En la actualidad, los tratamientos para la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) están dirigidos a detener la evolución de la enfermedad y a evitar la pérdida total de la visión. Esta patología oftalmológica, que se relaciona con el envejecimiento, puede impedir que quien la padece sea capaz de realizar sus actividades cotidianas, y afectar eso a su día a día así como a la vida social. Para frenar al evolución de la DMAE gracias a un tratamiento será fundamental su detección precoz.
Aún así, las cifras no son muy alentadoras en lo referente al diagnóstico temprano de la enfermedad. Tal y como explicó durante su intervención en el 79 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) el doctor Eduardo Esteban, jefe de la Sección de Exploraciones Especiales de Oftalmología del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, «aunque la detección precoz de la DMAE aumenta las posibilidades de tratamiento, cuando los pacientes llegan a los servicios de oftalmología de los hospitales presentan un estado avanzado de la enfermedad». Esto se dice con los resultados de un estudio realizado recientemente por la SEO según el que el 90 por ciento de los retinólogos consultados afirmó que el estado de los pacientes que llegan a su consulta con esta patología es malo o muy malo.
La terapia fotodinámica
Hasta hace poco tiempo, la DMAE no tenía tratamiento. Sin embargo en estos momentos hay varias alternativas, aunque la más desarrollada y más usada es la terapia fotodinámica. Ésta consiste en «utilizar un fármaco que se fija en la membrana y al ser activado con un láser produce el cierre de la membrana, la cicatrización», tal y como la definió la doctora Amparo Navea, médico adjunto del Hospital Universitario La Fe de Valencia, también durante el 79 Congreso de la SEO.
Según esta experta, el proceso de este tratamiento «permite conseguir unas cicatrices más pequeñas, unas lesiones más pequeñas y, por tanto, preservar mayor número de fotorreceptores en el área macular y una mejor visión residual». Esta técnica consigue mejorar o preservar la visión en el 88 por ciento de los pacientes con DMAE húmeda. Y se especifica el concepto de «húmeda» porque existen dos tipos de DMAE, la seca o atrófica, más frecuente y de evolución más lenta, y la húmeda o neovascular, mucho más agresiva y con una rápida evolución hacia la pérdida de la visión central.
Otras posibilidades
La llamada termoterapia transpupilar es otra posibilidad de tratamiento y consiste en la aplicación de un láser no agresivo a la lesión que también induce a la cicatrización de ésta. Aunque, tal y como apunta la doctora Navea, «esta terapia tiene como complicación la de conseguir la dosificación perfecta de la energía láser que se ha de aplicar para que el tratamiento sea eficaz». Hay que decir que, por el momento, en los ensayos clínicos el mayor número de pacientes ha sido tratado con terapia fotodinámica, que por lo tanto es la técnica, entre estas dos, que mejor se conoce, en cuanto a funcionamiento y resultados. Por último, una tercera posibilidad de tratamiento está en uso en la actualidad. Se trata de la cirugía macular que aunque tiene un potencial de recuperar la visión mucho más alto que el resto de tratamientos «también implica unas complicaciones mucho más importantes», tal y como apunta la doctora Navea.
En conclusión y más allá de las opciones que se apliquen, en lo que sí insisten los expertos es en que para poder realizar cualquier tratamiento es fundamental el diagnóstico precoz de la enfermedad.
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