23Ene. 12
Las respuestas emocionales femeninas pueden variar de forma significativa antes de la menstruación. Así pues, pueden sentirse deprimidas o de mal humor durante la menstruación o la fase premenstrual, conocida como síndrome premenstrual (SPM), siendo, aproximadamente, el 75 por ciento de las mujeres en edad reproductiva las que sufren cambios de estado de ánimo premenstrual o malestar físico.
En un nuevo estudio, titulado El impacto de los estrógenos en las emociones: un estudio neurocientífico, psicológico y endocrino , el profesor Luo Yue- Jia, de la Facultad del Cerebro y Ciencias Cognitivas de la Universidad Normal de Beijing, y el doctor Chen Chunping, del Instituto de Psicología de la Academia China de Ciencias, realizaron una revisión sistemática de la influencia hormonal en los estados de ánimo femeninos, en los campos de la neurociencia, la psicología y la endocrinología. El artículo ha sido publicado en Science China: Life Sciences.
Los escáneres cerebrales muestran un aumento significativo de la actividad en la corteza medial orbitofrontal, relacionada con el procesamiento emocional, antes de la menstruación, aunque las respuestas emocionales de las mujeres no varían significativamente. La relación entre el estrógeno y las emociones fue investigada por primera vez hace 100 años, y se ha demostrado que los estrógenos puede mejorar el humor.
Las investigaciones han demostrado que, durante la prepubertad, los niños son dos veces más propensos que las niñas a necesitar psicoterapia; sin embargo, ocurre lo opuesto durante la postpubertad. Las mujeres son dos veces más propensas a desarrollar trastornos de ansiedad o depresión, en comparación con los hombres.
El aumento de la vulnerabilidad de las mujeres ante los trastornos depresivos se produce, generalmente, entre el inicio de la pubertad y la edad de 55 años, según los cambios en los niveles de estrógeno. Además, se cree que alrededor del 95 por ciento de las mujeres padecen psicosis recurrente, o un aumento notable en las emociones negativas, debido a la fluctuación de los niveles de estrógenos endógenos.
Por lo tanto, entender la relación entre los cambios en el nivel de estrógeno y los trastornos cíclicos del humor puede proporcionar una base teórica para mejorar la salud física y mental de las mujeres.
Los estrógenos poseen una amplia gama de efectos sobre el cuerpo y el cerebro; ejercen una influencia sobre el sistema nervioso central a través de complejos mecanismos fisiológicos y psicológicos; pueden afectar a la generación y eficiencia de los neurotransmisores en la amígdala, el hipocampo y los lóbulos prefrontales -importantes áreas del cerebro, relacionadas con la emoción y la cognición; y participan en el cambio de comportamiento emocional, actuando sobre el hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA).
Por otro lado, la transcripción genética de los receptores de estrógenos pueden modular la conducta emocional, y los estrógenos pueden influir en el procesamiento emocional a través de factores neuropsicológicos, mejoran la codificación de las emociones y la precisión en el reconocimiento de expresiones faciales y pueden cambiar la intensidad de las experiencias emocionales.
El potencial terapéutico de los estrógenos para cambiar el estado de ánimo desde hace tiempo. Las puntuaciones de depresión entre las mujeres ooforectomizadas (que carecen de secreción de andrógenos ováricos) se redujeron significativamente por la administración de estrógenos, solos o en combinación el inhibidores selectivo de la recaptación de serotonina, fluvoxamina.
Además, la terapia de reemplazo hormonal se utiliza a menudo en las mujeres posmenopáusicas para mejorar el estado de ánimo, el nivel de energía y el bienestar general. Sin embargo, el estrógeno no es simplemente «protector fisiológico» natural; en algunos casos la administración de estrógenos no mejora el estado de ánimo, e incluso causa temor y ansiedad; por lo tanto, el impacto de los estrógenos en las emociones, varía y puede depender del estado actual del individuo y de la situación.
Los autores creen que las hormonas no ejercen un efecto absoluto y singular en el cuerpo, aunque regulan cambios físicos y psicológicos en múltiples dimensiones. Por lo tanto, la influencia del estrógeno en las emociones de las mujeres está relacionada con varios sistemas.
Según los investigadores, si se logra llegar a un entendimiento integral de los mecanismos internos relacionados con los cambios emocionales y el estrógeno, se podría proporcionar un sistema de apoyo teórico para ayudar a resolver los trastornos emocionales femeninos. Los autores también creen que los sistemas psicológicos, neurológicos y endocrinos son interdependientes; por lo tanto, una mezcla eficaz de todos ellos es necesaria.
En la actualidad, el equipo de investigadores continúa llevando a cabo estudios relacionados con electroencefalogramas y resonancias magnéticas, así como con técnicas conductuales y bioquímicas. Por otro lado, además del estudio de la relación entre el estrógeno y la emoción, han ampliado la investigación a las hormonas ováricas y la cognición social compleja.
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