11Jun. 13
Cuatro de cada diez mujeres se ha visto afectadas alguna vez por una infección de orina que puede ser provocada por una cistitis (cuando afecta a la vejiga). La causa: la presencia y multiplicación de microorganismos que aumentan en verano por la humedad posterior a los baños en piscinas o playas.
Según explica el doctor Eduardo González, asesor médico de Cinfa, esta humedad «favorece el crecimiento de esas bacterias, por lo que es una patología mucho más habitual en la época estival» y, por ello, recomienda seguir unas pautas higiénicas para prevenir la infección de orina y señala los beneficios del arándano rojo en su tratamiento.
La cistitis es la segunda infección más frecuente, «después de la respiratoria, y su incidencia es diez veces mayor en las mujeres que en los hombres», añade, y, aunque no resulta grave, si se trata a tiempo, sí que es un problema muy molesto, que se manifiesta con una serie de incómodos síntomas como presión en la parte inferior de la pelvis, dolor o escozor al orinar, necesidad urgente de ir al baño, y micciones escasas y frecuentes.
Este experto recomienda que, una vez que la cistitis se manifiesta y para evitar que la infección se extienda, se lleve a cabo un tratamiento antibiótico, aunque el asesor médico enfatiza los efectos preventivos beneficiosos del arándano rojo.
«Diversos estudios internacionales han demostrado los beneficios del arándano rojo en la prevención de este tipo de infecciones recurrentes, reduciéndolas hasta la mitad. Ello se debe a una sustancia presente en el fruto, las proantocianidinas tipo A2, que actúan previniendo la colonización de las bacterias E. Coli en la vejiga. Estas estructuras químicas se unen a los filamentos con los que las bacterias se pegan a las paredes de la vejiga, impidiendo su adhesión y facilitando que sean expulsadas mediante la orina», explica.
Casi en un 30 por ciento de las mujeres en las que ya se ha presentado la infección una vez, ésta vuelve a aparecer, es lo que se conoce como cistitis recurrente, con tres o más infecciones en el plazo de un año.
Las cistitis recurrentes son especialmente frecuentes a partir de los 17 años, coincidiendo con el inicio de las relaciones sexuales. Las cifras se mantienen elevadas durante la época fértil de la mujer y se incrementan ligeramente en la menopausia debido a modificaciones de su flora vaginal. A medida que la mujer se aproxima a la vejez, las infecciones se dan en menor medida.
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