Cirugía funcional en pacientes con Parkinson avanzado que no responden a la medicación

La Sección de Trastornos del Movimiento del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, es pionera en nuestro país en la implantación de la cirugía funcional para la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento como la distonía. Desde el año 1997 ha realizado más de 70 intervenciones con buenos resultados. Paralelamente, su equipo ha llevado a cabo una intensa actividad investigadora, publicando sus resultados en prestigiosas revistas internacionales como Neurology.

El creciente interés profesional por la cirugía funcional ha motivado la reciente conferencia La investigación clínica en la enfermedad de Parkinson: cirugía de Parkinson impulsada desde la citada Sección de Trastornos del Movimiento. En el acto, el doctor Jaime Kulisevsky, jefe clínico del Servicio de Neurología de este hospital barcelonés, presentó las indicaciones y resultados de esta intervención basados en la experiencia de este centro hospitalario.

«Después de la llegada de la Levodopa, la cirugía funcional es la segunda revolución que ha vivido la enfermedad de Parkinson en los últimos años», afirma el doctor Kulisevsky. La intervención consiste en la introducción de unos electrodos de estimulación cerebral profunda en el núcleo subtalámico del cerebro. Estos electrodos están conectados a un generador, situado en la zona inferior de la clavícula, que marca el ritmo de pulsaciones eléctricas, y pueden conseguir una mejora de los síntomas de hasta un 70 por ciento, según los datos de este equipo.

«Este sistema permite generar una actividad eléctrica que, al estar conectada directamente a los núcleos que funcionan mal en la enfermedad de Parkinson por la falta de dopamina, corrigen de alguna manera el funcionamiento de los ganglios basales, que son los que por su mal funcionamiento provocan los síntomas fundamentales de la enfermedad: el temblor, la rigidez, la lentitud y las alteraciones del equilibrio», describe el doctor Kulisevsky.

Sin embargo, no todos los pacientes de Parkinson pueden beneficiarse de esta intervención. Hoy por hoy, en este hospital sólo se aplica a enfermos con enfermedad de Parkinson avanzada cuando no hay respuesta con la medicación, «siempre que se trate de una enfermedad de Parkinson genuina, es decir, que no sea un parkinsonismo», precisa este especialista. En estas fases más avanzadas, la respuesta a la Levodopa se va debilitando o provoca una respuesta excesiva, lo que empeora los movimientos involuntarios.

«Llegado ese momento, lo que hacemos con la cirugía funcional es devolver al paciente a una situación anterior en la que podrá disfrutar, entre comillas, del efecto de la medicación durante muchas más horas sin el efecto pernicioso de las discinesias», explica el doctor Kulisevsky, quien añade que «no vale la pena, hoy por hoy, intervenir enfermos que no presenten este tipo de complicaciones para los cuáles lo que hay que hacer es seguir con los tratamientos médicos que cada vez vamos perfeccionando más», opina.

Las complicaciones se presentaron principalmente, como en otros centros, durante las primeras intervenciones, y «no son muy importantes, al menos no en nuestra casuística», explica el doctor Kulisevsky. Según sus resultados, el 70 por ciento de los pacientes mejoró dramáticamente y en un 20 por ciento de los casos la mejoría ha sido entre leve y moderada. Sólo experimentaron empeoramiento de algún síntoma uno de cada diez pacientes intervenidos, principalmente cuando empezaron a aplicar esta técnica, «cuando operábamos casos muy severos o quizás no bien seleccionados», matiza el doctor Kulisevsky.

Investigación clínica

Esta Sección de Trastornos del Movimiento no sólo ha introducido la cirugía funcional para el Parkinson como una actividad asistencial, sino que también desarrolla una intensa actividad investigadora para ayudar a conocer las repercusiones de esta intervención no sólo en los síntomas conocidos sino también en trastornos cognitivos o del estado anímico.

Destaca el trabajo de investigación y desarrollo de un nuevo sistema de navegación cerebral intraoperatorio, financiado con la ayuda del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS). Las primeras pruebas con un prototipo está previsto que se inicien este mismo año.

«Consiste en un programa de ordenador al que le damos como referencia diferentes actividades neuronales correspondientes a las diferentes zonas, para guiar la colocación del electrodo», explica el jefe clínico del servicio de neurología. Cuando se introduce este electrodo, no es conveniente corregir la trayectoria muchas veces, porque aumentan las posibilidades de complicaciones. Con el nuevo sistema, «si antes para lograr llegar al núcleo subtalámico hacíamos una media de cinco o seis intentos, hoy con dos o tres ya es suficiente», explica el doctor Kulisevsky.

Otra vía de investigación importante es un estudio prospectivo registrando variaciones del estado de ánimo y trastornos cognitivos, en el que se observó que, globalmente, la cirugía funcional no modifica el estado anímico, aunque también registraron un dato interesante. «Hemos visto a través del estudio», continúa este especialista, «que la posición más ventral de los electrodos en los núcleos subtalámicos favorece la aparición de manía por lo que hay que conseguir una posición más dorsal, esto es algo que hemos publicado en Neurology y que también han observado otros grupos de investigación».

La observación de que «modificando la actividad de los ganglios basales se puede modificar también el estado de ánimo da a pie a especulaciones sobre el tratamiento de otras enfermedades como la depresión, la manía o el Síndrome de Gilles de la Tourette; procesos que afectan a los ganglios de la base de una manera primaria o secundaria», añade este especialista.

El equipo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau también ha sido pionero a nivel estatal en el uso de la cirugía funcional para tratar otras patologías de ganglios basales, como la distonía idiopática. «Hemos observado que las intervenciones en lugares parecidos a los intervenidos en la cirugía de Parkinson, pueden mejorar a los pacientes con distonía». El año pasado se comunicaron a Neurology los resultados prometedores de los dos primeros pacientes de estas características intervenidos en el hospital, en los que «mejoraron principalmente los dolores», añade Kulisevsky.

Este especialista se despidió dando las gracias a la ayuda económica proporcionada por la maratón televisiva solidaria de TV3, el canal autonómico de Catalunya, que ha hecho posible el avance de sus investigaciones sobre cirugía funcional.