Por miedo a sus efectos secundarios, no debemos dejar de utilizar vacunas. Su no utilización tiene consecuencias. Nos lo aclara el Dr. Jesús Garrido.
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PediatríaPor miedo a sus efectos secundarios, no debemos dejar de utilizar vacunas. Su no utilización tiene consecuencias. Nos lo aclara el Dr. Jesús Garrido.
La vacunación infantil es un tema que genera controversia en la actualidad. Es fundamental abordar este debate desde una perspectiva informada y responsable, priorizando siempre la salud de los niños.
Las vacunas han demostrado ser una herramienta crucial en la lucha contra enfermedades infecciosas. Gracias a la vacunación, se han erradicado enfermedades como la viruela, que en el pasado causaron un gran impacto en la población mundial.
Los beneficios de la vacunación infantil son innegables. Las vacunas protegen a los niños de enfermedades graves y potencialmente mortales, como el sarampión, la rubéola, la polio y la meningitis. Al fortalecer el sistema inmunitario, las vacunas reducen el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones e incluso la muerte.
Es importante reconocer que, como cualquier tratamiento médico, las vacunas pueden tener efectos secundarios. En la mayoría de los casos, estos efectos son leves y temporales, como dolor en el lugar de la inyección, fiebre baja o enrojecimiento. Las reacciones alérgicas graves son extremadamente raras.
Ante la controversia en torno a la vacunación infantil, es fundamental fomentar un diálogo informado y basado en evidencia científica. Los padres deben tener acceso a información precisa y comprensible sobre los beneficios y riesgos de las vacunas. Consultar con profesionales de la salud, como pediatras y médicos de familia, es esencial para tomar decisiones informadas y personalizadas.
A O Cuatro de los temas controvertidos. Cuando hablamos de inflexión en la vacuna, le pongo a mi hijo la vacuna o no se las pongo. Cada vez hay más movimientos anti vacunas y más gente que defiende la vacuna contra los movimientos anti vacunas. Esta guerra en torno a la salud a mi no me gustan demasiado. Porque más allá del debate, que creo que siempre es positivo y que haya opiniones contrapuestas y que se debatan, soy siempre es positivo porque va a mejorar el conocimiento que nosotros tenemos en ese campo. Pero es una batalla en la cual suave trinchera, trinchera, las familias con los niños están en medio y los heridos en esa lucha no es raro que sea los niños, con lo cual Vale diálogo, tenemos que hablar. Yo creo que cualquier crítica que se puede hacer en torno a las vacunas expositivas y la acogemos desde el punto de vista de primero que esté justificada No se puede decir cualquier cosa por decir la y lo segundo, que si de verdad está justificada y de verdad inmejorable. Mejoramos las vacunas para hacerla más segura y que sigan haciendo su efecto beneficioso, pero de forma más segura Cuando nos ponemos a hablar de las vacunas, a veces olvidamos que es lo que ya han hecho y lo que han hecho, que enfermedades que mataron millones de personas y no estoy exagerando. Por ejemplo, la viruela fue una de las principales responsables de que desapareciera la mayor parte de la población que había en América cuando llegamos, los colonizadores europeos Esa acompañado de otras cuantas infecciones. El resultado es que la viruela hoy en día no mata a nadie en este planeta. Alguien dice que eso es por la mejora de las condiciones sanitarias. Vamos a hacer serio. Es por la vacuna y la vacuna. El primer éxito que ha tenido impresionante de la historia de la medicina es que ha conseguido erradicar una infección que mataba miles y miles de personas cada año, que era la viruela. Eso quiere decir que todas las vacunas son buenas y que no se puede criticar nunca nada. Y no se puede mejorar ni muchísimo menos. Todo, incluido las vacunas, tiene su efecto secundario. El problema está en que por los efectos secundarios dejamos de utilizar una herramienta cuya no utilización también tiene efectos secundarios. Vacunar tiene efectos secundarios y no vacunar también tiene efectos secundarios. Por desgracia, cuando nos ponemos a decir sobre la salud de nuestro hijo, todos los padres quisiéramos elegir entre lo bueno y lo malo, pero que a veces hay que elegir entre lo malo y lo menos malo. Y en este caso los menos malos son las vacunas. De forma general, cuando hablamos de forma genérica, eso quiere decir que cualquier vacuna nueva que saquen hay que ponerse al a todos los niños sin discutir lo más mínimo, ni pensarlo un segundo, pues no. Tenemos que coger como con cualquier otra herramienta y ver riesgo y beneficio. Y tenemos que hacer una buena evaluación de ese riesgo y beneficio y ver si podemos hacer cosas añadidas para minimizar los riesgos y aumentar los beneficios y tomar la decisión que sea la más adecuada en cada caso concreto. Porque además habrá caso de lo que sea más importante la vacunación de cierta enfermedad y caso de lo que menos importa. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer con las vacunas de dejar de hablar del radicalismo. Yo me gusta hablar con gente que antigua cuna, con padres que son antigua cuna y me gusta conocer las razones por las que ellos no quieren vacunar a su hijo, porque de ese diálogo desde donde se puede llegar a una situación más razonable para todo, en la que el principal beneficiado, cuando se llega a una situación razonable, va a ser precisamente el niño.