07Sep. 12
Los especialistas recomiendan una revisión anual de la vista, siendo el inicio del curso escolar en el caso de los niños un buen momento para realizarla, ya que hasta un tercio de los casos de fracaso escolar está relacionado con problemas visuales.
Un tercio de los casos de fracaso escolar está directamente relacionado con problemas visuales sin corregir, según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, quien recomienda que los niños acudan a revisiones oculares al menos una vez al año.
Así, uno de cada cuatro escolares padece defectos visuales, como miopía, ojo vago o hipermetropía, que pueden afectar a su rendimiento académico si no se detectan a tiempo.
«La visión, el sentido más importante a cualquier edad, desempeña un papel fundamental durante la infancia, etapa en la que se produce el desarrollo físico y formativo de la persona», precisa el presidente del Consejo General, Juan Carlos Martínez Moral.
Dicho esto, alerta de que, cuando un defecto visual no se detecta ni se trata a tiempo, «el cerebro de los más pequeños se va acostumbrando a esa deficiencia, lo que contribuye a que pase desapercibida».
Por otro lado, expertos como Martínez Moral subrayan los beneficios de acompañar a los hijos al óptico-optometrista. «Los niños a los que se les inculca la importancia de acudir a revisiones periódicas tienen más probabilidades de seguir con esa costumbre en su edad adulta, además de aprender a valorar su salud visual», argumenta.
De esta forma, los profesionales recuerdan la obligación que tienen los padres de enseñar a sus hijos a cuidar su salud visual. También, explican que hay que animar a los niños a que comuniquen cualquier síntoma, como los dolores de cabeza o la necesidad de sentarse en primera fila.
Por último, los expertos recomiendan que el primer examen ocular se produzca a los seis meses de edad y, a menos que se detecten otros problemas, el siguiente examen debe ser a los tres años, de nuevo antes de comenzar en el colegio y, después, anualmente.
Síntomas de alerta
Algunos de los síntomas que pueden alertar a los padres y profesores son los siguientes:
-Dificultades para mirar la pizarra o el televisor
-Problemas de concentración
-Posturas forzadas para leer o escribir
-Dolores de cabeza
-Fatiga visual
-Ojos rojos
-Visión doble
-Dolor ocular
-Frotarse los ojos
-Parpadeo continuo
-Fotofobia (excesiva sensibilidad a la luz)
-Cruzar los ojos (bizquear)
© 2024 Medicina Television S.A Spain