16Nov. 06
La Oncología Médica evoluciona rápido, pero 23 especialistas españoles en cáncer de mama han decidido condensar en esta obra, en un tiempo récord, los últimos avances que están cambiando el pronóstico de la enfermedad. Logros como la mamografía digital, el ganglio centinela, las nuevas dianas terapéuticas y la cirugía robótica mínimamente invasiva, son algunos apartados destacados del libro, cuyos autores adelantan que el futuro lo escribirá la ingeniería genética.
Es mejor no padecer un cáncer, pero la mama es un órgano en el que se puede tratar un tumor con un amplio porcentaje de posibilidades de curación, algo que no sucede, por ahora, en localizaciones como el páncreas, el hígado o el pulmón. Ésta es una de las conclusiones que pueden extraerse del libro «Cáncer de mama: Avances en diagnóstico, tratamiento e investigación», que se ha presentado recientemente en Madrid.
Un total de 23 especialistas españoles de reconocido prestigio han condensado en esta obra y en un tiempo récord los últimos y más revolucionarios avances médicos para combatir el tumor de mama. Los autores están convencidos de que este manual de 360 páginas, editado por la Fundación de Estudios Mastológicos (FEMA), se convertirá en una referencia en castellano dentro de la literatura científica sobre patología mamaria, dada la escasez de libros médicos elaborados recientemente sobre la materia.
En España, una de cada diez mujeres puede presentar un tumor de mama maligno a lo largo de su vida, lo que convierte a éste en el tumor ginecológico de mayor incidencia en la mujer. Sin embargo, los especialistas están convencidos de que el diagnóstico precoz, los planes y campañas de seguimiento y control periódicos, las armas terapéuticas cada vez más efectivas y menos tóxicas, así como el mejor conocimiento genético del desarrollo de la enfermedad y la tendencia a la cirugía conservadora, hacen pensar que la balanza se inclina del lado de la Medicina en la guerra contra el cáncer de mama.
Los grandes avances que se han llevado a cabo en el abordaje de la patología mamaria en los últimos años ya han conseguido ganar algunas batallas, consiguiendo importantes mejoras en la calidad de vida y la morbilidad por esta enfermedad. Por otra parte, está demostrado que cuanto más precoz sea la detección del cáncer, mayores posibilidades tendrá la paciente de curación.
Un abordaje multidisciplinario de la patología mamaria
Entre otros temas, el libro trata los avances en el diagnóstico aportados por la introducción de la mamografía digital y la resonancia magnética aplicada a la mama, la precisión de la Cirugía Robótica Mínimamente Invasiva (CRMI) aplicada a tumores de reducido tamaño, la incuestionable superación de las mastectomías y linfadenectomías, y el estudio del ganglio centinela para evitar un vaciamiento axilar. También hay un espacio dedicado a la investigación con nuevas dianas terapéuticas y a la reducción de la toxicidad de la radioterapia y de la quimioterapia. Según los autores, el paso decisivo lo darán los avances en la investigación orientada a hallar el análisis biológico que permita descubrir la enfermedad en sus inicios, mientras que el mejor conocimiento genético y molecular de la enfermedad ya está permitiendo desarrollar tratamientos muy esperanzadores que permitirán, en poco tiempo, reparar el daño genético que hace que una célula normal se convierta en cancerosa.
El Dr. José Díaz-Faes, presidente de FEMA y co-editor del libro, reconoce que «la ciencia médica ha avanzado mucho más rápidamente en conocer el sustrato íntimo de la enfermedad que en los medios para remediarla, tales como la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia, o los medios para evitar que se produzca, es decir, las vacunas». Sin embargo, asegura este experto que, «gracias al conocimiento genético y molecular del cáncer de mama, se logrará, en un futuro, que la ingeniería genética repare el daño del ADN celular que, en definitiva, hace que se desarrolle el cáncer».
El Dr. Díaz-Faes explica que «los nuevos conocimientos del desarrollo de la célula cancerosa ya están permitiendo el diseño de fármacos que interrumpan este crecimiento, alterando sus señales de transducción, fomentando la apóptosis o muerte celular e inhibiendo la formación de vasos que el tumor necesita para crecer». Además, «el conocimiento del fenotipo de las células tumorales permitirá utilizar nuevas combinaciones de fármacos específicos contra células específicas», añade este especialista. Díaz-Faes afirma que «hemos venido utilizando medicamentos que destruían demasiadas cosas a su paso; hemos entrado ya en la era de fármacos dirigidos exclusivamente contra la célula enferma y no contra las sanas, con la consiguiente disminución de la toxicidad».
En la actualidad, se ha conseguido reducir la toxicidad de la quimioterapia y se ha acortado la duración del tratamiento con radioterapia de seis semanas a una, con posibilidad de iniciar su administración durante la extirpación quirúrgica del tumor. En hormonoterapia los inhibidores de la aromatasa ya son tan eficaces como el tamoxifeno, pero mejor tolerados por la paciente. Por otra parte, la utilización de anticuerpos monoclonales ha planteado la nueva expectativa de las terapias complementarias, que han mejorado sustancialmente la calidad de vida de las pacientes, elevando también su supervivencia.
También cabe destacar la incorporación de un grupo farmacológico de derivados de los taxanos para el tratamiento tanto de la enfermedad avanzada metastásica como para el tratamiento inicial neoadyuvante y terapia complementaria posterior a cirugía que, según estos especialistas, abren nuevas vías de tratamiento, ofertando posibilidades de respuesta cada vez mayores.
Si bien el desarrollo de nuevos fármacos y dianas terapéuticas más inteligentes y precisas, además de menos tóxicas, permitirá convertir en crónica la enfermedad y controlarla mejor, a la vez que elevan la calidad de vida de las pacientes, los especialistas apuestan sin dudarlo por promover el diagnóstico temprano.
Diagnóstico temprano por la imagen
El Dr. Armando Tejerina, director del Centro de Patología de la Mama de Madrid y presidente de la Fundación Tejerina, afirma que «cuanto más inicial o precoz sea el diagnóstico, mayores posibilidades tendrá la paciente de curación; en el caso de los tumores pequeños de diámetro no superior a un centímetro se auguran curaciones de más del 90% al no existir lesiones regionales o lesiones a distancia y poderse efectuar tratamientos locales de mama menos agresivos y con alto índice de curación, permitiendo conservar el pecho y con actuaciones quirúrgicas más pequeñas».
Según el Dr. Tejerina, co-autor del libro, «la mamografía digital ha supuesto una auténtica revolución en la aplicación del estudio radiológico de la mama, pudiendo efectuar diagnósticos iniciales de microcalcificaciones y lesiones tumorales preinvasivas de tal forma que se accede a un diagnóstico y a un tratamiento curativos del cáncer de mama».
Añade el Dr. Tejerina que otro avance significativo en técnicas de diagnóstico no invasivas es la resonancia magnética, «una prueba que permite determinar lesiones incipientes y efectuar diagnósticos diferenciales, y se puede realizar fundamentalmente en mujeres jóvenes con gran carga genética y estructuras glandulares fibrosas en las que la exploración radiológica no permite, en un porcentaje de casos, un correcto diagnóstico».
También la resonancia permite en pacientes diagnosticadas de lesiones malignas el estudio de su posible multicentricidad, de tal forma que se pueden ofertar posibilidades diagnósticas y de mejor indicación para el tratamiento quirúrgico conservador y mejor pronóstico de las pacientes portadoras de una lesión maligna.
A la vista de estos avances científico-técnicos, el Dr. Tejerina asegura que, actualmente, «la supervivencia de las mujeres que padecen un cáncer de mama, una vez transcurridos diez años desde su diagnóstico, la tasa de supervivencia ha aumentado un 20% en los 15 últimos años». Este descenso de la morbilidad «ha sido gracias a los nuevos tratamientos y a los programas de cribaje, ya que con las mamografías que se realizan de forma periódica a mujeres de 45 años el porcentaje de tumores no invasivos que se detecta en la actualidad se sitúa en torno al 25%, mientras que hace 10 años no llegaba esta cifra a un 5%», señala el especialista.
El Dr. Álvaro Ruibal, Jefe del Servicio de Medicina Nuclear y Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela, es co-editor del libro y quien ha favorecido la participación en el mismo de las más relevantes figuras de la investigación en España sobre cáncer de mama. Es, además, un experto en una novedosa técnica de diagnóstico por la imagen en Oncología: la tomografía por emisión de positrones -PET-. Explica el Dr. Ruibal que «es una técnica aún no autorizada en el ámbito de la medicina pública en España, sí en EE.UU., desde el 2004». Las principales aplicaciones de esta tecnología en el cáncer de mama «se refieren a pacientes con tumores multifocales o con sospecha de recaída tumoral y para evaluar la respuesta terapéutica», apunta el Dr. Ruibal.
Regresión de la cirugía en el cáncer de mama
En cirugía mamaria, la tendencia es conservar la mama y las técnicas más revolucionarias como la del ganglio centinela o la cirugía robótica mínimamente invasiva, son temas destacados del libro.
Aunque es una técnica por desarrollar, el último avance en cirugía robótica mínimamente invasiva tiene que ver con las nuevas cánulas utilizadas para extirpar lesiones. Dichas cánulas permiten trabajar sobre un área de extirpación de cuatro centímetros y operar lesiones pequeñas de hasta un centímetro.
En términos generales, la cirugía de la patología mamaria ha sufrido una importante regresión, ya que se tiende cada vez más a conservar la mama. Señala el Dr. Juan Manuel San Román, Jefe del Servicio de Cirugía de Mama y Cuello de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, que «hoy el tratamiento conservador, que comenzó a darse en España hacia los años 80, es ya el estándar en un 60-70% de los casos, cuando los tumores son pequeños, cuando se puede reconstruir la mama».
El Dr. San Román, quien también ha participado activamente en el presente libro, explica que «reservamos las mastectomías para los grandes tumores que no hayan respondido a quimioterapia neoadyuvante o grandes tumores que, por alguna circunstancia, no se quieran someter a quimioterapia neoadyuvante; entonces se hace la mastectomía: eso acontece actualmente en el 30% de los casos».
La regresión de la cirugía en el cáncer de mama a favor de tendencias más conservadoras de la mama también es consecuencia de la aparición de la técnica del ganglio centinela. Explica el Dr. San Román que «la mayoría de las enfermas en el momento actual, como ocurría en los años noventa, no presenta afectación axilar, por lo que hacer en ellas un vaciamiento axilar completo es una yatrogenia, una lesión que no tiene sentido».
Partiendo de esa conclusión, se comenzó a practicar el tratamiento del ganglio centinela, que consiste en determinar, estudiar y analizar en el quirófano, en el mismo momento de la operación, el ganglio o ganglios que reciben directamente el isótopo o un colorante que se inyecta alrededor del tumor. El Dr. San Román señala que «al estudiar ese ganglio, que en teoría es el primero que debería o podría resultar afectado por un cáncer de mama, si el ganglio es positivo no hay más remedio que hacer el vaciamiento axilar, pero si el ganglio es negativo no hace falta hacer el vaciamiento axilar».
Esta técnica aún no se ha implantado en todos los hospitales, pero los expertos opinan que es muy eficaz y están de acuerdo en establecer el margen de error o falsos negativos alrededor del 5% en España.
Asegura el Dr. San Román que «hasta hace pocos años había que justificar un tratamiento conservador porque mucha gente tenía mucho miedo a los riesgos de recidivas; hoy ocurre lo contrario, tenemos que justificar una mastectomía».
La mastectomía en principio se justifica en tumores grandes, en tumores multicéntricos -esto es, que la mama tenga más de un tumor e impida el tratamiento conservador- y en patología avanzada de mama que no haya respondido a un tratamiento con quimioterapia. «En la actualidad -comenta el Dr. San Román- frente a la mayoría de los carcinomas avanzados iniciamos el tratamiento con quimioterapia y, dependiendo de la respuesta del tumor, orientaríamos el protocolo hacia un tratamiento conservador o, en caso contrario, hacia una mastectomía, sabiendo que podría realizarse a continuación una reconstrucción de la mama que hoy forma parte casi obligatoria, en nuestro criterio, de la extirpación de la misma».
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