La criocirugía es una técnica del campo de la dermatología utilizada ampliamente en correcciones estéticas como la eliminación de verrugas o lunares, pero que también puede tratar lesiones más graves, tales como cánceres en piel y mucosas.
Consiste en introducir nitrógeno líquido a baja temperatura en la zona afectada hasta que ésta se congela y se destruye. Es una técnica sencilla, con un tiempo corto de intervención y sin efectos secundarios.
Sin embargo, el postoperatorio es largo, pues como explica el doctor José Fernández, del Servicio de Dermatología del Hospital Puerto Real de Cádiz, «la reacción inflamatoria que produce el nitrógeno en la piel hace que el postoperatorio se alargue un mes, mientras que en una intervención de cirugía convencional éste dura entre 7 y 10 días».
Actualmente, en España existen 200 especialistas en criocirugía, siendo el Hospital Puerto Real de Cádiz el que ha acumulado más experiencia, después de 12 años de formación de residentes en esta especialidad.
Sin embargo, los especialistas reunidos en el último Congreso Nacional de Dermatología y Venerología pidieron que se extienda más el uso de esta técnica, que puede servir para tratar lesiones graves como carcinomas basocelulares y espinocelulares en piel y mucosas, además de tumores en el párpado, cara o cavidad nasal. Además, como explica el doctor Romero Cabrera, profesor adjunto del Servicio de Dermatología de este hospital gaditano, la criocirugía es una técnica «que no requiere de una gran infraestructura, por lo que se puede disponer de ella en centros no muy sofisticados, e incluso ambulatorios».
El porcentaje de éxito de esta técnica en carcinomas basocelulares y espinocelulares en piel y mucosas es de «un 98 por ciento», según el doctor José Fernández, del Servicio de Dermatología del Hospital Puerto Real de Cádiz, por lo que son «equiparables a los de la cirugía convencional».
La criocirugía también es una técnica indicada en pacientes con contraindicaciones para la cirugía convencional, como los pacientes de edad avanzada que no toleran la anestesia o presentan alteraciones en la coagulación de la sangre, pues es una intervención menos agresiva que la tradicional y no precisa entrar al quirófano.
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