Probióticos para dolor abdominal funcional: niños y adolescentes

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funcionan los probióticos en el dolor abdominal funcional. En niños y adolescentes, el dolor abdominal funcional en los niños engloba términos muy amplios como la dispepsia, el síndrome de intestino irritable, la migraña abdominal o el dolor funcional no especificado con características que son propias. Y siempre habiendo descartado otras causas orgánicas que produzcan ese dolor. Sabemos que los trastornos digestivos funcionales son muy frecuentes en la edad pediátrica, que hasta el treinta y cinco de los escolares prefieren dolor abdominal frente. Pero sólo un tercio de ellos cumplen realmente los criterios. Roma cuatro de dolor abdominal funcional como tal, estos criterios Roma cuatro nos permiten realizar adecuadamente el diagnóstico de las diferentes patologías. La dispepsia sería ese dolor abdominal en donde predomina la saciedad precoz o la plenitud post paria. El síndrome de intestino irritable es aquel dolor que se ve afectado por la deposición y en el que estas deposiciones cambian tanto en frecuencia inconsistencia. La migraña abdominal engloba los dolores abdominales, paroxística, incapacitantes y con características estereotipadas para cada paciente y el dolor abdominal funcional no especificado es aquel dolor que no se relaciona con otros eventos, que es frecuente y que no cumple las características de los dolores abdominales previos, se han propuesto diferentes probióticos como posibles reguladores de la microbiota intestinal para la resolución de estos dolores y se han hecho múltiples estudios y con ellos numerosas revisiones sistemáticas buscando una buena evidencia científica. Para Recomendarlos, existen diferentes estudios en los que se evidencia que determinados probióticos como el láctica se bacilus RAM Nous G G, el L reu Teri DSM uno siete nueve tres ocho o el Bifidobacterias Long tres cinco seis dos cuatro. Han reducido la intensidad los días del dolor o la distensión abdominal frente al placebo en el contexto del dolor abdominal o del síndrome intestino irritable. Aunque lo cierto es que cuando se intentan hacer metaanálisis para mejorar la evidencia científica de estos estudios, los datos obtenidos impiden hacer recomendaciones claras. Parece que el problema para hacer estas recomendaciones es que se juntan estudios muy heterogéneos en cuanto a los probióticos utilizados, la dosis de los mismos o incluso la duración de los tratamientos, así como las indicaciones. También son muy heteros por el problema de los criterios diagnósticos previamente planteados o incluso son heterogéneos los objetivos que se plantean en los estudios, por lo que los resultados de los metaanálisis son poco concluyentes. Todo esto hace que las principales asociaciones como la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición, las gran como la Asociación Americana de Gastroenterología y como la sociedad de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, planteen que algunas cepas podrían ser útiles para el dolor abdominal funcional, como las anteriormente mencionadas, con grados de evidencia moderada y fuerza débil en la recomendación. Con todo esto, se concluye que hay un camino muy prometedor en cuanto a la utilización de estos probióticos en el dolor abdominal funcional en los niños, pero que precisamos de más ensayos clínicos para poder realizar unas mejores y más fiables recomendaciones.

Referencias

Contribuidores

Leticia González Vives

Medicina Televisión

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