11Feb. 13
Se ha conseguido frenar el desarrollo de algunos tumores en enfermos de cáncer a los que se les había administrado un fármaco formado por nanopartículas que contenían moléculas de ácido ribonucleico de interferencia (ARNi).
Un estudio liderado por el Dr. Josep Tabernero, Director de Investigación Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y Jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, demuestra, por primera vez, que el ácido ribonucleico de interferencia (ARNi) es efectivo en el tratamiento de pacientes con cáncer. Utilizar estas moléculas desde el punto de vista terapéutico para silenciar genes que codifican proteínas implicadas en el desarrollo y el crecimiento de células tumorales, representa un gran paso para desarrollar un nuevo tipo de terapia más dirigida.
El Dr. Josep Tabernero, responsable de este estudio que ha sido publicado en la revista Cancer Discovery , explica que “es la primera demostración que un ARN de interferencia se puede administrar en enfermos con cáncer y que tiene efectos sobre los tumores, produciendo respuestas tumorales importantes”.
El ARN de interferencia (ARNi) es un proceso de silenciamiento génico mediante un subtipo de moléculas de ARN, que precisamente pueden interferir y silenciar genes; un proceso que se realiza de forma normal en la naturaleza, pero que también puede ser de utilidad en genes que están hiperactivados en el proceso del cáncer. Los ARNi tienen una importancia vital en procesos de desarrollo y diferenciación celular, en el cáncer y en la defensa ante virus, ya que actúan como un mecanismo muy potente para regular la expresión génica (la identidad de cada gen). Se trata de un proceso muy complejo en el que participan numerosas proteínas de diferentes familias.
El principal problema que presenta el ARNi es la vía de administración, dado que se necesita que penetre en tejidos y células en una concentración terapéuticamente efectiva y para conseguirlo, hay que hacer algunas modificaciones que le proporcionen una mayor resistencia. En este estudio, desarrollado por el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), junto con otros centros de investigación y la empresa de biotecnología Alnylam, se ha conseguido desarrollar un sistema de nanotecnología capaz de hacer llegar dos de estas moléculas dirigidas a dos proteínas implicadas en el desarrollo de células tumorales (VEGF y KSP), con el objetivo de inhibir su actividad. Este sistema se traduce en un fármaco (ALN-VSP), formado por moléculas de ácido ribonucleico de interferencia (ARNi) dentro de un envoltorio de nanopartículas lipídicas (LNPs). Este envoltorio protege las moléculas y permite que penetren en las proteínas en una concentración adecuada, para liberarlas posteriormente.
El estudio presenta los resultados de un ensayo clínico de fase I que se realizó con 41 pacientes con cáncer avanzado con metástasis en el hígado, a los que se les administró el fármaco dos veces por semana con dosis de entre 0,01-1,5 mg/kg por vía intravenosa. En 11 de 37 pacientes que participaron en el estudio, y en los que se midió la respuesta al fármaco, la enfermedad no había progresado o se había estabilizado después de 6 meses de tratamiento e, incluso, en algunos casos de pacientes con metástasis en el hígado o en los ganglios linfáticos abdominales, se consiguió una regresión completa de la metástasis. En el caso de tumores con metástasis en el hígado, hay que especificar que se trata de un órgano que responde mejor a los tratamientos por su gran capacidad de absorción de estas moléculas.
El estudio farmacodinámico, que determina el impacto del fármaco sobre los tumores, que se realizó cogiendo muestras de biopsias a los pacientes antes y después de la administración del fármaco, detectó la presencia de ARNi en las muestras y, por tanto, que la molécula llegó al tumor y que es efectiva, gracias a las modificaciones estructurales que se le realizaron.
La importancia de la investigación clínica
Este estudio, en el que también han participado otros centros internacionales como el Dana-Farber Cancer Institute o el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, así como dos centros españoles, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA de Valencia, abre la puerta a nuevas soluciones terapéuticas que permitirán diseñar estudios dirigidos a poblaciones concretas.
El conocimiento de la biología molecular del cáncer ha crecido exponencialmente en la última década, lo que ha implicado, a su vez, la identificación de una serie de agentes terapéuticos potenciales para el desarrollo de fármacos selectivos.
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