17Mar. 17
Infórmate sobre las pautas y consejos con los que se puede mejorar el sueño en los mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el no dormir lo suficiente una epidemia ya que afecta al rendimiento y bienestar. La falta de sueño puede provocar dolencias físicas, estrés, agotamiento, problemas de memoria o alteraciones del comportamiento. Estas afecciones se agudizan más en las personas mayores.
Por lo general, la calidad del sueño de los mayores no es menor, sino diferente.
¿Qué características tiene el sueño en los mayores?
En algunos aspectos las características del sueño en los mayores son diferentes a las del resto de adultos:
** La duración del sueño nocturno disminuye porque es más fragmentado.**
Se tiende a las siestas diurnas o “cabezadas múltiples durante el día”.
Disminución de la cantidad de sueño respecto al tiempo en la cama o mayor número de despertares nocturnos, los cuales pueden ser más prolongados.
Es muy común que una persona sana de 70 años se despierte varias veces durante la noche.
Por ello, se recomienda que las personas mayores duerman diariamente de 7 a 8 horas , ya que está demostrado que si duermen las horas necesarias tienen mejor funcionamiento cognitivo, menos enfermedades físicas y mentales y mejor calidad de vida en general.
Por su parte, Atenzia , empresa especializada en atención socio-sanitaria, con motivo del Día Mundial del Sueño, ofrece una serie de pautas para una correcta higiene del sueño, aprender a relajarse antes de acostarse y conseguir así un sueño reparador y adecuado a su edad:
** Irse a la cama a la misma hora todas las noches y levantarse a la misma hora cada mañana, de modo que se reprograme el ciclo de sueño.**
Levantarse con el sol , ya que la luz solar ayuda a reajustar el reloj biológico interno cada día.
Hacer ejercicio suave durante 20-30 minutos cada día, pero no justo antes de dormir.
Evitar el alcohol y las bebidas excitantes cerca de la hora de dormir, debido a que pueden causar sudores, dolores de cabeza y sueños intensos.
Evitar cenas abundantes.
Si se es insomne, no tener un reloj visible en el dormitorio porque mirarlo intensifica el malestar.
No transformar el tiempo en la cama en el tiempo de resolver los problemas. Por ello, es recomendable hacer una lista de las cosas que se quieren hacer al día siguiente y, así, dejar de pensar en ellas.
Revisar si las siestas ayudan en el rendimiento diario o provocan insomnio y actuar en consecuencia.
Ventilación e higiene adecuada.
Rutina de relajación antes de ir a la cama: baños de agua caliente, lectura, estiramientos, ejercicios de respiración y para destensar el cuerpo.
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