Dientes fijos en pocas horas

Una nueva técnica de implantología permite en una única intervención sustituir desde un solo diente a toda la boca "y en cuestión de cuatro o cinco horas el paciente puede salir con sus dientes fijos para poder realizar una vida normal", señala el doctor Vicente Jiménez-López, especialista en implanto-prótesis.

En una misma sesión se extraen los dientes del paciente y se colocan los implantes, así como unas prótesis fijas sobre estos últimos, por lo que se evita que el paciente tenga que llevar una prótesis temporal o una dentadura postiza, «con todos los problemas que eso conlleva a nivel social sobre todo», y las largas esperas de entre dos y seis meses de la implantología tradicional hasta que se colocaba la prótesis definitiva.

Sin embargo, para que la implantología de carga inmediata tenga éxito es preciso que el paciente «tenga la suficiente cantidad y calidad de hueso» para lograr que el implante «se quede como si estuviera atornillado a una pared». Además, el profesional debe lograr que tras la intervención el paciente encaje correctamente los dientes de arriba y de abajo y no existan «sobrecargas en ninguna de las zonas que puedan provocar la aparición de palancas y crear tensiones negativas sobre esos implantes». Si se cumplen estos requisitos la técnica tiene éxito en un 98 por ciento de los casos, aunque este porcentaje puede verse reducido si los pacientes fuman más de diez cigarrillos al día. Asimismo, este tipo de implantología está contraindicada en aquellas personas con problemas de coagulación, pocas defensas, diabetes mellitus no controlada o enfermedades mentales.

Esta técnica no está cubierta por la Seguridad Social, según el doctor Jiménez-López porque se trata de una técnica «impagable por la carga económica que supone para un país».

Cuidados posteriores

Para evitar que la implantología de carga inmediata fracase es fundamental que una vez realizada la intervención el paciente mantenga «una buena higiene» y durante un mes y medio o dos meses «no cree mucha fuerza de masticación», por lo que es recomendable que consuma alimentos blandos.

Además, muchos pacientes rechinan los dientes como consecuencia del estrés, incluso cuando están dormidos, lo que «va creando una sobrecarga» que puede causar la pérdida del implante. En estos casos se coloca en la boca «un aparatito de resina», denominado «férula de descarga», con el cual «se elimina muchísima tensión».

Resultado estético

En sus inicios la implantología «era poco estética, no importaba que se viera el metal de los implantes y una corona encima», el objetivo «era simplemente que el paciente consiguiera masticar». Sin embargo, cuando se introdujo en Estados Unidos comenzó «una lucha por la estética», que es a lo que se han dirigido los avances de esta técnica en los últimos años, junto al intento de «acortar los tiempos de tratamiento». En palabras del doctor Jiménez-López, «no solamente queremos que el paciente pueda el primer día obtener una función magnífica de su boca sino que además pretendemos en todos los casos que se pueda lograr una buena estética a nivel de que no haya variaciones de altura de encía, de altura de hueso, etc.».

La implantología llegó a España hace más de 20 años, pero para lograr su implantación se constató que era fundamental «mentalizar a la población». A partir del año 90 se convirtió en una técnica muy habitual, gracias a que «los implantes con los que empezamos tenían ya una investigación de diez años y unos resultados magníficos en cuanto a tiempo de duración, posibilidad de que existieran pocos fracasos, etc.», lo que ha permitido que España sea hoy el tercer país del mundo en colocación de implantes.