25Mar. 09
Una valenciana de 39 años es la primera mujer española que, tras superar un cáncer de mama, ha conseguido quedarse embarazada tras someterse en el hospital Peset de Valencia a un implante de tejido ovárico propio. La mujer, que está encinta de 15 semanas, dará a luz en agosto a dos niños. Pero en este caso, para lograr el éxito en la gestación fue necesario también la vitrificación de ovocitos por parte del IVI, con lo que se convierte en el primer caso del mundo en combinar las dos técnicas.
El conseller de Sanidad, Manuel Cervera, dio una rueda de prensa para dar a conocer este embarazo acompañado de las dos doctoras que lo han hecho posible, la responsable del programa de de prevención de la fertilidad del Peset, María Sánchez, y la directora médica del IVI, Juana Crespo.
Así, la doctora Sánchez explicó que antes de que esta mujer comenzara con el tratamiento oncológico para superar el cáncer de mama que sufría se procedió a extraerle la corteza del ovario derecho para evitar su atrofia como consecuencia de la radioterapia y la quimioterapia a la que iba a ser sometida. Esta corteza se congeló a 196 grados bajo cero en el Centro de Trasfusión, donde se ubica el primer banco de tejido ovárico de España, hasta que la mujer superó su enfermedad.
Entonces, el equipo del Peset procedió en enero de 2008 a implantarle el tejido descongelado en el ovario izquierdo ya que está menos dañado que el derecho al tener la protección de la corteza y contar todavía con riego sanguíneo. El implante de la corteza permite además recuperar la función hormonal, lo que supone una mejor calidad de vida al retrasar los efectos de la menopausia. Sin embargo, aunque también recupera la función ovulatoria, no fue suficiente para que esta mujer se quedara embarazada de forma natural.
Al respecto, la doctora Crespo explicó que se tuvo que recurrir a técnicas de reproducción asistida por dos problemas añadidos: el primero la edad de la paciente, ya que a partir de los 35 años comienza el declive la fertilidad en las mujeres, y el segundo en que por una peritonitis que tuvo de pequeña le quedó como secuela las trompas obstruidas. De hecho, esta mujer antes de someterse al tratamiento oncológico ya llevaba un año y medio sin poder quedarse embrazada.
En un primer momento, el IVI optó por una fecundación in vitro con ovocitos frescos, pero no se logró por la baja calidad y el muy pequeño número que se conseguían. Por ello, tuvo que «inventar cómo volver a hacer funcionar al ovario» ya que no existía experiencia previa en estimular ovarios trasplantados. La solución fue someter a la mujer a una estimulación ovárica e ir vitrificando los ovocitos conseguidos cada mes hasta que reunieron 19 con lo que aumentan las probabilidades de éxito en el laboratorio. Así, se lograron dos embriones que todas las pruebas indican que en agosto serán dos bebés sanos.
La doctora Crespo indicó que para los casos de pacientes oncológicas el mecanismo ideal sería proceder a la implantación del tejido ovárico para garantizar, tras la superación de la enfermedad, la función hormonal y ovárica para posibilitar embarazos naturales en los casos que sea posible, aunque se calcula que en un 70 por ciento se precisará de reproducción asistida. De hecho, sólo se han conseguido cinco casos en todo el mundo mediante el uso exclusivo de esta técnica.
Por ello, paralelamente a la extracción de la corteza se aconseja a las mujeres vitrificar sus óvulos antes de someterse a los tratamientos oncológicos y de esta forma tener asegurado contar con un número y calidad adecuados de ovocitos. En este caso concreto, la futura madre no pudo someterse a esta técnica antes de recibir la quimio porque todavía no era legal en España. Además, recomendó ser «agresivos» para lograr pronto un embarazo porque se desconoce cuándo el ovario implantado perderá su capacidad reproductiva.
259 mujeres tratadas
El hospital Peset ha tratado desde que en febrero de 2005 recibió la acreditación para el programa de preservación de la fertilidad mediante la congelación de tejido ovárico a un total de 259 mujeres, el 56 por ciento de ellas de la Comunitat Valenciana, con una edad media de 29 años. La doctota Sánchez destacó la intensidad y constancia que tienen estas mujeres por la vida, entre las que se encuentra una niña de 9 años que al llegar a la consulta tenía «muy claro que le iban a quitar la corteza para poder ser madre después».
En enero de 2007 realizó el primer implante de tejido ovárico y hasta este momento se han realizado seis trasplantes en pacientes oncológicas que habían superado la enfermedad y querían ser madres. Así, señaló que el problema es que los ovocitos que se tienen en la corteza, que cuánto más joven es la paciente mayor número tiene, no están suficientemente maduros para poder manipularlos, por lo que se debe proceder al implante porque sólo maduran en los ovarios.
De estas mujeres, el 22 por ciento tenía la enfermedad de Hodgkin, que la literatura científica ya conocía que en estos casos el tejido está completamente libre de células cancerígenas, y en un 54 por ciento cáncer de mama, y el Peset ha demostrado y publicará próximamente que en este tumor tampoco afecta a la corteza. En un 32 por ciento son otras enfermedades y a estas mujeres se les realizan biopsias múltiples para descartar que el tejido extirpado esté afectado por el cáncer.
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