Cinco preguntas (y sus respuestas) sobre la difteria

La difteria es una enfermedad causada por una toxina producida por la bacteria Corynebacterium diphtheriae y que se propaga fácilmente a través de los estornudos y la tos

¿Qué es?

La difteria es una enfermedad causada por una toxina producida por la bacteria Corynebacterium diphtheriae. Se propaga fácilmente a través de los estornudos y la tos. En España, hasta el caso detectado en un niño de seis años en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona esta semana, no se detectaban casos desde hacía tres décadas.

¿Cuáles son los síntomas?

La difteria puede causar fiebre y dolor de garganta. Evoluciona con compromiso del estado general y una gruesa membrana gris cubre el interior de la garganta. Si no se trata oportunamente la enfermedad puede causar dificultades para tragar o problemas graves como parálisis, insuficiencia cardíaca e infección generalizada. Provoca dolor de garganta, escalofríos, coloración azulada de la piel, secreción nasal espesa, problemas respiratorios, tos, babeo, fiebre y úlceras en la piel.

¿Cómo se previene?

La herramienta básica para la prevención de esta enfermedad es la vacunación que se otorga en cada etapa de la vida. El calendario de vacunación español incluye la inmunización contra la difteria, que se administra siempre en conjunto con otras, a los dos, cuatro, seis y 15-18 meses de vida. También se incluye en la vacuna de refuerzo de los adolescentes (13-14 años), junto con el tétanos y a veces con la tos ferina.

¿Cómo se contagia la enfermedad?

La difteria se propaga a través de las gotitas respiratorias, como las que se producen con la tos o los estornudos, de una persona infectada o de alguien que porte la bacteria pero que no tenga ningún síntoma. Una persona infectada puede contagiar la enfermedad hasta dos semanas después de infectarse.

¿Cómo es su tratamiento?

El tratamiento para la difteria es una toxina diftérica, que se administra por vía intramuscular o intravenosa. Tras la administración de esta tóxina, se trata la infección con antibióticos, como penicilina y eritromicina. Otros tratamientos pueden abarcar la administración de líquidos por vía intravenosa (IV), de oxígeno, el reposo en cama, el monitoreo cardíaco, la inserción de un tubo de respiración y la corrección de las obstrucciones de las vías respiratorias.

Descubre más artículos sobreDifteria en el canal Pediatría.