El pantoprazol, junto con otros principios activos como el omeprazol y el lansoprazol, forma parte de los llamados fármacos antiulcerosos. Al contrario de la creencia popular, no son antiácidos ni protectores gástricos, sino que actúan disminuyendo la producción de ácido por parte del estómago.
El uso de pantoprazol está indicado en el tratamiento de enfermedades caracterizadas por un exceso en la producción de ácido. Es el caso, por ejemplo, de la úlcera gastroduodenal o la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
También es útil para la prevención del daño gástrico producido por medicamentos como los antiinflamatorios. No obstante, en estas situaciones se requiere siempre que el médico valore su conveniencia en base al riesgo personal de aparición de úlcera.
Cómo tomar pantoprazol
La dosis habitual es de un comprimido diario, que debe administrarse una hora antes de una de las comidas principales. Los comprimidos gastrorresistentes de pantoprazol no deben masticarse, triturarse ni partirse.
El empleo abusivo del pantoprazol, durante periodos prolongados de tiempo (mayores a 1 año) o a dosis elevadas, se ha relacionado con reacciones adversas. Estas pueden llegar a ser importantes. Por ejemplo, la reducción en los niveles de vitamina B12 y magnesio o la osteoporosis.
Otras presentaciones de pantoprazol
Sí existen en el mercado algunas presentaciones de pantoprazol para tratar los síntomas de reflujo como el ardor de estómago, que no necesitan receta médica. No obstante, hay que tener presente que debe limitarse en el tiempo este empleo. Esto es: hay que evitar tratamientos superiores a 4 semanas. Si los síntomas no han mejorado en aproximadamente 2 semanas de tratamiento continuado, debe consultarse siempre con un médico.
Advertencias del uso de pantoprazol
Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos advierten de que solo debe utilizarse cuando el médico lo considere adecuado, y siempre a las dosis que nos haya recomendado.
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