25Mar. 11
La incidencia del cáncer de mama ha aumentado en los últimos 40 años un tres por ciento cada década, y su aparición cada vez es más frecuente en edades más tempranas. Actualmente casi el 35 por ciento de los cánceres de mama se diagnostican antes de los 50 años, cada vez en mujeres más jóvenes, gracias a los modernos equipamientos, como la radiología digital 2D, la tomosíntesis 3D, la resonancia magnética o la ecografía 3D.
El cáncer de mama es una de las enfermedades más frecuentes en las sociedades industrializadas; su incidencia ocupa el primer lugar en Europa y Estados Unidos y es una de las principales causas de muerte en la mujer.
Según el Dr. Armando Tejerina, especialista en Mastología del Centro de Patología de la Mama de la Fundación Tejerina, «la incidencia del cáncer ha aumentado en los últimos 40 años un tres por ciento cada diez años, siendo además su aparición cada vez más frecuente en edades más tempranas en los países industrializados. A pesar de esto, su mortalidad no ha aumentado, sino que ha disminuido gracias a los avances diagnósticos y terapéuticos».
Es una de las conclusiones expuestas en las IV Jornadas sobre Prevención del Cáncer de Mama celebradas por la Fundación Tejerina y el Ayuntamiento de Madrid, que reúne a profesionales de reconocido prestigio de diferentes puntos del país y de todas las especialidades que concurren en el abordaje del cáncer de mama.
En ella, los expertos destacan que actualmente casi el 35 por ciento de los cánceres de mama se diagnostican antes de los 50 años, cada vez en mujeres más jóvenes, gracias a los modernos equipamientos, como la radiología digital 2D, la tomosíntesis 3D, la resonancia magnética o la ecografía 3D, lo que unido a una mayor información a la paciente y en base a planes de diagnóstico (como el estudio de base, el control periódico, el seguimiento y el screening), hacen que el incremento corresponda cada vez más a lesiones iniciales y, por tanto, curables. Los principales indicadores del cáncer son la presencia de un nódulo, las alteraciones en la piel, el dolor en la mama y la secreción o derrame en el pezón.
Las patologías benignas de mama
Las patologías benignas de mama son aquellas alteraciones de la estructura de la glándula mamaria o lesiones de tamaño pequeño cuyas células no presentan signos de malignidad. Según el doctor Tejerina, «la patología benigna suele precisar el control periódico, aunque en otros casos el tratamiento quirúrgico sencillo puede resolver de forma definitiva el problema. De cualquier forma, la patología benigna no precisa de tratamientos adicionales más complejos como la quimioterapia o radioterapia».
Según señala el experto, «lo habitual es que los casos que se presentan en la consulta sean patologías benignas, lo que viene a ocurrir en 8 de cada diez estudios aproximadamente».
Los últimos avances radiológicos en mamografía, como son los focos de Molibdeno-Rodio, los revelados láser, la Mamografía digital con lectores CR y la Tomosíntesis, han cambiado las posibilidades diagnósticas en la patología de la mama, especialmente en la benigna, ya que incluso se podría descartar la intervención quirúrgica de la lesión benigna, si así se confirma en el estudio citohistológico.
Presentación del libro Patología de la mama. Casos benignos
Durante las Jornadas se presenta el libro Patología de la mama. Casos benignos , escrito por el Dr. Tejerina, cuyo objetivo fundamental es ofrecer a través de casos previamente seleccionados la experiencia clínica, asistencial e investigadora que desde el Centro de Patología de la Mama y la Fundación Tejerina se viene desarrollando desde hace varias décadas atendiendo a cerca de 50.000 pacientes al año.
En opinión del Dr. Fernando Bandrés Moya, director del Aula de Estudios Avanzados de la Fundación Tejerina y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, «es la manera de compartir el conocimiento en esta materia y de ser útiles en la enseñanza universitaria, dentro del marco de este nuevo espacio europeo de educación superior».
La obra clasifica los procesos benignos según una nomenclatura actual que diferencia el mal desarrollo citotisular mamaria, la lesión necrosis-reacción inflamatoria-reparación citotisular y el cambio citotisular mamario, y desarrolla cada una de las patologías tratadas en el Centro, estudiadas tanto clínica como radiológica, ecográfica y citológicamente, así como con resonancia magnética y otras técnicas, todo ello con una vocación predominantemente didáctica y educativa.
El libro no sólo está dirigido a los especialistas en patología de la mama, sino también a los médicos y profesionales sanitarios de grado y postgrado que se forman en esta materia. Además, en el futuro esta obra tendrá continuidad con un volumen dedicado a los procesos malignos de la patología.
El diagnóstico precoz, principal arma contra la enfermedad
La detección muy precoz o inicial por mamografía sigue siendo una necesidad para disminuir la mortalidad por cáncer de mama. Así, el diagnóstico inicial de la enfermedad mejora las cifras de morbimortalidad a medio y a largo plazo; de tal modo que los esfuerzos, insisten los expertos, se deben encaminar a efectuar diagnósticos de cáncer mamario lo más precozmente posible, con campañas de prevención, sin olvidar los seguimientos de las estructuras anómalas y los controles periódicos asintomáticos. «Es necesario valorar el riesgo individualizado de cada paciente, para planificar su control periódico, y llevar a cabo planes de información tanto al médico como a la paciente para evaluar sus seguimientos. La mamografía es de vital importancia para la valoración de la estructura y del riesgo potencial para controles sucesivos», señala el doctor Tejerina.
«De hecho», continúa el experto, «con frecuencia estos procesos se descubren gracias a revisiones asintomáticas, aún antes de que las lesiones sean palpables clínicamente. Podríamos decir que el estadio de detección, según el diámetro de la lesión, es clínico cuando el tumor alcanza y supera el centímetro de diámetro, y radiológico cuando se encuentra por debajo de este diámetro, existiendo casos de lesiones muy iniciales en las que el diagnóstico es histológico».
La aplicación de estos métodos diagnósticos, subraya el Dr. Tejerina, «debe llevarse a cabo en el seno de Unidades de Patología Mamaria, en las cuales se desarrollan planes de estudios» en varios casos: bien cuando una paciente presenta una lesión sintomática, bien con estudios de base en paciente asintomática a partir de los 35 años, para catalogar su estructura, o bien en seguimientos de anomalías benignas encontradas y en controles periódicos de estructuras normales. En último lugar, el screening, el estudio radiológico secuencial en paciente, se realiza a mujeres con edad superior a los 45 años, presuntamente sanas, ya que supone un colectivo de mayor riesgo, y consigue disminuir la mortalidad hasta en un 40% por cáncer de mama.
El tratamiento multidisciplinar, que involucre tanto a unidades especializadas como a otros especialistas, resulta fundamental para estas pacientes, de cara a obtener un mejor diagnóstico y tratamiento de la patología. Gracias a él, como indica el Dr. Brandés, «la colaboración del clínicos y radiólogos pueden determinar diagnósticos casi definitivos que sólo el patólogo confirmará a través del estudio citológico e histológico, que finalmente determinaran la mejor opción de tratamiento».
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