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01Jun. 15
La tartamudez la suele tratar un logopeda, no se conoce su causa y suele ir acompañada de ansiedad y fobia social.
¿Qué tenían en común Aristóteles y Marilyn Monroe? El filósofo griego y la actriz estadounidense compartían un secreto, ambos tenían disfemia. A la mayoría no le sonará esta palabra pero seguro que si la sustituimos por tartamudez todo el mundo sabe de qué estamos hablando.
Precisamente de hablar va la cosa, de hacerlo con fluidez o no, de saber por qué unos pueden hablar sin pensar y otros, sin embargo, necesitan más tiempo, porque al final no es más que una cuestión de tiempo. Al menos eso es lo que reclaman muchos de los afectados por este trastorno, que no enfermedad, tiempo y paciencia para ser escuchados. Pero hay más, también piden respeto hacía un colectivo que normalmente sufre problemas de ansiedad y fobia social, más por la respuesta de la sociedad ante su problema que por el problema en sí mismo.
Esto se reflejó muy bien en la película “El discurso del Rey”, una historia original de David Seidler que incluso ha sido llevada a las tablas y pudo verse en el Teatro Español de Madrid. La trama se centra en contar la historia de Jorge VI, quien tiene que vencer su tartamudez para realizar su primer discurso a través de la radio para declararle la guerra a Alemania en 1939. Es una situación que cualquier tartamudo viviría con gran temor pues “las características que muestra la persona disfémica están condicionadas e incrementadas por el entorno a través de las evaluaciones negativas que se hacen sobre ella y su forma de hablar”, apunta Milagros Valera, logopeda de Mentor Clinic.
Con la ayuda de esta especialista y de la Fundación Española de la Tartamudez hemos querido conocer mejor de lo que hablamos cuando nos referimos a la tartamudez o disfemia, por ello destacamos en este artículo 10 curiosidades sobre este trastorno.
1 No es una enfermedad y afecta más a hombres
La tartamudez no está considerada una patolgía. “Se considera un trastorno o desorden de la fluidez verbal que afecta a la comunicación y no una enfermedad”, señala Valera. Entre el 1% y el 2% de la población adulta es tartamuda. Afecta más a hombres, de cada cuatro afectados solo uno es mujer.
2 Es un trastorno neurológico y no psicológico
A día de hoy no se conoce cuál puede ser el origen o la causa de este trastorno; sin embargo, lo que sí se puede afirmar es que “la tartamudez es un trastorno neurológico y no psicológico, pero las consecuencias personales y sociales para las personas que la padecen, inciden negativamente en el estado emocional de las mismas. Por esta razón se confunde muchas veces la causa de la tartamudez y se relaciona con cuestiones psicológicas, cuando en realidad estas son las consecuencias de como la sociedad responde en general frente a las personas disfémicas y como eso afecta a la autoestima de las mismas”, señala la logopeda.
3 Suele aparecer en la infancia pero no hay que confundirla con las disfluencias
Casi el 5% de los niños presenta disfluencias desde los 2 a los 5 años y, en torno al 80%, remiten solas. En esta etapa lo común es hablar de disfluencias o interrupciones de la fluidez, más que de tartamudez.
Eso sí, hay que estar atentos ya que lo habitual es que la tartamudez aparezca en la niñez aunque “también puede aparecer en la adolescencia y, no es lo más habitual, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona”, indica la experta.
__4 La suelen tratar logopedas y psicólogos
Lo más común es que una persona con tartamudez se ponga en manos varios especialistas, principalmente un logopeda pero también es muy habitual contar con la ayuda de un psicólogo. Tal y como señala Milagros Valera el abordaje debe ser multidisciplinar, siempre en función de las necesidades de cada persona: “Ocasionalmente también pueden intervenir el neurólogo y el psiquiatra, este último cuando la persona que padece disfemia no solo necesita apoyo psicológico sino también medicación”.
5 ¿Tiene cura? No, pero se puede mejorar la fluidez
En cuanto a si tiene cura o no, desgraciadamente en estos momentos no se ha hallado cura para la disfemia ni farmacológica ni a través de intervenciones logopédicas y psicológicas, pero Valera apunta que “ las personas tartamudas que inician tratamientos logopédicos y psicológicos mejoran, tanto en la fluidez del habla como en su estado emocional”.
6 El método Lidcombe, uno de los tratamientos más novedosos
Este método tiene su origen en Australia, “Lidocombe es un programa de intervención desarrollado como un proyecto común entre la facultad de Ciencias de Salud, de la Universidad de Sydney y la Unidad de Tartamudeo del Servicio de Salud Bankstown, también en esta ciudad australiana”, indica Milagros.
El modelo ya se utiliza en España y su principal novedad es que se trata de un programa en el que los padres ayudan al niño tartamudo en su entorno cotidiano y familiar, siempre en un ambiente de juego, sin agobios y sin cargarle la responsabilidad de hablar diferente. El papel del logopeda se centra en enseñar a los padres a llevar a cabo el tratamiento, sin interferir en el día a día del niño, y teniendo en cuenta que cada niño y cada familia es diferente.
7 ¿Posibles causas? Las últimas investigaciones apuntan al área de Broca del cerebro
En la actualidad existen investigaciones que en un futuro se espera que ayuden a entender el origen de la tartamudez. “Se están investigando en la Universidad de Alberta (Canadá) regiones del cerebro responsables de la producción del habla y se ha detectado en el área de Broca de las personas tartamudas un desarrollo anormal. Una interpretación de este hallazgo podría ser que esta zona no funciona tan eficientemente en las personas que tartamudean. Pero por ahora, los científicos aún no pueden decir definitivamente que la región de Broca es responsable de la tartamudez”, explica la logopeda.
8 La dificultad del tartamudo para encontrar empleo
Una tarea complicada hoy en día en España casi para cualquier persona se convierte en algo el doble de duro para una persona tartamuda. Hablamos de la búsqueda de empelo, sentarse a hacer una entrevista de trabajo es todo un reto para alguien con disfemia. En relación a este tema cabe señalar que el 80% de las personas que tartamudean están en paro.
Hasta no hace muchos años una claúsula impedía a este colectivo presentarse a una oposición pública, algo que ya ha cambiado desde la derogación de este punto durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
9 Aristóteles y Demóstenes, dos filósofos tartamudos
Demóstenes, el famoso orador ateniense, que vivió en Grecia del 384 al 322 AC, creció con un problema de tartamudez. A pesar de ello, Demóstenes se sentía atraído por la vida pública y nada podía imponerse en su camino, ni siquiera su habla entrecortada. Para reforzar su voz, practicaba en la playa hablando con piedrecitas en la boca hasta que se le podía oír entre el ruido de las olas. También subía por colinas cargando peso en el pecho para aumentar su capacidad pulmonar.
En cuanto a Aristóteles, el filósofo griego llegó a la conclusión de que las personas tartamudeaban porque pensaban más rápido de lo que podían hablar y señalaba a la lengua como responsable al ser incapaz de seguir la velocidad con la que fluían las ideas.
10 Actores y actrices que ni te imaginas hicieron frente a la tartamudez
Lo decíamos al principio, está confirmado que Marilyn Monroe era tartamuda, también Julia Roberts, Bruce Willis o Anthony Hopkin han tenido que hacer frente a este problema, cada uno utilizando su propia estrategia para lograr hablar de la forma más fluida posible, unos cantando, otros hablando más bajito, otros hablando más rápido…
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