24Abr. 03
El laboratorio Novartis ha presentado en España la nueva indicación del compuesto imatinib (Glivec) para el tratamiento de primera línea en pacientes con Leucemia Mieloide Crónica (LMC) con diagnóstico reciente. Según un comunicado del laboratorio, imatinib inaugura una nueva familia de tratamiento anticanceroso, fruto de los avances de la genómica y la proteómica y añade que "su eficacia sin precedentes demostrada en pacientes en situación de fracaso terapéutico, deja entrever un beneficio potencial importante en términos de supervivencia a largo plazo".
Imatinib es el primer tratamiento enfocado en la proteína anormal derivada de la anomalía cromosómica adquirida que caracteriza a la LMC. Su mecanismo de acción innovador tiene como diana la tirosina quinasa Bcr-Abl, responsable de la proliferación de las células leucémicas. El enfoque de su actividad en otras tirosina quinasas hace pensar que podrían desarrollarse nuevas indicaciones en ciertos tipos de tumores sólidos raros, como el tumor del estroma gastrointestinal.
«Para los hematólogos la aprobación de Glivec para LMC en primera línea, supone varias cosas: la tranquilidad de que estamos administrando el fármaco más eficaz y menos tóxico de los disponibles; la simplicidad de su administración con escasa toxicidad y riesgo nulo de producir daño por un exceso de dosis o de sensibilidad del paciente», afirma el doctor Joaquín Díaz Mediavilla, jefe del Servicio de Hematología Clínica del Hospital Clínico de San Carlos en Madrid. Glivec puede administrarse en una sola toma diaria, vía oral.
En la fase clínica del estudio sobre la eficacia de imatinib participaron doce centros españoles que aportaron 200 pacientes enfermos de LMC en fase crónica, resistentes o intolerantes al interferón alfa y en fase acelerada o crisis blástica. En total, participaron 9.800 pacientes de todo el mundo.
Resultados de los estudios
Durante el estudio se evaluó la eficacia de este compuesto en fase crónica tras el fracaso del tratamiento con interferón alfa, en fase acelerada y en crisis blásticas. Se trata de indicaciones en las que existe una verdadera necesidad médica, ya que no hay ningún tratamiento estándar disponible. Las quimioterapias paliativas utilizadas en pacientes en situación de fracaso terapéutico van acompañadas de un nivel de respuesta hematológica que rara vez sobrepasa el 50 por ciento y sólo se observan respuestas citogenéticas de forma excepcional.
Según los resultados obtenidos en fase II, en pacientes con LMC en fase crónica con resistencia o intolerancia al interferón alfa, con imatinib el 49 por ciento obtuvo una respuesta citogenética mayor, y de ellos tres de cada diez presentaron una respuesta completa (desaparición de las células portadoras del cromosoma Filadelfia). Mientras que en el 88 por ciento de los pacientes se observó una respuesta hematológica completa.
El margen medio para obtener una respuesta citogenética mayor es muy corto (2,9 meses). El grado estimado de supervivencia global en un plazo de 9 meses es del 98 por ciento, y el grado de supervivencia sin que la enfermedad progrese en un plazo de 9 meses es del 78,7 por ciento.
Por otro lado, en los pacientes de LMC en fase acelerada se observó una respuesta hematológica confirmada en el 63 por ciento de los pacientes, y de ellos el 27,7 por ciento ha presentado una respuesta completa, siendo la respuesta comparable independientemente de la dosis (400 mg o 600 mg). Teniendo en cuenta el estadio de la enfermedad, es importante destacar que el 21 por ciento de los pacientes también presentó una respuesta citogenética mayor, siendo completa en el 14 por ciento de los casos. En esta fase de la enfermedad, el nivel de respuesta citogenética mayor fue más importante en el grupo de pacientes tratados con una dosis de 600 mg (24,1 por ciento frente a un 15,6 para el grupo tratado con 400 mg).
Para el conjunto de los pacientes se estimó en un 63 por ciento el grado de supervivencia sin progresión en un plazo de 9 meses, y el grado de supervivencia global fue del 80 por ciento. El plazo medio para obtener una respuesta citogenética mayor fue de 2,8 meses y la duración media de la respuesta fue de 7,4 meses.
Finalmente, en los pacientes con crisis blástica se observó una respuesta hematológica. Y los pacientes no pre-tratados obtuvieron un nivel de respuesta hematológica superior en comparación con los pacientes tratados con anterioridad (30 por ciento versus 19 por ciento). El nivel de respuesta hematológica también fue superior en los pacientes que se trataron con una dosis de 600 mg (el 29 por ciento) en comparación con aquellos a los que se les administró una dosis de 400 mg (el 11 por ciento).
Actualmente, la estimación media de supervivencia de los pacientes no pre- tratados se sitúa en torno a los 7,1 meses, siendo ésta de 5,2 meses en los pacientes pre-tratados. El doctor Mediavilla destaca de los resultados «la rapidez de su efecto, no solo para producir remisión hematológica sino, mucho más importante, para producir remisión citogenética completa, que es la que realmente influye sobre la prolongación de la supervivencia de los pacientes».
Nueva indicación en España
La aprobación de la nueva indicación en España es la tercera en Europa en menos de 14 meses, desde que la Agencia Europea del Medicamento diera su visto bueno. Según el doctor Xavier Carbonell, responsable médico de Glivec en España, «el hecho de que tanto la FDA americana como las autoridades sanitarias de la UE hayan aprobado está última indicación con gran rapidez, permite que los pacientes con LMC, con diagnóstico reciente que sean candidatos, accedan a Glivec en las primeras fases de la enfermedad, precisamente en el momento más beneficioso para el medicamento».
Su colega, la Doctora Concepción Boqué, hematólogo clínico del Instituto Catalán de Oncología ha destacado que «este estudio demuestra la clara superioridad de Glivec frente al tratamiento estándar; aunque la mediana de supervivencia no se ha alcanzado, la supervivencia libre de progresión es claramente superior para Glivec. Asimismo, la reducción del número de células tumorales residuales estudiadas por técnicas de biología molecular es superior para el grupo de pacientes tratados con este fármaco».
Finalmente, el doctor Mediavilla recuerda que no ha acabado el camino del estudio para otras indicaciones, ya que «todavía este fármaco ha de ser estudiado en contextos diferentes y durante más tiempo, para confirmar las expectativas abiertas y para que aprendamos a sacarle el máximo potencial curativo».
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