26Ene. 04
"La microcirugía ha significado un avance espectacular en las tres últimas décadas en el tratamiento de la hernia discal", porque "podemos manipular mucho más delicadamente los tejidos y aumentar la precisión", explica el doctor Fernando Carceller, de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz de Madrid.
El 90 por ciento de los casos de hernia discal a nivel lumbar y el 92 por ciento a nivel cervical tratados con microcirugía obtienen «buenos o excelentes resultados», señala el doctor Carceller. Esta técnica consiste en realizar una pequeña incisión en la piel y la extirpación del disco con un microscopio quirúrgico.
Por su parte, el doctor Francisco Villarejo, jefe de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz, considera necesario que los especialistas conozcan todas las técnicas terapéuticas para el tratamiento de la hernia discal, para que puedan optar por la más indicada en cada caso. Asimismo, señala que en primer lugar se debe aplicar un «tratamiento conservador», que consiste en la toma de analgésicos y antiinflamatorios y la realización de una serie de ejercicios de rehabilitación. Si se mantiene el dolor, es preciso optar por la cirugía en el caso de que la exploración neurológica y la radiología den resultado positivo y el paciente sufra «una pérdida de fuerza en el pie o en la mano». «Se tiende a que sea una intervención lo más corta posible, con la menor estancia hospitalaria posible», añade el doctor Villarejo.
Aparte de la microcirugía, para el tratamiento de las hernias discales lumbares se pueden emplear distintas técnicas percutáneas, como la endoscopia, la nucleotomía percutánea, la disectomía, la nucleoplastia o la discolisis por ozono. Sin embargo, las dos últimas son las únicas que se utilizan habitualmente, debido a que la eficacia del resto es inferior al 60 por ciento.
Nucleoplastia y ozono
Cuando se trata de pacientes jóvenes «no se les debe ofrecer la cirugía», sino que en estos casos es más conveniente la nucleoplastia, en la cual se introduce una cánula en el núcleo pulposo del disco que a través de ondas reduce su volumen, porque «el agujero por el que entra es mínimo y no se va a reherniar el disco», indica el doctor Villarejo.
Además de la nucleoplastia, para «las hernias pequeñas, fundamentalmente contenidas» este especialista recomienda también la utilización del ozono. Esta técnica tiene una eficacia del 80 por ciento y consiste en deshidratar el disco para reducir su volumen mediante la aplicación de una serie de inyecciones de una mezcla de oxígeno y ozono en el propio disco y en la musculatura vertebral. De esta forma comprime la hernia, llegando a eliminarla, y reduce o suprime el dolor y la inflamación.
Si la hernia discal se produce a nivel cervical suele extirparse el disco mediante microcirugía y sustituirse por una prótesis ósea o de titanio, aunque se está probando un tipo de injerto dinámico de plástico y titanio.
Respecto a las perspectivas de futuro, en estos momentos se está experimentando con «células madres que promuevan la formación de hueso», afirma el doctor Carceller.
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