21Jun. 05
Se ha presentado recientemente la Guía Española de Hipertensión 2005 elaborada por la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española de Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) con el objetivo de simplificar y aclarar el gran volumen de información que aportan las diferentes guías que existen ahora mismo sobre el manejo de la hipertensión arterial.
Uno de los retos que se ha marcado la SEH-LELHA es actualizar conocimientos y trasladar la base científica a la práctica clínica diaria de los profesionales que abordan la hipertensión arterial. Y con esta intención acaba de presentar la Guía Española de Hipertensión 2005.
«De ahí que se elaboren y desarrollen guías formativas como ésta, que recogen los nuevos avances de la investigación y proponen recomendaciones basadas en la mejor evidencia disponible», nos presenta el doctor Antonio Coca, presidente de la SEH-LELHA y jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico de Barcelona.
La Guía Española de Hipertensión Arterial 2005 , elaborada por un amplio grupo de expertos de la SEH-LELHA, recoge los datos sobre epidemiología de la hipertensión arterial (HTA) en nuestro país y pretende convertirse en un documento de referencia sencillo y actualizado que sea útil tanto para el nivel asistencial de la medicina de atención primaria como para el médico especialista.
En los últimos dos años han aparecido en la comunidad científica varios documentos o guías relacionados con la HTA y factores de riesgo cardiovascular. Entre ellos, los más relevantes fueron el Documento de EE.UU., conocido como el Séptimo Informe del JNC (JNC-7) que destacaba por su sencillez y la Guía de Recomendaciones de la Sociedad Europea de Hipertensión- Sociedad Europea de Cardiología, que incluye la estratificación del riesgo vascular, una tendencia habitual en el manejo de la hipertensión tanto en Europa como en España.
En todos estos documentos «subyace la consecución de un mismo objetivo: aumentar el grado de control de la enfermedad, pero con diferentes matices entre las guías europeas y americanas, que pueden llevar a la confusión a la hora de fijar el tratamiento», apuntó el doctor Rafael Marín, vicepresidente segundo de la SEH-LELHA y director de la Unidad de Hipertensión del Hospital Central Universitario de Oviedo. De este modo, la Guía Española de Hipertensión Arterial 2005 tiene el objetivo de simplificar y aclarar el gran volumen de información que aportan las diferentes guías que existen ahora mismo sobre el manejo de la hipertensión arterial.
Entre las diferencias más significativas que pueden encontrarse entre las guías americanas y las europeas, está la indicación de tratar a pacientes hipertensos con diuréticos desde el principio o por el contrario con cualquiera de los agentes incluidos en los cinco grandes grupos farmacológicos (ARA II, IECA, Antagonistas de los canales del Calcio, Betabloqueantes y Diuréticos); individualizando el tratamiento en función de los factores de riesgo y los posibles trastornos clínicos asociados en cada paciente.
Otro punto de divergencia radica en la clasificación de los pacientes con cifras de 120-139 de presión sistólica y 80-89 de diastólica, que la Sociedad Americana de Hipertensión define como «pre hipertensión», mientras que para la Europea es «normal-alta». Pero no significa que necesariamente llegarán a ser hipertensos.
«En este escenario de múltiples documentos», continúa el doctor Marín, «la Guía Española de Hipertensión Arterial 2005 , pretende clarificar los aspectos básicos del proceso hipertensivo y responder a las tres preguntas fundamentales: cuándo debe iniciarse un tratamiento, cómo debe hacerse y hasta dónde hay que reducir la presión arterial del paciente para alcanzar el objetivo deseado», afirma este especialista.
En este sentido, esta guía establece que el tratamiento debería iniciarse lo antes posible si ya existe un trastorno clínico asociado, utilizando cualquier hipertensivo que disminuya la presión arterial hasta unos valores inferiores a 140/90 mmHg en general y de 130/80 mmHg, en pacientes con diabetes, enfermedad renal crónica o enfermedad cardiovascular.
Deficencias en el control
Los expertos lamentan que en España, sólo el 16 por ciento de la población adulta tenga controlada su presión arterial. Entre los pacientes diagnosticados que reciben tratamiento, sólo el 38 por ciento muestra un buen grado de control, es decir una PA inferior a 140/90 mmHg. De ahí que, el doctor Marín insista en otro de los objetivos que persigue esta guía, el de «mejorar el grado de control de la HTA y ayudar al médico a tomar decisiones razonadas». El objetivo final que se persigue «es disminuir la morbilidad y la mortalidad asociadas a la enfermedad cardiovascular», añade.
Por último, la guía también describe el tratamiento de otros factores de riesgo asociados como la hipercolesterolemia, la diabetes o el tabaquismo; ya que el abordaje multifactorial e integral es la única medida que puede facilitar la prevención de la morbilidad y mortalidad cardiovasculares, según la SEH-LELHA.
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