Generalmente se trata de individuos desequilibrados o que han consumido grandes cantidades de alcohol. Si bien este síndrome es muy extraño, cada vez se detectan más crisis de rabia aérea. De hecho American Airlines ha pasado de registrar 296 casos en 1994 a 882 un año más tarde; United Airlines contabilizó 226 en 1995 mientras que en 1996 sumó 404. En España, Iberia registró 13 incidentes graves entre agosto y diciembre de 2000.
Las causas de este mal y de su aumento son múltiples. Según José María Pérez Sastre, especialista en Medicina Aeroespacial y miembro de los Servicios Médicos de Iberia, la falta de espacio en las cabinas, las diferencias entre lo prometido y la realidad del vuelo, la prohibición de fumar y de consumir alcohol y drogas, son los principales desencadenantes de ciertas actitudes agresivas. Otras causas que pueden influir serían la ligera deshidratación de los pasajeros por la baja humedad, el espacio reducido de los asientos o la hipoxia (la disminución de la presión de oxígeno en el organismo).
El doctor Pérez Sastre cita como condicionantes circunstanciales el enfado, la tensión y el nerviosismo de los viajeros ante el tiempo de espera en los aeropuertos, la masificación, los retrasos en el despegue, las dificultades para embarcar, los vuelos de larga duración, la comida de catering, la limitación al uso de móviles o las huelgas mal informadas.
Aunque los casos son infrecuentes, la tripulación debe estar preparada para solucionar este tipo de contratiempos sabiendo tratar a los afectados con tranquilidad y respeto. De hecho, un estudio sobre una compañía aérea canadiense, reveló que el 30 por ciento de una muestra de 400 tripulantes aéreos con más de diez años de antigüedad habían sido intimidados verbalmente por pasajeros en algún momento de su carrera, el 23 por ciento había tenido que intervenir alguna vez ante una pelea entre pasajeros y el 24 por ciento había presenciado como un afectado manipulaba o forzada una salida o algún equipo de seguridad.
Para evitar males mayores en pleno vuelo, es lícito impedir que accedan al avión aquellas personas que muestren alteraciones o una agresividad significativa. Una vez en el interior, se debería regular el consumo de alcohol por parte de los pasajeros, no dejando consumir a los mismos más bebidas que las servidas por la compañía. Últimamente diversas compañías aéreas, como Singapur Airlines, están emitiendo advertencias contra aquellos pasajeros que muestren conductas que pongan en peligro a la tripulación. También se les informa de que serán demandados por todos los gastos que la línea aérea sufra por culpa del pasajero. Aún así, sigue siendo difícil evitar este tipo de incidentes.
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