09Oct. 06
La aparición de enfermedades infecciosas nuevas y la reemergencia de aquellas que se creían controladas durante las últimas décadas del pasado siglo (tuberculosis o enfermedades meningocócicas), así como el riesgo de la liberación accidental o deliberada de agentes biológicos o químicos, convierten a las enfermedades infecciosas y el bioterrorismo en dos importantes desafíos para la salud pública del siglo XXI. Estos y otros temas se debatieron en la ponencia sobre Vigilancia Epidemiológica en el transcurso del XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), celebrado recientemente en La Coruña.
En palabras del Dr. José Carlos Quintas Fernández, del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Xeral Calde de Lugo y moderador de la ponencia sobre Vigilancia Epidemiológica , «esta reunión servirá para concienciar una vez más a los profesionales de Atención Primaria sobre la importancia y relevancia que tiene su contribución en el ámbito de la recogida y análisis de la información epidemiológica.
Esta información permitirá detectar problemas, valorar los cambios en el tiempo y en el espacio, contribuir a aplicación de medidas de control individual y colectivo de las enfermedades que supongan un riesgo para la salud, tanto a nivel nacional como internacional, y difundirla a los niveles operativos competentes que permitan planificar y desarrollar estrategias pertinentes».
Situación actual de la vigilancia epidemiológica en España
En la actualidad, existe una vigilancia epidemiológica dispar entre las distintas comunidades autónomas. Por ejemplo, solamente existe Red Centinela en Atención Primaria en las comunidades de Aragón, Islas Baleares, Canarias, Navarra, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Comunidad de Madrid y Comunidad Autónoma del Pais Vasco. En la Atención Especializada depende mucho de la coordinación que se desarrolle en los hospitales, a través de la existencia o no de servicios de Medicina Preventiva y Salud Pública.
«La respuesta a una mejora de la medicina de AP en el control de las enfermedades infecciosas se encuentra en una buena planificación, la evaluación de programas de salud, detectar cambios en agentes causales de la enfermedad, etc.
Independientemente de cumplir con las exigencias de tipo legislativo que existen a este respecto, creemos que la implicación de la AP ha venido siendo muy importante en estos últimos años, al comprobar que no es un trabajo baldío y que esa información, imprescindible, recibe respuesta institucional por parte de quien explota los datos que la Atención Primaria suministra.
En este caso son los Servicios de Epidemiología y Promoción de la Salud a nivel de las Comunidades Autónomas junto con la propia estructura a nivel estatal, que configuran la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, y las otras instituciones de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud, lo que nos hace augurar un compromiso cada vez más real y fehaciente en el ámbito que nos ocupa», finaliza el Dr. Quintas.
Alertas epidemiológicas en un mundo globalizado
La globalización de la economía, la elevada movilidad de la población, y la rapidez de los medios de transporte, favorecen, como nunca con anterioridad había ocurrido, la rápida difusión de enfermedades entre lugares muy distantes de la Tierra.
«A este importante desafío para la salud pública no puede hacerse frente de forma aislada en cada país, por lo que es necesario abordar el problema desde una perspectiva supranacional de ámbito regional e incluso mundial, mediante sistemas de vigilancia epidemiológica y de respuesta ante brotes epidémicos que detecten rápidamente los problemas y que actúen frente a ellos con celeridad», explica el Dr. Juan Jesús Gestal Otero, Catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Santiago de Compostela.
Para ello, existen diversos Sistemas de Alertas Epidemiológicas de ámbito internacional:
1. REDES ESPECIALIZADAS EN LA VIGILANCIA Y ALERTA ANTE BROTES: La Decisión de la Comisión 2000/96/CE, de 22 de diciembre de 1999 establece las enfermedades transmisibles que deben quedar progresivamente comprendidas en la red comunitaria. Hay establecidas diversas redes de vigilancia de enfermedades específicas (resistencia antimicrobiana; gripe; difteria; infecciones entéricas; legionela; infecciones transmitidas sexualmente, etc.).
2. GLOBAL PUBLIC HEALTH INTELLIGENCE NETWORK (GPHIN): Es un sistema de alerta mundial rápida a través de Internet (mediante escaneo continuo de fuentes de información electrónicas), de eventos de salud pública, desde brotes, pasando por desastres medioambientales, a bioterrorismo.
3. SISTEMAS DE ALERTA DE LOS CDC (EE.UU.): Comprenden las redes de alerta nacionales e internacionales como:
a) Pulsenet: Red nacional de subtipado molecular para la vigilancia de enfermedades transmitidas por los alimentos.
b) Epi-Aid: Proporciona asistencia a brotes nacionales e internacionales de enfermedades infeccionas y no infecciosas.
4. REDES DE LA OMS: La OMS tiene diferentes redes que llevan a cabo actividades específicas de vigilancia epidemiológica:
a) Banco de información sobre resistencias antimicrobianas.
b) FLUNET: Red de vigilancia de la gripe, en la que se integran Centros Nacionales, Laboratorios y Centros Colaboradores de la OMS, de 83 países.
c) RABNET: Red de vigilancia de la rabia.
d) Global Salm-Surv: Red de vigilancia de salmonellas.
e) Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN): En 1997, la OMS estableció un mecanismo para recabar, acopiar y verificar información sobre epidemias notificadas, en estrecha cooperación con sus centros colaboradores, los gobiernos y organismos gubernamentales, así como con las organizaciones no gubernamentales interesadas.
REGLAMENTO SANITARIO INTERNACIONAL (RSI)
El marco jurídico para las actividades de la alerta y respuesta de la OMS es el Reglamento Sanitario Internacional. Su principio fundamental es garantizar la máxima seguridad frente a la propagación internacional de enfermedades interfiriendo lo menos posible en el comercio mundial.
Sistemas de información microbiológica
Dentro de nuestro país, el actualmente denominado Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda inició hace 25 años el Sistema de Información Microbiológica (SIM) a nivel estatal. Está constituido por una red de servicios y laboratorios de microbiología que notifican sus hallazgos con carácter voluntario y periodicidad semanal. Con la culminación de las transferencias sanitarias a las diecisiete Comunidades Autónomas y a la ciudad de Melilla, se han impulsado otros sistemas de información circunscritos a un nivel autonómico. No obstante, todos ellos convergen en el planteamiento que refleja, en el plano normativo, el Real Decreto 2210/1995, por el que se creó la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Para el Prof. José María Eirós Bouza, del Hospital Clínico Universitario y Facultad de Medicina de Valladolid, «en general los sistemas contemplan la recogida de información acerca de grupo de patógenos, seleccionados siguiendo criterios de prioridad en cada medio, pero no deben menoscabar la flexibilidad que supone adaptarse a nuevos problemas emergentes».
Las nuevas tecnologías y los ágiles sistemas de información posibilitan editar las experiencias locales tanto en versiones de análisis descriptivo como en modalidades más complejas. En este sentido se ha iniciado la utilización de métodos que permiten una detección rápida de las desviaciones en el comportamiento de los microorganismos. El análisis de series históricas con metodología ARIMA para la obtención de predicciones es ya una realización en el caso de ciertos microorganismos. «Los sistemas de gestión a impulsar en el conjunto del sistema no deben obviar herramientas específicamente dedicadas a impulsar un papel activo de los microbiólogos en la vigilancia de la patología infecciosas», concluye el Prof. Eirós.
Redes Centinela en Atención Primaria
Una red de médicos vigías o centinela se define como un sistema de información orientado a la vigilancia e investigación epidemiológica, basado en la colaboración voluntaria de profesionales sanitarios de Atención Primaria, para el estudio de determinados problemas de salud. Esta compuesta por médicos, pediatras u otro personal sanitario de atención primaria que participa en la red de forma voluntaria.
Los médicos seleccionados deben ser representativos de la población total de médicos y el método de selección del número de integrantes en la red se realiza de forma proporcional, ajustándose en función de la estructura de edad de la población atendida y la población de referencia, ya que la población estudiada no debe diferir sustancialmente, ni social ni demográficamente, de la población objeto de extrapolación de resultados.
En palabras del Dr. José Luis Cañada Merino, Responsable del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de SEMERGEN y Médico de Familia del Centro de Salud de Algorta (Bizcaia), «los objetivos iniciales que tenían las redes vigías han ido evolucionando a lo largo del tiempo, adoptando nuevos métodos de trabajo y utilizando nuevas herramientas. Así, si bien inicialmente las áreas de interés se limitaban principalmente a las enfermedades transmisibles y a algunos procesos no transmisibles pero con un marcado carácter «agudo» (objetivos clásicos de los sistemas de vigilancia epidemiológica), actualmente el campo de actuación se ha ampliado al estudio de: enfermedades crónicas, problemas de salud, factores de riesgo, consumo de recursos y servicios, etc.».
Actualmente, las diferentes redes de médicos vigías del Estado español han alcanzado un consenso sobre los objetivos del funcionamiento que se resumen en:
1. Estimar la morbilidad de enfermedades transmisibles y no transmisibles.
2. Estudiar factores de riesgo de enfermedades transmisibles y no transmisibles.
3. Servir de sistema de alerta en procesos bajo vigilancia.
4. Evaluar medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas y modos de intervención.
5. Promover la investigación epidemiológica en Atención Primaria.
6. Estudiar las actitudes de la población frente a transformaciones socio- sanitarias, cambios en hábitos de vida y en comportamientos.
7. Buscar indicadores que permitan la comparación entre regiones, CCAA o internacional.
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