A pesar de la crisis aumentan los novios que se someten a tratamientos estéticos antes de la boda

El número de hombres que acuden a las clínicas de salud estética antes de contraer matrimonio ha aumentado en un 30 por ciento en los últimos años. El coste de los cuidados aplicados puede ir desde los 60 hasta los 2.000 euros.

Una de las razones por las que los hombres han dado el ‘sí quiero’ a los tratamientos de esta índole es que éstos «se preocupan más por su físico, sobre todo, de cara a una boda», asegura el doctor Antonio Muñoz, especialista de la Clínica Londres de Sevilla. En relación a ello, indica que, si bien hace unos años el cuidado corporal y facial «era algo casi exclusivamente femenino, ahora los hombres están empezando a interesarse más».

El doctor Muñoz ha indicado que los tratamientos más empleados en relación al cuerpo son «los enfocados a la pérdida de peso». En su opinión, el paciente que afronta una boda «suele aprovechar esta ocasión en los meses anteriores para perder esos kilos que no se ha quitado años atrás».

No obstante, el cuidado corporal que ellos requieren también se está orientando últimamente a la fotodepilación. «Quieren verse con un buen aspecto de cara al posterior viaje de novios», sostiene el especialista. Además, la demanda de este tratamiento suele incrementarse si el lugar de destino se caracteriza por el turismo de sol y playa.

Por otra parte, la cara no se queda atrás en cuanto al recibimiento de cuidados. Los hombres ahora reclaman tratamientos como el ‘peeling’ químico, que sirve «para mejorar la calidad de la piel y dar mayor luminosidad al rostro», señala Muñoz. Además, «ofrece buenos resultados en un periodo de tratamiento no demasiado largo, que es por lo que se inclinan», subraya.

Otro cuidado facial muy demandado es el botox inyectado en la zona del entrecejo. Con ello, se consigue eliminar «las arrugas de expresión demasiado marcadas», asegura el especialista. A su juicio, la piel «es más gruesa en hombres que en mujeres, por lo que las arrugas son más importantes. Es perfecto en pacientes que gesticulen mucho», sentencia.

En cuanto a los tratamientos menores, Muñoz destaca la depilación en zonas como «el entrecejo, el pabellón auricular o el apéndice nasal». Además, se puede emplear el botox para tratar la epidrosis, un problema de sudoración que «suele dejar cerco» en las camisas de los hombres durante las bodas, destaca.

Los tratamientos deben iniciarse dos o tres meses antes del enlace

De cualquier forma el doctor advierte de que los tratamientos deben seguir una planificación y iniciarse «dos o tres meses antes de la boda». Según su criterio, «si hay que realizar tres o cuatro ‘peelings’, por ejemplo, hay un intervalo entre una sesión y otra que se debe conservar para que la piel se recupere».

Pero a pesar del incremento de los hombres que acuden a estas consultas, las mujeres siguen siendo las reinas de las mismas. A ellas «les preocupan las adiposidades localizadas como la celulitis», por lo que se someten a tratamientos como «la cavitación, la vacuterapia o la radiofrecuencia».

Para el rostro, sus preferencias son «el botox para las patas de gallo, la mesoterapia y los ‘peelings’ más agresivos», señala el doctor de la Clínica Londres de Sevilla. Por ello, considera que «ellas son mucho más abiertas a las diferentes alternativas y no suelen tener reparos. No sólo les preocupan las arrugas, también las manchas en la piel», indica.

Además, las mujeres están mejor informadas acerca de los tratamientos, ya que los hombres «recurren menos a ciertas publicaciones. Ellos necesitan más asesoramiento», sentencia. Esta afirmación también se demuestra en el hecho de que «el hombre va a tiro hecho, mientras que la mujer suele mirar alternativas más económicas», observa.

Y es que los tratamientos «tienen unos costes muy variables», señala el especialista a Europa Press. De esta manera el clásico ‘peeling’ supone un desembolso de entre 60 y 100 euros, mientras que el relleno facial completo cuesta unos 2.000 euros.

Por último, el doctor Muñoz explica que los hombres «suelen ser más reticentes» a la hora de confesar que se están sometiendo a un tratamiento estético. En contrapartida, la mujer si lo comenta entre sus íntimas, algo que se demuestra al ser acompañada a la consulta «por la madrina, las damas de honor o las cuñadas. Ellas también requieren nuestros servicios pero puede haber problemas si los resultados de sus tratamientos son mejores que los de la novia», concluye jocoso.