Especialistas en Oftalmología de la Clínica Vissum han advertido a los consumidores que es preferible que no utilicen gafas de sol a que se pongan unas que no estén homologadas ya que éstas pueden provocar una dilatación excesiva de la pupila al ser más oscuras que las correctas y permitir que penetre una mayor cantidad de radiación ultravioleta.
Las gafas de sol no deben ser consideradas como un complemento de moda sino «como un elemento preventivo que ayuda a conservar los ojos en buen estado» aseguran. Por este motivo las gafas de sol se deben comprar siempre en un establecimiento homologado, «preferiblemente en una óptica, porque el uso de lentes de mala calidad pueden provocar mareos, visión doble, dolor de cabeza e, incluso, daños oculares», explican desde Vissum.
En este sentido las gafas deben llevar la marca CE (de Conformidad Europea) como estándar mínimo de calidad que garantiza que han superado una serie de pruebas de laboratorio como la capacidad de filtrar la luz visible y los rayos ultravioletas. Además, han de indicar el número de categoría de filtro de 1 a 4 y tener en cuenta el color de la lente dependiendo de la actividad que se vaya a realizar.
Así, el verde se recomienda para deportes náuticos y de invierno pues los rayos UVA inciden más sobre el mar y sobre la alta montaña (el índice de la radiación ultravioleta aumenta un 10 por ciento por cada mil metros de altura).
El marrón y naranja son idóneos para las prácticas al aire libre y para las personas operadas de cirugía refractiva y cataratas. El gris es el adecuado para la conducción. Y el amarillo se recomienda para conducir al atardecer o con niebla y para personas con problemas de retina.
Por otra parte, los especialistas de Vissum afirman que no existe una edad determinada para usar gafas de sol. Sin embargo las personas que tienen ojos claros con una sensibilidad especial a la luz «deben empezar a usarlas cuanto antes». Sus ojos están más expuestos a los agentes adversos debido a que el «diafragma de la cámara fotográfica» no cumple totalmente la función de freno a la entrada de luz y provoca esa molestia.
Asimismo, los especialistas recomiendan que las personas mayores también utilicen gafas de sol ya que «sus ojos están más debilitados» y por lo tanto más expuestos a la acción nociva de los rayos solares.
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