Abordaje del síndrome metabólico en la Atención Primaria

En el XXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN), celebrado recientemente en Granada, se han debatido nuevas formas de abordaje de la diabetes mellitus y, más concretamente, del síndrome metabólico. Éste es un trastorno caracterizado por la suma de varios factores, que multiplica el riesgo y la mortalidad cardiovascular, y que ya padece más de un 20 por ciento de la población española con más de 40 años.

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de morbimortalidad en los diabéticos: el riesgo anual de muerte por enfermedad cardiovascular es de 2 a 3 veces superior (2 en varones y 4 en mujeres) en personas con diabetes; tienen 3,2 veces más riesgo de presentar enfermedad coronaria, 2,8 veces más de enfermedad cerebrovascular y 5 veces más riesgo de padecer enfermedad vascular periférica. Aproximadamente, 2 de cada 3 diabéticos adultos mueren a consecuencia de enfermedades cardiovasculares, y, actualmente se considera a la diabetes como un factor de riesgo mayor independiente de enfermedad cardiovascular, junto al tabaquismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia. Este sombrío panorama aún empeora más cuando el diabético acumula otros factores de riesgo cardiovasculares, lo que sucede en la mayor parte de los casos.

Como lo define el doctor Juan Carlos Aguirre, médico de familia del Centro de Salud de Armilla (Granada), «el síndrome metabólico es el término que define la acumulación en una persona de varios factores de riesgo vascular (obesidad visceral o central, diabetes mellitus tipo 2, aumento de triglicéridos, hipertensión arterial, presencia de marcadores inflamatorios o alteraciones en la coagulación); todos ellos comparten el mismo vínculo fisiopatológico, como es la resistencia a la acción de la insulina».

Su elevada prevalencia está relacionada con los hábitos de vida actuales, como la ingesta excesiva de calorías y vida sedentaria. Es más, recientemente se ha confirmado que la malnutrición intrauterina constituye ya un predictor de riesgo de padecer el síndrome metabólico. A juicio del doctor Enrique Martín Rioboó, médico de familia del Centro de Salud Fuensanta de Córdoba, «el sedentarismo, el stress, las comidas basura, y el aumento de peso, junto al consumo de sustancias nocivas (tabaco) o en exceso (alcohol), suponen una lacra sanitaria que perjudica notablemente nuestras actuaciones terapéuticas. El cambio en el estilo de vida debe ser la actuación primera y, además, concomitante con cualquier intento de intervención farmacológica».

Para minimizar su impacto en la esperanza y calidad de vida del enfermo, los expertos reunidos en esta mesa destacan la importancia de diagnosticar precozmente este trastorno y de llevar a cabo un abordaje terapéutico integral. En palabras del doctor Aguirre, «diagnosticar un solo elemento de este síndrome supone una alta probabilidad de diagnosticarlo en su totalidad, lo cual supone focalizar las medidas de prevención primaria y secundaria en estas personas, lo que aumentará la eficacia de las intervenciones».

Actualmente, la atención del síndrome metabólico comprende dos objetivos fundamentales, como son la reducción de las causas subyacentes (obesidad, inactividad física, tabaquismo, hábitos higiénico dietéticos inapropiados, etc. ) y el tratamiento de los factores de riesgo lipídicos y no lipídicos asociados.

Diabetes mellitus, el riesgo aumenta

Sin duda, de todos los factores de riesgo cardiovasculares que se incluyen dentro del síndrome metabólico uno de los que despierta más interés entre los expertos es la diabetes mellitus, sobre todo porque es una de las enfermedades crónicas que experimentará un mayor crecimiento en los próximos años. Así, se estima que para el año 2025 existirán cerca de 300 millones de diabéticos en todo el mundo y más de tres millones en nuestro país. Su prevalencia actual alcanza aproximadamente al 6-7 por ciento de la población, de los cuales el 90 por ciento tiene diabetes mellitus tipo 2 (DM2).

Los objetivos del tratamiento en los pacientes con DM2 van más allá del simple tratamiento de la glucemia e incluyen: la desaparición de los síntomas derivados de la hiperglucemia, evitar las descompensaciones agudas de la enfermedad, evitar o retrasar la aparición o progresión de las complicaciones crónicas, disminuir la tasa de mortalidad y mantener una buena calidad de vida. «Si queremos disminuir el riesgo cardiovascular de los pacientes diabéticos deberemos realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad, sobre todo en estadios asintomáticos, de tal manera que podamos instaurar un tratamiento precoz y más agresivo», recomienda el doctor José Javier Mediavilla, coordinador del Grupo de Diabetes de SEMERGEN. A veces, medidas tan sencillas como caminar 30 minutos a buen paso puede reducir en más de la mitad la diabetes mellitus tipo 2.