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20Dic. 10
El análisis de la estructura genómica de los individuos permitirá "en uno, dos o tres años estructurar dietas personalizadas para que cada persona consuma los macro y micronutrientes necesarios para prevenir enfermedades, como la obesidad, la diabetes o la hipertensión, a las que esté predispuesta", explicó el profesor José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (Boston, Estados Unidos) en el marco del encuentro Hot topics en nutrición y salud pública en el siglo XXI, organizado por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU.
Para Ordovás, uno de los principales expertos a nivel mundial en nutrigenética y nutrigenómica, «las tecnologías «ómicas» permitirán, además, a largo plazo, establecer un mapa de la salud de las personas nada más nacer, e incluso antes de su nacimiento, para prever las posibles enfermedades que tendrá pasados 20 ó 30 años».
De este modo, «se podrá reconducir la salud de las personas de acuerdo con su genética, al igual que se hace con las plantas para que crezcan rectas, evitando los factores de riesgo y aconsejándole la mejor dieta adecuada a sus necesidades para, una vez esté fuerte, poder dejarle para que viva con una buena calidad de vida».
Hasta llegar a ese punto, este especialista indica que el primer pasó será «dejar de probar dietas al azar y basarse en la ciencia para encontrar productos que se sepa van a beneficiar a una determinada persona dependiendo de su genética».
No obstante, Ordovás ha reconocido que esta tecnología «será cara y elitista en un principio, pero en unos años será asequible para la población general y evitará el sufrimiento y el estrés que producen estas enfermedades».
Respecto al posible desarrollo de fármacos que prevengan la obesidad, este especialista ha subrayado la importancia de ser cautos ya que, lo conseguido hasta ahora se basa en «actuaciones muy específicas sobre enzimas o receptores muy concretos».
«El problema de esto -ha comentado- es que el cuerpo humano reacciona ante esos «ataques» y, por tanto, esos fármacos tendrían unos efectos secundarios que harían más mal que bien al individuo. La dieta consigue los mismos beneficios evitando esos efectos».
El abandono de la dieta mediterránea en el sur de Europa
Por su parte, el presidente de la Unión Internacional de Ciencias Nutricionales (IUNS, por sus siglas en inglés), el profesor Ibrahim Elmadfa, ha hecho referencia a las características de la dieta de europeos quienes, a grandes rasgos, «tienen suficiente cantidad de comida, pero de mala calidad y con carencias en macronutrientes como la fibra, la vitamina D o el ácido fólico».
Sobre las diferencias entre el norte y el sur, Elmadfa ha señalado que mientras en el norte se consume grasa más saturada y de peor calidad, en el sur es donde mayores tasas de obesidad y diabetes tipo 2 se están registrando. Esto se debe, según este experto, a que «el sobrepeso no sólo depende del consumo de grasas y azúcares, el estilo de vida también cuenta, y los países del sur están abandonando los hábitos de vida mediterráneos».
Sobre la situación de España, el presidente de la IUNS ha destacado que «hay un importante nivel de obesidad y sobrepeso, sobre todo en los niños y adolescentes; y, mientras el consumo de alcohol es bajo respecto a los países del entorno, se fuma mucho más en comparación, tanto hombres como mujeres».
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