Especialistas españoles en hepatitis C denuncian una bolsa de pacientes que no recibe tratamiento

En la presentación del inicio del Macro-Estudio Prospectivo Delphi que evaluará el presente y futuro del manejo de la hepatitis C en España, los especialistas reunidos afirmaron que existe un notable número de pacientes en Atención Primaria que han sido diagnosticados pero que no reciben tratamiento y que algunos especialistas todavía no administran los últimos fármacos, más eficaces.

Un comité científico de especialistas españoles en hepatitis C se ha reunido con la intención de plantear y evaluar las necesidades de un estudio, de inminente puesta en marcha, sobre tratamientos futuros de la hepatitis C, sus costes sociales y económicos y la situación de esta enfermedad en España. El objetivo es sentar las bases de un futuro Libro Blanco sobre la hepatitis C, una enfermedad desatendida por las administraciones, según el comunicado que han hecho público.

«Existe un desconocimiento general en las Administraciones Sanitarias, tanto a nivel nacional como autonómico, sobre la importancia y el impacto real que tiene actualmente la hepatitis C en nuestro país», afirma en su nota de prensa este comité científico, presidido por el doctor Rafael Esteban Mur, Jefe de Servicio de Medicina Interna y Hepatología de la Ciudad Sanitaria Vall d´Hebron en Barcelona.

El grupo ha destacado la importancia de estudiar los costes sociales de la enfermedad, especialmente los costes indirectos derivados de las bajas laborales provocadas por el virus de la hepatitis C: «el número de bajas es considerable y sería necesario conocer cuánto tiempo de baja requieren los pacientes, en qué estadio de la enfermedad se produce la baja y si ésta está provocada por el virus o por los efectos secundarios de su tratamiento».

Pero el grupo también llama la atención sobre la incidencia de la infección por VHC entre los profesionales sanitarios, por el riesgo al que están expuestos en sus lugares de trabajo.

En su opinión, «la hepatitis C es una enfermedad sobre la que pesa un estigma de rechazo social, por ello, los afectados suelen ocultar su diagnóstico». Algunas razones son que está asociada a una larga lista de riesgos, entre ellos el contagio por vía sexual, miedo al embarazo, transmisión de la enfermedad al neonato, etc.

En cuanto a los costes directos de la hepatitis C, los especialistas han resaltado los que se generan en los estadios más avanzados de la enfermedad, especialmente los costes causados por los trasplantes hepáticos.

Pacientes que no están siendo tratados

Este grupo de expertos también ha denunciado que existen en la Atención Primaria bolsas importantes de pacientes que «no han sido derivados a los especialistas, por lo que no están siendo tratados, y carecen de información sobre su enfermedad». Según su experiencia, también en las consultas especializadas el volumen de pacientes diagnosticados que no siguen ningún tratamiento es considerable. En este sentido consideran importante conocer la cifra de pacientes no tratados y las razones por las que no se les administra tratamiento farmacológico.

Este comité de expertos sostiene que existe un «desconocimiento» por parte de los médicos de Atención Primaria (y en ocasiones también por parte de los especialistas) de la efectividad de los tratamientos actuales contra el virus de la hepatitis C. Una de las consecuencias más evidentes de este desconocimiento es que muchas veces la información de la que disponen los profesionales sanitarios no se ha actualizado, e incluso se manejan cifras de hace 10 años, cuando el porcentaje de respuesta mantenida al tratamiento farmacológico era del 10-15 por ciento, mientras que con los nuevos tratamientos combinados, actualmente se ha alcanzado un 50-60 por ciento de efectividad.

Recursos insuficientes

Otro asunto denunciado por este grupo de trabajo es la dificultad para administrar tratamiento a todos los pacientes de hepatitis C, con diferencias entre las distintas comunidades autónomas, ya que «los recursos disponibles son insuficientes».

Finalmente, piden un consenso entre los especialistas a la hora de aplicar los criterios que decidirán la conveniencia o no de administrar un tratamiento farmacológico y, además, para decidir qué personas deben realizarse pruebas diagnósticas y qué criterios deben seguirse en los screenings. Un consenso que esperan que su estudio ayude a conseguir.

El comité científico está formado por especialistas de Madrid, Barcelona, León, Pamplona, Sevilla, Valencia, San Sebastián, La Coruña, Oviedo, Murcia, Granada y Zaragoza.