Los retos de la Farmacoeconomía

La Farmacoeconomía es un criterio relativamente desconocido en nuestro país, donde la política de medicamento se ha desarrollado, habitualmente con criterios de calidad y eficacia, pero sin buscar la eficiencia.

La Farmacoeconomía es un criterio relativamente desconocido en nuestro país, donde la política de medicamento se ha desarrollado, habitualmente con criterios de calidad y eficacia, pero sin buscar la eficiencia.

«España es el país de la Unión Europea con el gasto farmacéutico más alto. Se sitúa en torno al 20 por ciento del gasto sanitario y, además, presenta uno de los índices más altos en crecimiento del mismo gasto, dentro de los países desarrollados», ha afirmado Alfonso Domínguez-Gil Hurlé, catedrático de Farmacología de la Universidad de Salamanca, durante un curso básico de farmacoeconomía que se ha celebrado en Segovia.

Aún desde esta perspectiva, Gil Hurlé considera que los medicamentos no pueden considerarse una carga para el sistema sanitario, sino que deben mantener la consideración de elemento estratégico dentro del sector productivo sanitario, ya que «ponen freno a otros costes como hospitalizaciones, consultas médicas, descenso de productividad, etc».

España crece en gasto sanitario

Junto con Islandia, España es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con más crecimiento en el porcentaje sobre el Producto Interior Bruto (PIB), destinado a asistencia sanitaria. Durante los últimos cinco años se ha producido un crecimiento que ha doblado al de estos países. En estas situaciones, el medicamento, su rendimiento y su coste se convierten en objetivos prioritarios de la política económica, más aún si se tiene en cuenta el aumento en la esperanza de vida de los españoles. Se prevé que para el año 2026 casi nueve millones de españoles serán mayores de 65 años, mientras que las tasas de natalidad habrán descendido por debajo del 12,5 por ciento. Este movimiento demográfico supone un alto coste sanitario debido a las patologías asociadas a la tercera edad y a la gratuidad que para este segmento de población tienen los medicamentos en España. En la actualidad, los países de la Unión Europea sostienen un gasto sanitario que oscila entre el siete y el diez por ciento del PIB. En los próximos siete años esta cifra aumentará entre ocho y diez puntos porcentuales.

El fármaco hospitalario, aún más caro

Pero si las autoridades sanitarias se preocupan por el gasto en medicamentos, este punto de atención se acentúa en el hospital. Si durante la década de los 90, en España, la tasa de crecimiento interanual en gasto farmacéutico se ha mantenido en torno al diez por ciento, esta cifra se dispara al hablar de medicamentos de uso hospitalario hasta el 15 o el 20 por ciento.

Las razones hay que buscarlas en el incremento progresivo del precio de los fármacos de uso hospitalario, en el aumento de la presión asistencial y en la dispensación de medicamentos de uso hospitalario a pacientes externos. Frente a estas realidades, se hace necesaria una mejor gestión económica y asistencial del medicamento.

El profesor Domínguez-Gil Hurlé no cree que sea suficiente con medidas ya arbitradas como los genéricos o la financiación selectiva, sino que habría que incidir en limitaciones salariales, limitación sobre los gastos de promoción, cofinanciación y control de precios.