estudió los efectos de los ronquidos sobre el dolor de cabeza diario en personas no diagnosticadas de apnea del sueño. La observación más interesante hecha por este equipo es que muchos de los afectados que no corresponden con el clásico perfil de paciente con apnea del sueño (sobre todo mujeres) tenían también dolores de cabeza, siendo la suma de ronquidos y dolor de cabeza un factor de predicción de la apnea.
Los molestos ronquidos
Según la American Academy of Otolaryngology aproximadamente el 55 por ciento de los adultos ronca al menos de forma ocasional, mientras que uno de cada cuatro lo hace habitualmente. Este problema es más frecuente en hombres y en personas con sobrepeso y suele empeorar con la edad.
Los ronquidos se producen por una obstrucción del paso del aire entre la boca y la nariz, cuando la lengua está en una posición tan alta que encuentra el paladar blando y provoca una vibración por contacto durante la respiración. Este fenómeno puede estar causado por varios factores. Por una flacidez muscular de lengua y garganta debida al consumo de alcohol o drogas; por un volumen excesivo del tejido de la garganta o de los tejidos del cuello o por una gran longitud del paladar blando. Por último, una causa más leve de esta obstrucción puede ser también un resfriado.
Aunque pueda no parecerlo es un importante problema de salud, no sólo por sus implicaciones sociales, sino también porque impide el correcto descanso de la persona y porque en su forma severa puede provocar problemas más graves como la apnea de sueño obstructiva.
Apnea de sueño
Una apnea de sueño obstructiva se da cuando los ronquidos son interrumpidos por episodios de obstrucción de la respiración, que pueden darse desde 30 hasta 300 veces durante la noche. Estos episodios reducen los niveles de oxígeno en la sangre, por lo que el corazón debe realizar un sobreesfuerzo. Ello provoca que la persona no descanse durante el sueño, pueda despertarse con más facilidad y que mantenga sus músculos tensos cuando deberían descansar, para poder mantener ventilados los pulmones. Además, al no haber dormido correctamente, la persona puede sufrir somnolencia durante el día, pudiéndole afectar en su trabajo. A largo plazo, también puede producir hipertensión arterial y aumento del tamaño del corazón.
Por ello, las personas que roncan deben acudir a un especialista médico para poder chequear y evaluar la gravedad de su problema, pudiendo decidir entonces un tratamiento adecuado.
En personas que roncan de forma leve, algunas medidas que la American Academy of Otolaryngology aconseja para ayudarles son adoptar un estilo de vida saludable con ejercicio regular para tonificar los músculos y perder peso en caso de sobrepeso; evitar (en la medida de lo posible) los tranquilizantes, pastillas para el insomnio y antihistamínicos antes de ir a dormir; evitar el alcohol al menos las cuatro últimas horas antes de ir a dormir y las comidas fuertes o tentempiés durante las tres últimas horas antes de ir a la cama; establecer horarios de sueño regulares y dormir de lado y no sobre la espalda.
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