¿Qué es el cáncer?

30Nov. 01

El cáncer es un grupo de enfermedades que se caracteriza por el crecimiento sin control de las células de un determinado tejido. Se incluyen dentro de esta denominación muchas enfermedades diferentes. En condiciones normales las células que forman los diferentes órganos del cuerpo humano nacen, crecen, se dividen y mueren de manera controlada en función de una serie de parámetros codificados genéticamente. Pero, si por mecanismos diversos se pierde este control las células se multiplican hasta originar un tumor. El crecimiento descontrolado de un tejido puede dar lugar a tumores benignos o malignos. Si éste es maligno, se denomina cáncer.

Los tumores pueden extenderse a otros tejidos vecinos invadiéndolos e incluso pueden migrar a tejidos lejanos mediante los vasos sanguíneos o linfáticos, esto es lo que se conoce con el nombre de metástasis. Si una vez extirpado el tumor vuelve a crecer, nos encontramos ante una recidiva. Los tumores benignos no se extienden, no reaparecen una vez extirpados, ni suelen comprometer la vida del paciente. En cambio, los tumores malignos, si metastatizan y recidivan, pueden por ello provocar la muerte del paciente.

Los síntomas ante el cáncer son muy variados en función del tipo y de la localización del cáncer, así como de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Pero los síntomas generales de todos los cánceres son la pérdida de peso, cansancio y aparición de tumores.

Causas de su aparición y diagnóstico

Existen multitud de factores causales que han sido relacionados con el cáncer. Podemos hablar de factores genéticos o familiares que heredamos de nuestros padres en el código genético. Otros de los factores son ambientales, como la exposición a radiaciones solares, la exposición a agentes carcinógenos (agentes químicos que pueden producir cáncer), virus ó hábitos tóxicos como fumar, etc. Otros ejemplos son la exposición a radiaciones solares, que puede provocar cáncer de piel; una dieta rica en grasas que predispone al cáncer de colon, etc.

En la actualidad disponemos de diferentes métodos de diagnóstico precoz, uno de los más conocidos es la mamografía para detectar el cáncer de mama. En este sentido, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda realizar una mamografía a los 35 años, entre los 40-50 años una cada 1 ó 2 años y a partir de los 50 años se recomienda que se realice una revisión cada año. En el caso del cáncer de próstata, se recomienda una revisión anual en los hombres a partir de los 40 años o antes si detectan una alteración en su buen funcionamiento.

El tratamiento del cáncer depende del tipo de cáncer que se haya desarrollado, de su localización, de la fase en la que se encuentre y también de si ya se ha producido metástasis (invasión de tejidos a distancia). Cuanto más rápido sea el diagnóstico más posibilidades de cura existen.

Su tratamiento

Las principales formas de tratamiento son: la exéresis, es decir, la extracción del tumor vía quirúrgica; la radioterapia (aplicación de radiación) y la quimioterapia (el uso de medicamentos). Los avances en genética abren una vía de esperanza en este tipo de enfermedades, ya que en un futuro no muy lejano dispondremos de terapias génicas que podrán curar diferentes tipos de cáncer. Asimismo, los avances en génetica podrán detectar las características genéticas que predisponen a un determinado tipo de cáncer y, por tanto, se podrá prevenir la aparición de los tumores malignos.

Por último, el diálogo con nuestro médico de familia ante cualquier duda sobre el cáncer o ante cualquier síntoma sospechoso, es también esencial en la prevención del cáncer.

Consejos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC)

La AECC propone una serie de medidas de prevención para evitar o retrasar la aparición de un cáncer lo máximo posible.

-No fumar. Está probado que el tabaco no sólo es una de las causas principales de contraer cáncer de pulmón, laringe o vejiga, sino que está relacionado con muchas otras enfermedades respiratorias y cardiovasculares, como pueden ser el asma o el infarto de miocardio.

-No consumir alcohol en exceso: Se calcula que un tres por ciento de las enfermedades de origen oncológico están relacionadas con el consumo excesivo de alcohol. Eso sería, beber más de dos unidades de alcohol por día. Unido a la adicción al tabaco, el riesgo de contraer cáncer sobre todo de tipo aerodigestivo, aumenta considerablemente.

-Llevar una dieta lo más equilibrada posible. Además de mantener un peso adecuado, las dietas ricas en frutas, verduras y bajas en grasas previenen la aparición de la enfermedad. El sobrepeso es considerado hoy como un factor de riesgo en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el de útero. Las dietas ricas en grasas favorecen el desarrollo de cáncer de mama, intestino y próstata, por lo que evitarlas es un acierto en lo que a prevención se refiere.

-Tomar el sol en exceso es un factor decisivo si hablamos de cáncer de piel, aparte de las molestas insolaciones y quemaduras que provoca. La solución es tomar el sol siempre con protección, ya sea con cremas o bien con ropa, y hacerlo en las horas periféricas del día, ya sea de buena mañana o las últimas horas de la tarde.

-Saber qué sustancias pueden ser potencialmente cancerígenas es otro aspecto a tener en cuenta. En caso de estar diariamente en contacto con alguna de estas substancias por cuestiones de trabajo, se deben seguir las instrucciones de seguridad estrictamente.

-Autoconocimiento del propio cuerpo. Es importante estar alerta respecto a pequeños cambios que se pueden dar en tu cuerpo, en tu metabolismo o en tu estado de salud. Un pequeño bulto en el pecho, la aparición de verrugas, la pérdida de peso injustificada o cambios de las deposiciones son síntomas que nos obligan a realizar una visita al médico.

-En el caso de las mujeres, la realización de pruebas como el PAP (Test Papanicolau, para la extracción de células del cuello del útero) o los autoexámenes de mama son básicas para prevenir el cáncer de útero o el cáncer de mama, que es la primera causa de muerte por cáncer en la mujer. El PAP debe realizarse como mínimo cada año y el autoexamen de mama debe realizarse cada mes.

Los tipos más frecuentes

En la mujer, el cáncer de mama. En el hombre, el cáncer de pulmón

En segundo lugar (para ambos sexos), el cáncer colorrectal