23Oct. 01
Esta jornada ha contado con la participación de reconocidos expertos que han analizado las vías sociales y políticas más idóneas para fomentar la autoestima y la motivación laboral de los profesionales de la salud. «Los médicos básicamente se quejan de que tienen demasiado trabajo, que hay una gran presión asistencial, que hay poco tiempo para […]
Esta jornada ha contado con la participación de reconocidos expertos que han analizado las vías sociales y políticas más idóneas para fomentar la autoestima y la motivación laboral de los profesionales de la salud. «Los médicos básicamente se quejan de que tienen demasiado trabajo, que hay una gran presión asistencial, que hay poco tiempo para dedicar a cada paciente, que su trabajo está excesivamente burocratizado y que hay pocas perspectivas profesionales», explica el doctor Miguel Bruguera, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona.
Se puede percibir que existe una crisis que afecta a los médicos, que sufren una pérdida de confianza pública, así como una pérdida de valor económico, entre otros factores. Además, este colectivo siente preocupación por no poder cumplir las expectativas de los pacientes, deben adaptarse a un entorno complicado, aunque muchas veces no se les reconoce este esfuerzo. «En el momento en que la sociedad no valore los servicios que le da esta profesión o cuestione el espíritu de servicio y la ética, el contrato social se rompe», puntualiza el doctor Albert Oriol, director general del Instituto para el Estudio de la Salud.
Este experto afirma que se deben aceptar las críticas como estímulos para mejorar y basarse en aspectos que la sociedad entienda para intentar salir en defensa de este profesionalismo que parece estar en crisis. «Estos dos hechos: mejorar el credencialismo para hacerlo creíble socialmente y, por tanto, poderse poner en situación de rendir cuentas son dos de los instrumentos con los cuales el profesionalismo puede recuperar su autoestima y su credibilidad social», explica el doctor Oriol. Es decir, el médico debe mostrar que está capacitado, que cuenta con las credenciales suficientes para pertenecer a ese colectivo y que puede garantizar los servicios al ciudadano.
Los más estresados
Aproximadamente un 20 por ciento del personal sanitario español reconoce estar desmotivado para realizar su trabajo, es decir sufren estrés laboral, también conocido como síndrome del burnout. El sector médico es el que desarrolla y padece más enfermedades relacionadas con el estrés laboral, siendo el porcentaje más alto en mujeres que en hombres.
Esta situación ocasiona «un proceso de devaluación de la institución sanitaria, absentismo, bajo rendimiento o enfermedades como la ansiedad y la depresión», sostiene el doctor José Carlos Mingote, jefe de sección del Servicio de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Esta patología se atribuye a diversos factores entre los que se encuentran: el grado de complejidad de su tarea, las guardias médicas, la toma de decisiones, la sobrecarga asistencial, los resultados negativos no esperados, así como la insuficiencia de estímulos económicos y profesionales. Asimismo, este síndrome afecta especialmente a los profesionales cuya labor está basada en la relación con otras personas, por eso tienen más posibilidades de sufrirlo los médicos que trabajan en contacto directo con los pacientes.
Los ponentes han señalado que para evitar este problema se debe actuar a tres niveles: el personal, el organizativo y el institucional. Por eso son importantes no sólo los recursos económicos y las reformas estructurales del sistema sanitario, sino que también se debe potenciar la participación del personal sanitario mejorando los canales de comunicación, con cursos de formación para frenar la desmotivación y pactando incentivos en función de la eficacia.
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