28Mar. 17
¿Cuándo es necesario colocar una prótesis valvular cardíaca? ¿Tiene efectos secundarios? ¿Existen varios tipos? Respondemos a estas y más dudas. ¡Infórmate!
Una prótesis valvular cardíaca es una pieza en forma de válvula confeccionada expresamente para sustituir una válvula cardíaca enferma o dañada en el corazón. Ahora bien, si te preguntas qué son las válvulas del corazón, has de saber que una artificial puede ser:
Mecánica, la cual está fabricada con materiales de gran duración y resistencia, como el teflón, titanio o carbón pirolítico.
Biológica, la cual está preparada a partir de una válvula cardíaca animal, como el cerdo. Tienen menos riesgos de complicaciones por trombos o coágulos, pero su duración es limitada y necesitan un recambio con los años.
Asimismo, la válvula cardíaca puede sufrir dos tipos de lesiones diferentes:
Estrechamiento o fusión de la válvula, también conocido como estenosis: dificulta la apertura correcta de la válvula y el paso de la sangre a través de la misma.
Insuficiencia o cierre defectuoso : hace que la sangre fluya con turbulencias y en la dirección contraria. También se conoce como regurgitación o reflujo.
Igualmente, la prótesis de válvula cardíaca puede sufrir diversas enfermedades que frecuentemente requieren de un recambio. Estas son:
Enfermedades congénitas del corazón con deformidades valvulares.
Lesiones producidas por la fiebre reumática.
Lesiones degenerativas por desgaste y calcificación , sobre todo, en personas ancianas. Por ejemplo: estenosis aórtica calcificada e insuficiencia de la válvula mitral.
A pesar de que la prótesis valvular es un tratamiento que puede salvar vidas, también es probable que presente problemas propios dependiendo del tipo y la localización de la válvula. En general, las válvulas mecánicas ocasionan más problemas que las biológicas. Los efectos secundarios pueden ser:
Formación de coágulos, que pueden producir bloqueos de la válvula. También se pueden romper, desprender y producir una obstrucción al flujo sanguíneo en alguna parte del cuerpo, lo que se conoce como embolia.
Infecciones, como una endocarditis y formación de pequeñas vegetaciones sobre la válvula que se pueden romper y bloquearla.
Fugas o bloqueos por la presencia de tejido de la cicatriz.
Dañar a los glóbulos rojos que se rompen al rozar con la válvula, ocasionando una anemia hemolítica.
Problemas derivados del tratamiento anticoagulante para prevenir la formación de coágulos. Por ejemplo, el riesgo de sangrados abundantes.
Por otro lado, los síntomas de una enfermedad valvular del corazón dependen de cada paciente y del tipo de afectación de la válvula y su gravedad. Además, algunos pacientes no tienen síntomas hasta pasado un tiempo. Generalmente, los pacientes que necesitan una prótesis valvular pueden padecer:
Síntomas de insuficiencia cardíaca: fatiga, debilidad y desmayos; inapetencia; pulso irregular o rápido; palpitaciones; dificultad respiratoria y ahogo; tos; abdomen o hígado inflamado; hinchazón de pies y tobillos; necesidad de orinar durante la noche; aumento de peso.
Enfermedad del músculo cardíaco o cardiomiopatía.
Arritmias o latidos cardíacos irregulares.
Formación de coágulos sanguíneos por un flujo irregular a través de las válvulas, que pueden desprenderse y taponar los vasos sanguíneos de otros órganos a distancia.
Las válvulas cardíacas pueden estudiarse mediante una serie de pruebas y exploraciones:
Auscultación del corazón con un estetoscopio: de esta manera, se detectan sonidos, chasquidos o soplos típicos de una enfermedad valvular u otra.
Radiografía de tórax: si una válvula no funciona bien, el corazón se observa agrandado.
Ecocardiografía o ecografía cardíaca: permite ver en funcionamiento las válvulas. Con el estudio doppler se puede valorar la gravedad del estrechamiento (estenosis) o del reflujo (insuficiencia).
Angiografía coronaria: ayuda a identificar una válvula estrechada o un reflujo de sangre.
Resonancia magnética: obtiene una imagen del corazón y las válvulas, y con un programa informático puede observarse en tres dimensiones.
Una persona portadora de una prótesis valvular cardíaca debe seguir controles periódicos con su cardiólogo para controlar la medicación anticoagulante, prevenir y tratar las infecciones que puedan asentarse en la prótesis y tener un seguimiento del buen funcionamiento de la prótesis y del corazón. Además, el cardiólogo indicará el tratamiento específico para la enfermedad que ha sido el desencadenante de la prótesis valvular, por ejemplo, medicamentos para aliviar el dolor de los síntomas, para reducir el esfuerzo del corazón y para normalizar el ritmo cardíaco.
Por su parte, el tratamiento anticoagulante tiene como objetivo mantener la sangre fluida y evitar que se produzcan coágulos o trombos como complicación de la prótesis valvular. El tratamiento puede llevarse a cabo mediante fármacos orales , como el acenocumarol; o intravenosos y subcutáneos , como la heparina.
La persona que toma medicación anticoagulante necesita un control estricto de los factores de coagulación en la sangre. Uno de los más habituales se realiza con el cálculo del valor INR ( International Normalized Ratio ), que valora la relación entre los tiempos de la sustancia coagulante en la sangre llamada protrombina.
Además, este perfil de personas debe realizar una prevención especial frente a la endocarditis , que es la infección bacteriana del revestimiento interno del corazón y las válvulas cardíacas. Para ello, se indica tratamiento antibiótico cuando tenga que someterse a cualquier procedimiento o pequeña intervención que implique riesgo de sangrado y contaminación de bacterias hacia la sangre. Por ejemplo:
Extracción dental.
Intervenciones en nariz, garganta y oídos.
Exploraciones y operaciones del sistema respiratorio, digestivo o génito-urinario: como endoscopias o sondajes.
Redacción: Doctora Sarai de la Fuente Gelabert
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