La migraña afecta a las relaciones sexuales… ¿o es al revés?

La actividad sexual por sí misma, aunque en raras ocasiones, puede desencadenar dolor de cabeza sin que exista ninguna causa aparente que lo justifique. Y también muchos de los fármacos habitualmente usados en la migraña y otras cefaleas pueden afectar negativamente a la función sexual.

La mayoría de los trastornos fruto de la relación entre cefalea y sexualidad se pueden englobar en cuatro categorías: la aparición de cefaleas durante la actividad sexual; la reducción de la actividad sexual por discapacidad debida al dolor de cabeza; los efectos secundarios de índole sexual de algunos de los fármacos que las combaten, como disminución del deseo y disfunción eréctil; y la mayor representación de algunos trastornos de la esfera sexual en quien padece migraña en comparación con quien no la tiene. “Es importante que los pacientes sean conscientes de estos problemas porque, una vez detectados, se pueden diagnosticar correctamente. Como afortunadamente tienen tratamiento eficaz y con frecuencia resolutivo, la salud sexual de los pacientes con migraña y otras cefaleas puede mejorar considerablemente”, asegura el Dr. David Ezpeleta Echávarri, Vocal del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.

En raras ocasiones, la actividad sexual por sí misma puede desencadenar dolor de cabeza sin que exista ninguna causa aparente que lo justifique. Según datos manejados por la SEN, este fenómeno puede ocurrir en algún momento de la vida hasta en un uno por ciento de la población, pero su aparición habitual, es decir, durante la mayoría de las relaciones sexuales, es muy poco frecuente, pues apenas supone el uno por ciento de los pacientes atendidos en las consultas neurológicas especializadas en cefaleas.

Estas cefaleas primarias relacionadas con la actividad sexual afectan en el 80 por ciento de los casos a hombres. En un 75 por ciento de las ocasiones se trata de cefaleas orgásmicas, caracterizadas por ser dolores de cabeza muy intensos y repentinos que ocurren justo durante el orgasmo, mientras que un 25 por ciento corresponden a cefaleas preorgásmicas, identificables por un dolor sordo en la cabeza y el cuello asociado a contracción de los músculos del cuello o la mandíbula, que se desarrolla gradualmente durante la actividad sexual y aumenta con la excitación.

“La duración media de estos tipos de cefalea puede variar desde sólo 1 minuto hasta 3 horas, aunque puede quedar cierto dolor residual leve durante varias horas más. Ambos tipos de cefaleas pueden ir acompañados de otras manifestaciones como náuseas (25 por ciento), mareo (15 por ciento) u otros síntomas como taquicardia, calor o rubor facial. En la mayoría de casos es un problema transitorio que acaba por desaparecer con el tiempo”, explica el Dr. Francisco José Molina Martínez, Vocal del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología. Finalmente, el experto recuerda la importancia de solicitar ayuda médica inmediata tras el primer episodio para descartar una causa intracraneal responsable de los síntomas.

Por otra parte, se ha comprobado que muchos de los fármacos habitualmente usados en migraña y otras cefaleas pueden afectar negativamente a la función sexual y por ende a la calidad de la vida sexual. Aspectos como la disminución de la libido, retraso o ausencia del orgasmo o, incluso, problemas de impotencia se han asociado con la utilización de ciertos medicamentos.

“De acuerdo con un trabajo exploratorio que la SEN coordinó hace unos años, se estimó que al menos un 20 por ciento de los pacientes en tratamiento refería una clara disminución del deseo sexual y hasta un 45 por ciento de los mismos aseguraba haber padecido algún trastorno sexual relacionado con la medicación en alguna ocasión. Por esa razón es importante que aquellos pacientes que hayan experimentado algún problema de este tipo, lo consulten con su médico ya que es posible cambiarles el tratamiento”, señala el Dr. Samuel Díaz Insa, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología. El Dr. Díaz Insa subraya que los datos de este estudio son muy preliminares y que en ningún caso pueden extrapolarse a la población general.

Las cefaleas son entidades muy discapacitantes que, al menos en los pacientes con crisis frecuentes, impiden a la persona hacer una vida social y, en consecuencia, su calidad de vida sexual puede verse afectada. Los resultados de los pocos estudios realizados hasta la fecha sugieren que quienes padecen migraña y cefalea de tipo tensión experimentan disfunción en varios dominios de la sexualidad en comparación con los controles sanos. Estos estudios, que han medido la función sexual y la satisfacción con la vida sexual mediante escalas específicas, parecen indicar que la afectación es mayor en las mujeres que en los hombres.

El campo de investigación más importante en esta relación entre cefalea y sexualidad es sin duda el que interesa a las relaciones recíprocas entre ambos factores, en su mayor parte desconocidas. Sin embargo, algunos expertos se están posicionando e indicando vías de estudio. “En teoría, es posible que una cefalea frecuente y mal controlada afecte a la función sexual, y viceversa, que una insatisfactoria vida sexual pueda ser uno de los factores que hagan que las cefaleas se cronifiquen. En este círculo vicioso probablemente esté implicada la depresión, asunto que todavía no se ha investigado y es fundamental para entender tales relaciones.”, concluye el Dr. David Ezpeleta.