Jornada sobre la obtención del Certificado Complementario de Protección de los Medicamentos

El Certificado Complementario de Protección de los Medicamentos actúa como un balón de oxígeno para la protección de la innovación farmacéutica y aumenta la competitividad de las industrias europeas frente a las de EEUU y Japón.

Recientemente se ha celebrado en Barcelona la Jornada sobre la Obtención del Certificado Complementario de Protección de los Medicamentos, organizada por la Fundación José Pons y en la que han participado destacados especialistas en la materia.

El objetivo de esta jornada ha sido ofrecer una visión general de estos certificados y abordar en profundidad los problemas jurídico-prácticos que plantea en España la obtención de este título. En nuestro país existen consultoras como PONS Patentes y Marcas especializadas en la gestión de estos Certificados Complementarios de Protección.

Entre los participantes en esta jornada ha estado Carlos Velasco Nieto, jefe del área de examen de patentes químicas de la Oficina Española de Patentes y Marcas, que ofreció una exposición general sobre el Certificado Complementario de Protección para los Medicamentos.

Durante su intervención destacó que la inversión en I+D que realiza la industria farmacéutica para que un medicamento vea la luz oscila entre los 600 y los 900 millones de euros. Además, del total de los medicamentos en los que se invierte solamente se llegan a comercializar el 50 por ciento.

A pesar de que la patente protege esta inversión durante 20 años, pasan muchos años hasta que la farmacéutica obtiene el permiso necesario para su comercialización y empieza a rentabilizar su inversión, quedando reducida la protección efectiva de ocho a 10 años.

«El CCPM es una prórroga de hasta cinco años en función del período transcurrido desde la entrada en vigor de la patente hasta la obtención del permiso de comercialización del producto que actúa como un balón de oxígeno para la protección de la innovación farmacéutica», señaló Carlos Velasco Nieto durante su intervención.

Así el objeto de estos certificados es aumentar la competitividad de las industrias europeas frente a las de EEUU y Japón, y armonizar para todos los países de la UE las regulaciones ya existentes en algunos estados miembros. En España, se han tramitado más de 400 solicitudes de Certificados Complementarios de Protección de Medicamentos y Productos Fitosanitarios entre 1998 y 2007.

Por su parte Trevor Cook, partner de Bird & Bird en el Reino Unido abordó en profundidad los problemas jurídicos- prácticos que plantea la obtención de este título.

Así apuntó que no existe protección para el certificado complementario de Protección de los medicamentos cuando se trata de un único principio activo antiguo a menos que sea parte de una nueva combinación de principios activos reales (por ejemplo un producto basado en una combinación), y además no hay mucha perspectiva de cambio legislativo.

Las provisiones de combinaciones para la regulación de los CCP tienen un reducido ámbito de aplicación. Los principios activos deben ser compuestos de forma conjunta en el mismo producto medicinal y no se ofrece protección para dos productos medicinales con diferentes principios activos administrados al mismo tiempo.

La Jornada también contó una mesa redonda sobre la aplicación del reglamento 1768/1992 en España moderada por Fernando Brandolini Kujman, abogado de Asesoría Jurídica de Pons Patentes y Marcas Internacional. En ella participaron Nicolás Ruiz, director de Propiedad Industrial de Laboratorios Dr. Esteve, S.A, Gustavo Fúster, director de patentes de Pons Patentes y Marcas Internacional, Fidel Porcuna, abogado de Bird&Bird en España y Anna Autó, abogada y socia del Despacho Socoró, Autó i Nadal.