Los yogures ya no tendrán fecha de caducidad

El Gobierno ha eliminado la fecha de caducidad de los yogures, que pasarán a tener fecha de consumo preferente, según ha informado el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete.

Arias Cañete, ha precisado que «desaparece la obligación de que los yogures tengan fecha de caducidad» fijada 28 días después de su fabricación. «Ahora cada fabricante debe evaluar el tiempo razonable en que se puede consumir su yogur», añadió.

El director general de Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Fernando Burgaz, ha señalado que «el límite lo pone el sentido común y la racionalidad», tras la presentación de la Estrategia Más alimentos, menos desperdicio , que tratará de lograr reducir a la mitad la pérdida de alimentos en 2025.

La fecha de consumo preferente no implica que el producto no se pueda consumir después de la misma, sino que puede perder algunas de sus propiedades nutricionales. «No vamos a poner dos fechas (caducidad y consumo preferente) para volver loco al consumidor», justificó el ministro.

En este sentido y en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, Burgaz ha concretado que «en los productos que por ser muy perecederos puede ser un peligro para la salud humana sí hay una fecha de caducidad específica» y advierte que «los fabricantes no tienen que estar contentos ni descontentos» respecto a la nueva norma.

Burgaz ha afirmado que las empresas «tendrán que introducir cambios en los procesos de gestión y logística para que los productos lleguen con la máxima calidad al consumidor y no se produzca su destrucción». De esta forma, espera cumplir con el objetivo que marca la UE de reducir en un 50 por ciento el desperdicio anual de alimentos de cara a 2025.

El director general de Industria Alimentaria también ha explicado que lo que esta norma establece es que, «igual que ocurre en el resto de los productos, los fabricantes de yogures determinen cual es la fecha hasta la cual un producto puede ser consumido sin que cause problemas para la salud del consumidor». Hasta ahora España tenía establecida una fecha de venta límite de 28 días.

Asimismo, ha insistido en que la fecha de consumo preferente «indica que hasta ese momento mantiene sus cualidades en perfectas condiciones y que, por lo tanto, aunque sigue siendo consumible, el producto puede tener una merma en sus cualidades».

Los consumidores discrepan sobre el fin de la fecha de caducidad

Las asociaciones de consumidores CECU y FACUA han valorado de manera diferente la desaparición de la obligación de que los yogures tengan fecha de caducidad, fijada 28 días después de su fabricación, aunque se han mostrado de acuerdo en la necesidad de evitar el desperdicio de productos.

En declaraciones a Europa Press, el presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Moner, ha valorado la noticia positivamente «siempre que el cambio esté avalado por comités científicos e instituciones sanitarias, y no dañe la salud». «Hay que revisar las fechas de caducidad y consumo preferente cada cierto tiempo porque las investigaciones en materia de seguridad alimentaria avanzan día a día», ha señalado. Además, ha destacado la importancia de reducir el desperdicio de alimentos, cuyos datos son «desmesurados».

En la misma línea, el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, ha asegurado que «el Gobierno debería prohibir a la industria alimentaria que tiraran excedentes a la basura». Por este motivo, ha pedido «sancionar» a los infractores o poner en marcha «una imposición legal o prohibir echar comida a la basura», entre otras demandas.

En cualquier caso, ha afirmado que la eliminación de la fecha de caducidad «genera inquietud y preocupación por cómo se está haciendo esto». «No sabemos si a los consumidores se nos está tomando el pelo, porque se decía que no se comiera un yogurt después de 28 días y ahora sí. No sabemos si se ha estado provocando que tiráramos comida y beneficiáramos así a la industria o si ha cambiado la forma de hacer yogures», ha explicado. «Al consumidor no le beneficia y a la industria sí», ha apostillado.

Evitar el desperdicio de alimentos

Esta medida se enmarca en la estrategia que tratará de evitar el desperdicio de alimentos, que en España se eleva hasta los 7,7 millones de toneladas y que en todo el mundo supone un tercio de la producción mundial, según datos de la FAO.

Así, España se sitúa como el sexto país que más comida desperdicia de Europa, detrás de Alemania (10,3 millones de toneladas), Holanda (9,4), Francia (9), Polonia (8,9) e Italia (8,8). En este sentido, el Ministro dijo que «no hay consenso» en la Unión Europea sobre lo que significa desperdicio de alimentos, por lo que se ha abierto un período para llegar a un consenso antes de julio entre los veintisiete.

La Comisión Europea estima que en Europa se pierden 89 millones de toneladas de alimentos al año, es decir, 179 kilos de alimentos por cada habitante. Entre el 30 y el 50% de los alimentos comestibles se convierte en residuos.