Identificado un marcador que determina la supervivencia de un paciente con cáncer colorrectal

El Instituto de Investigación del Hospital Universitario de la Vall d´Hebrón (IR-HUVH) ha descubierto un nuevo marcador para conocer el pronóstico de un paciente con cáncer colorrectal, después de seguir el tratamiento estándar. En el estudio, los pacientes con niveles elevados de receptor de membrana EPHB4 demostraron una supervivencia media de más de nueve años.

El último número de la revista Cancer Research acoge el estudio del equipo de investigadores del Instituto de Investigación del Hospital de la Vall d´Hebrón de Barcelona (IR-HUVH), un importante avance en el diagnóstico y tratamiento de cáncer colorrectal. El equipo de investigación, encabezado por el doctor Diego Arango, del programa de Genómica Funcional del grupo de Oncología Molecular y Envejecimiento del Dr. Schwartz, ha descubierto y validado el receptor de membrana EPHB4, un nuevo marcador que ayuda a determinar la supervivencia de un cáncer de colon, después del tratamiento.

«Los pacientes con cáncer colorrectal localmente avanzado, es decir, la mayoría de los pacientes, pasan por el quirófano, se les extirpa tumor y la mayoría se someten a quimioterapia. La mitad de ellos sobrevive y la mitad fallece», recuerda el especialista. Por ello, «hasta ahora los especialistas teníamos la incertidumbre de saber si nos enfrentábamos a un buen o mal pronóstico; de ahí la gran necesidad de encontrar marcadores que nos ayuden a saber cómo evolucionará el paciente después de la operación y el riesgo de recidiva», reconoce el doctor Arango. En este contexto, «el haber identificado este potente marcador es una novedad muy importante que creemos podrá llegarse a utilizar de forma rutinaria en la clínica», añade.

Gracias a este estudio se han podido realizar tres avances importantes. Además de la identificación de esta proteína, se ha podido medir sus niveles de expresión en los diferentes tumores. Fruto de ello, «se ha observado que los pacientes con tumores con bajos niveles de EPHB4 tenían peor pronóstico que los de un alto nivel de esta proteína». En ese sentido, «mientras la supervivencia media de pacientes con bajos niveles fue de dos años, los altos en EPGB4 fue de más de nueve», informa este especialista.

La pérdida de esta proteína contribuye a proliferar el tumor

En la segunda parte del estudio, se ha analizado por qué algunos pacientes pierden la expresión de este marcador y que son, precisamente, los que tienen peor pronóstico», destaca este especialista. En ese sentido, «hemos analizado los mecanismos a partir de los cuales se produce esta pérdida de expresión de la proteína, que en algunos tumores es parcial y en otros completa». A partir de ahí,»hallamos que la mitad de los pacientes pierden la expresión mediante la metilación del promotor del EPHB4″.

La tercera parte de la investigación se ha centrado en averiguar «si la pérdida de expresión de la proteína contribuye al desarrollo del tejido neoplásico o si se trata de un marcador secundario». En ese sentido, se ha realizado un estudio «in vitro» de células tumorales que no expresaban la proteína y a las que se la introducimos; a continuación «observamos una disminución de la supervivencia de estas células, demostrando que la pérdida de EPHB4 no sólo es sólo un marcador de mal pronóstico, sino también es causa de que las células se dividan más rápido y proliferen el tumor», destaca el especialista.

11.000 nuevos casos en España

En el 2007 se calcula que habrá unos 200.000 nuevos casos de cáncer colorrectal en la Unión Europea; en España, unos 11.000, según estudios. Es la segunda causa de muerte por cáncer tanto en el hombre (detrás del tumor de pulmón) como en la mujer (después del cáncer de mama).

Cuando la enfermedad se detecta localmente avanzada pero no ha pasado a otros órganos (Estadio C), «el paciente tiene posibilidades de tratamiento curativo gracias a la cirugía y a la posterior quimioterapia», destaca el doctor Arango. Sin embargo, el riesgo de recaída existe y la supervivencia se encuentra casi al 50 por ciento, después del tratamiento. Por ello, «es tan importante localizar marcadores que nos expliquen las diferencias de comportamiento entre dos tumores que son aparentemente iguales», concluye el autor del estudio, en el que han participado 137 pacientes y que ha sido validado, posteriormente, sobre una muestra de 125 pacientes más.