Las vacunas son seguras pero generan desconfianza

Las vacunas son el medicamento más seguro que tenemos y la medida de salud pública que más vidas ha salvado después de la potabilización del agua. Así de rotundo se muestra el Dr. Javier Díez Domingo ante las dudas que puedan suscitar las vacunas.

Entonces ¿por qué hay tanta polémica? Principalmente lo podemos atribuir a dos motivos: uno de ellos, es la percepción del riesgo y el beneficio; y, el otro, la falsa atribución de efectos adversos que no son más que producto del azar, de la casualidad.

Respecto al balance riesgo-beneficio, está claro que las vacunas no son 100 por 100 seguras, pero su perfil de seguridad es mayor que otros fármacos que tomamos habitualmente como el ibuprofeno, explica el Dr. Javier Díez Domingo, Jefe de Investigación del Área de Vacunas del Centro Superior de Investigación de Salud Pública de Valencia. ¿Qué sucede? Que las vacunas las aplicamos sobre individuos, mayoritariamente bebés y niños, sanos y el resto de fármacos se toman cuando se está enfermo.

Pero también las reticencias sobre la necesidad, seguridad y eficacia de las vacunas vienen dadas porque la población no recordamos las consecuencias que tienen enfermedades como el sarampión ya que las campañas universales de vacunación han logrado prácticamente eliminar la enfermedad. Ante esta situación, los riesgos de la vacunación cobran más relevancia que los beneficios que aportan y surgen corrientes que se oponen a la vacunación, lo que conduce inevitablemente a un repunte de la enfermedad como está sucediendo actualmente con el sarampión.

Si en 2010 se reportaron 274 casos, en lo que va de año se puede hablar ya de más de 1.500, apunta el Dr. José Mª Bayas, Responsable del Centro de Vacunación de Adultos. Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona.

«Respecto al sarampión cabe recordar que Cataluña fue la primera comunidad autónoma que introdujo la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) en el año 1980, por lo que esta es la primera generación de vacunados», recuerda el Dr. Bayas. Por otro lado, se considera que los nacidos antes de 1965 están inmunizados por lo que quedan una bolsa de población nacida después del 65 y antes del año 80 que no están vacunados. A este grupo se le unen los menores de 12 -15 meses que todavía no han recibido la vacuna. Estos son por tanto, los dos principales grupos de riesgo de contraer el sarampión en el marco del brote que está afectando a nuestro país y en general a toda Europa. Como medida excepcional, Sevilla ha adelantado la primera dosis de la triple vírica a los 6 meses.

El segundo motivo por el que existe tanta polémica en torno a la vacunación es la falsa atribución de efectos adversos que no son más que producto del azar, de la casualidad. A este respecto, el Dr. Díez explicó que «cuando se vacuna de forma universal es normal que aparezcan episodios de otras patologías que nada tienen que ver con la vacuna y que de igual forma habrían aparecido si no se hubiese vacunado». Pero lo que sucede es que la coincidencia en el tiempo hace que inmediatamente se sospeche de la vacuna.

Algunos casos que han dañado enormemente lo programas de vacunación han sido: la relación de la vacuna triple vírica con casos de autismo hace más de una década, la vacuna de la hepatitis B con la aparición de esclerosis múltiple, los dos casos de las niñas de Valencia tras la aplicación de la vacuna del VPH o la vacuna de la gripe A y el síndrome de Guillain-Barré.