Antes de que te venga la regla, ¿te sientes más pesada?, ¿te duelen los pechos?, ¿estás más irritable? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, seguramente padeces síndrome de tensión premenstrual.
Los síntomas del síndrome de tensión premenstrual (calendario menstrual) varían mucho de mujer a mujer, y muy especialmente la intensidad de los mismos. Mientras a una le pueden pasar desapercibidos, a otra le pueden parecer demasiado dolorosos para poder desarrollar sus actividades diarias con toda normalidad. La molestia más común del síndrome premenstrual es la notable alteración del estado de ánimo, que se puede traducir en estados de ansiedad, o de depresión transitoria, junto con insomnio, fatiga y dificultad de concentración. Los síntomas más molestos son, sin duda, los que provocan dolor físico. El típico dolor de senos (mastalgia) no es más que una retención de líquidos, que también hace que la mujer afectada por el síndrome premenstrual se sienta más pesada o incluso padezca un aumento transitorio de peso, así como disminución de la cantidad de orina en cada micción. Otros síntomas no menos importantes son dolores de cabeza, mareos, calambres en las piernas, aparición de pequeños hematomas en la piel de los brazos y las piernas, estreñimiento, sensación de palpitaciones cardíacas, ardor de estómago y hasta náuseas y vómitos, en los casos más severos.
Con esta larga lista de posibles síntomas, vale la pena destacar que todos los tópicos sobre el estado de ánimo de las mujeres antes y durante su menstruación están más que probados. La causa de tanto trastorno, tanto físico como psíquico, está relacionada con cambios hormonales. Las concentraciones sanguíneas de estrógenos y progestágenos (las hormonas que intervienen en el ciclo ovulatorio) se alteran y alteran a su vez las concentraciones de una substancia a nivel cerebral que controla los estados de ánimo. También está probado que ambas hormonas inciden en la retención de líquidos, que provoca tantos síntomas colaterales. Ahora bien, el hecho de que el síndrome de tensión premenstrual ocurra cada mes y que lo padezcan millones de mujeres en todo el mundo no significa que tenga que sufrirse en silencio o resignarse porque se trata de un «dolor típico femenino».
En los casos más severos, aquellos en que los efectos del síndrome sean insoportables para la mujer o incidan seriamente en su vida cotidiana, necesitan tratamiento médico. Normalmente se utilizan medicamentos que tratan los síntomas, es decir, se recetarán diuréticos para reducir la retención de líquidos y eliminar el sodio que sobra, eliminando así la hinchazón de senos y dolor de abdomen. Para los dolores de cabeza, lo normal es que se receten inhibidores de las prostagladinas, unas sustancias químicas que contrarrestan el dolor y otras molestias como los calambres. Los antidepresivos y los medicamentos contra la ansiedad pueden controlar la irritabilidad y la ansiedad, y combatir el insomnio. En casos graves, el tratamiento hormonal, que incluye la administración de progesterona y estrógenos, en forma de pastillas o bien supositorios vaginales, alivia en gran medida el amplio espectro de síntomas. En algunos casos se administran vitaminas o suplementos dietéticos como vitamina B6, vitamina E, calcio, magnesio, etc.
¿Y tú, qué puedes hacer?
– Llevar una dieta rica en hidratos de carbono complejos (germen de trigo, pan integral, pasta, cereales, fibra y proteína) y evitar el azúcar y la grasa.
– La sal retiene muchos líquidos. Evita tomarla una semana antes de tu menstruación.
– Disminuye el consumo de cafeína para evitar la tensión y el insomnio.
– Evita el consumo de alcohol, ya que agudiza la sensación de depresión.
– Intenta hacer seis comidas pequeñas, mejor que tres grandes al día.
– Intenta dormir ocho horas diarias.
– Mantén un horario regular para las comidas y para acostarte.
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