El niño incorpora nutrientes de los alimentos que toma su madre a través de la leche materna, pero puede ocurrir que su sistema defensivo actúe sobre ellos
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PediatríaEl niño incorpora nutrientes de los alimentos que toma su madre a través de la leche materna, pero puede ocurrir que su sistema defensivo actúe sobre ellos
La lactancia materna es la forma más natural y beneficiosa de alimentar a un bebé. Sin embargo, en ocasiones, puede ser la vía de transmisión de ciertas alergias alimentarias. Esto ocurre cuando el sistema inmunitario del bebé identifica como una amenaza algunas proteínas presentes en la leche materna, provenientes de la dieta de la madre.
Es importante destacar que la presencia de alergias alimentarias a través de la leche materna no es lo habitual. La leche materna, en general, protege al bebé frente a las alergias gracias a la transmisión de anticuerpos y factores inmunológicos de la madre. No obstante, algunos bebés pueden desarrollar sensibilidad a ciertos alimentos que consume la madre.
Entre los alimentos que con mayor frecuencia pueden generar alergias alimentarias a través de la leche materna, se encuentran:
Proteína de la leche de vaca: Es uno de los alérgenos más comunes en bebés. Los síntomas pueden incluir desde molestias digestivas leves hasta reacciones alérgicas más severas.
Gluten: La sensibilidad al gluten, presente en cereales como el trigo, la cebada o el centeno, también puede manifestarse durante la lactancia materna.
Huevo: Otro de los alérgenos frecuentes, especialmente la proteína presente en la clara de huevo.
Pescado: Aunque menos común que las anteriores, la alergia al pescado también puede transmitirse a través de la leche materna.
Frutos secos y legumbres: En algunos casos, el consumo de ciertos frutos secos o legumbres por parte de la madre puede provocar reacciones alérgicas en el bebé.
Identificar una alergia alimentaria en un bebé lactante puede ser complejo, ya que los síntomas pueden ser muy variados e inespecíficos. Algunos de los signos que deben alertar a los padres son:
Problemas digestivos: Cólicos, gases, diarrea, estreñimiento, regurgitaciones frecuentes o deposiciones con mucosidad o sangre.
Síntomas cutáneos: Eczema, erupciones cutáneas, urticaria o dermatitis atópica.
Síntomas respiratorios: Congestión nasal, tos persistente, sibilancias o dificultad para respirar.
Irritabilidad: Llanto excesivo, dificultad para dormir o inquietud generalizada.
Es fundamental que ante la sospecha de una posible alergia alimentaria, se acuda al pediatra para obtener un diagnóstico preciso y establecer las pautas a seguir.
El manejo de las alergias alimentarias durante la lactancia materna dependerá de la gravedad de la alergia y de la edad del bebé. En algunos casos, puede ser necesario que la madre elimine el alimento sospechoso de su dieta durante un tiempo determinado para observar si los síntomas del bebé mejoran.
Es importante destacar que la decisión de retirar un alimento de la dieta materna debe ser siempre supervisada por un profesional de la salud. La eliminación de alimentos sin una indicación médica puede poner en riesgo la salud tanto de la madre como del bebé.
En algunos casos, puede ser recomendable realizar pruebas de alergia al bebé para confirmar el diagnóstico y determinar con mayor precisión qué alimentos están causando la reacción alérgica.
Aunque no existe una fórmula mágica para prevenir las alergias alimentarias, seguir una dieta saludable y equilibrada durante la lactancia materna puede ayudar a reducir el riesgo de que el bebé desarrolle alergias.
Es importante que la madre lactante consuma una variedad de alimentos de todos los grupos nutricionales, incluyendo frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas de origen animal y vegetal, y lácteos (en caso de no existir alergia a la proteína de la leche de vaca).
También se recomienda evitar el consumo de tabaco y alcohol durante la lactancia materna, ya que estas sustancias pueden aumentar el riesgo de que el bebé desarrolle alergias.
En definitiva, la lactancia materna sigue siendo la mejor opción para alimentar a un bebé, incluso en casos de alergias alimentarias. Con el adecuado seguimiento médico y una dieta correcta por parte de la madre, es posible minimizar los riesgos y garantizar un crecimiento y desarrollo óptimos para el bebé.
Cuando un niño está tomando pecho de la mayoría de la gente, asume que el mejor alimento que se puede tomar el pecho y por tanto, no puede caer Lehman a ningún niño. Pero no tenemos en cuenta que en esa lactancia materna van restos de toda la alimentación que está tomando la madre. Eso de entrada es buenísimo porque, de hecho, una de las cosas por las que buena la lactancia materna es porque reduce las posibilidades de que se genera alergia alimentaria. Y esto es porque a través del pecho van pasando cantidades de todos los alimentos que toma la madre y eso genera un proceso de tolerancia que hace que la mayoría de los niños que toman pecho tengan menos problemas de alergias. Pero qué pasa si una vez que tomas el pecho y coincide que ha tomado un alimento que no comes habitualmente? El niño tiene una irritación en su intestino? Pues que puede estar buscando al culpable sistema defensivo. Y cuando se encuentra esos restos del alimento que ha tomado la madre, a lo mejor se confunde y le echa la culpa. Y entonces aparece la alergia alimento a través de la Francia materna Esto no pasa con todos los alimentos. Hay algunos que tienen más facilidad para pasar y otros que menos. Fundamentalmente. Lo que lo produce con más frecuencia son proteínas y especialmente la proteína de la leche de vaca, la proteína del huevo, a veces pescado, a veces alguna legumbre, algún fruto seco, lo que tenemos que hacer cuando vemos que un niño tiene molestias, que antes no tenía. Si esas molestias son todos los días, podemos pensar que el alimento debe estar en la dieta de la madre todos los días. Y los dos fundamentales suelen ser o la leche de vaca o el gluten. El más frecuente. La proteína de la leche de vaca Cómo sabríamos si eso es así o no se tiende a hacer analítica, pero la analítica solamente te están cuando hay alergia mediada por IG también y alergia no mediadas por IG e intolerancia. Y esa no sale de la analítica. Incluso en los casos, los que tenemos una analítica que nos dice que el niño de alérgico a las proteínas de la leche de vaca porque tiene, lo dije positivo, lo anticuerpos contra la leche de vaca. El problema es que esa cifra de anticuerpo no nos dice que es lo mejor para el niño. No dice si es mejor mantener la leche de la dieta de la madre o quitar la lo que no lo voy a decir. Cómo reacciona el niño cuando la toma? Si en un niño eliminamos en su madre la leche de vaca de su dieta, durante dos semanas se van a eliminar las proteínas de la leche de vaca Si los síntomas que tenía esa molestia pan desapareciendo hasta que llega un momento que ya el niño está bien y cuando volvemos a introducir la leche en la dieta de la madre, claramente empeora. El niño tiene un problema con esas proteínas y lo que tenemos que hacer es eliminar las de la dieta de la madre porque están empeorando la calidad de vida del niño. Pero aunque tuviera una analítica positiva, si cuando retiramos las proteínas de la leche de vaca El niño no cambia la actitud que tiene y cuando las introducimos de nuevo, tampoco cambia. No tiene sentido empobrecer la dieta de la madre porque no está afectando a la calidad de vida del niño. Esa es la norma que de verdad nos puede orientar en cuando hay que mantener cuando hay que eliminar Mucha gente tiene tendencia a eliminar con mucha facilidad los alimentos y no se dan cuenta de que están dejando una dieta empobrecida. La madre, que a la larga puede favorecer precisamente que acaban apareciendo esta alergia porque si no es necesario mantenerlo, genera tolerados. Qué pasa cuando esa molestia no son todos los días, sino que eso un día suelto. Luego pasa unos cuantos días bueno, y de repente, otro día muy malo Todos. Tenemos que pensar en alimentos que no siempre están en la dieta de la madre. Alimentos que tomamos de forma esporádica, como el huevo, como alguna marisco, como algún pecado, fruto seco, legumbre. Y cuando notamos que un niño tiene un día malo, ese día importante que notemos todo lo que ha tomado la madre, especialmente a los alimentos que toma con poca frecuencia. La próxima vez que vuelva a tener un día malo, volvemos a ver qué es lo que ha comido. Y si hay coincidencia, ahí tenemos un sospechoso. Y cuál es la forma de confirmarlo de nuevo? La analítica no es la solución. La solución a ver qué pasa la próxima vez que tomemos ese alimento y si claramente aparece otra vez las molestias, tenemos que eliminar el alimento de la dieta y si no hay un empeoramiento evidente, Es mejor mantener el dentro de la dieta de la madre. Por tanto, idea clara muchas veces el sentido común te mejor que cualquier analítica.